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Bolívar y Santander, dos tendencias opuestas que marcaron la historia

Ambos pensamientos ideológicos son igualmente necesarios para la vida republicana.

Dos siglos después de la batalla que marcó la Independencia de Colombia, en el país aún persisten dos tendencias ideológicas perfectamente definidas, que a pesar del paso del tiempo no solo aún sobreviven sino que sigue incidiendo la vida nacional.

Se trata de la tendencia bolivarista, que encarna el pensamiento libertario del prócer Simón Bolívar y que alude a las libertades personales y de pensamiento, y la santanderista, que marca el legado del general Francisco de Paula Santander y que enmarca el orden y la legalidad.

Llevadas al extremo ambas tendencias tienen su lado negativo pues se pueden traducir en el autoritarismo y la arbitrariedad o en el legalismo y la burocracia. Ambas tendencias se han enfrentado a lo largo de nuestra historia, pero, paradójicamente, son igualmente necesarias para nuestra vida republicana.

Esta dualidad es tan marcada en nuestro país, que ambos conceptos comparten un sitial privilegiado en nuestro Escudo Nacional, con la expresión ‘Libertad y orden’, según explica Julio Roberto Galindo Hoyos, historiador de la Universidad Libre, y quien ha sido miembro de las Academias Colombiana de Historia, Militar de Historia, Santanderista de Boyacá, y la Academia Antonio Nariño.

¿200 años después de nuestra Independencia, siguen existiendo las dos tendencias entre bolivaristas y santanderistas?

Ambos libraron la batalla de Independencia. Antes de la guerra hubo una etapa fundamental que fue la conspiración. Tanto Bolívar como Santander fueron miembros de la masonería, se iniciaron en logias secretas, lo mismo que Francisco Miranda que participó junto a Bolívar en la independencia de Estados Unidos y después en la Revolución francesa. 

Entonces recibieron instrucciones secretas, y después vino la guerra. Ya sabemos cuál fue la actuación de Simón Bolívar en la independencia de Venezuela, luego pasó a Colombia y después estuvo Santander a las órdenes de Bolívar que por allá en 1818 lo nombró General, y luego ambos libraron las batallas de Independencia.  Ambos estuvieron en las batallas de Piba, de Gámeza del Pantano de Vargas, del Puente de Boyacá.

Lograda la independencia de Colombia, Bolívar fue nombrado presidente, pero como era más militarista entonces encargó de la Presidencia al General Santander en 1820, que había sido su principal soporte en esas batallas. La idea de Bolívar es que América fuera libre, y luego se fue a las batallas de Carabobo, de Pichincha, de Junín. Hasta ahí fueron uno solo.

(Julio Roberto Galindo Hoyos, historiador de la Universidad Libre.)

¿Entonces de dónde surgen las dos tendencias?

Cuando regresó Bolívar y se hizo cargo de la Presidencia, vino lo que se llamó la Conspiración Septembrina, el 25 de septiembre de 1828. De esa conspiración sindicaron a Santander, le hicieron un juicio y lo condenaron. Después Bolívar le cambió la sentencia de muerte por la de extradición, y Santander se fue del país y Bolívar asumió la Presidencia. Desde entonces Bolívar y Santander han sido amigos y enemigos. Los amigos de Bolívar se dividieron y terminaron desterrándolo, salió a Europa por cuestiones de salud, y finalmente murió en Santa Marta.

Santander regresó al país, fue presidente de la República, y fue cuando se hizo famosa su frase de “Colombianos: las armas os han dado al independencia, las leyes os darán libertad”.

¿Cuál fue el motivo de la conspiración?

Pues es que Bolívar quería establecer una Constitución muy personalista, quería imponer el orden por encima de la libertad. Santander aunque no se graduó había estudiado Derecho, entonces era más respetuoso de la ley, de la norma, tenía una confianza más amplia sobre lo que es la democracia. Y ahí surgen esas dos tendencias: una que encarna el orden, la otra encarna la libertad.

¿A lo largo de nuestra historia de qué manera han influido esas dos tendencias en la evolución de la nación?

Pues en las organizaciones democráticas lo que influyen son las tendencias. Antes del Frente Nacional siempre gobernaron  dos partidos: liberal y conservador. Pero cada uno siempre tuvo dos tendencias, de derecha y de izquierda, unos de avanzada, otros de capitalismo, y como dice Platón, siempre ha existido división entre ricos y pobres.

¿Y cómo han evolucionado esas dos tendencias?

Pues eso va cambiando según las circunstancias, pero en nuestro Escudo Nacional están las dos tendencias unidas: libertad y orden. El dilema siempre ha sido hasta dónde la libertad y hasta dónde el orden. Creo que eso en el fondo es bueno, al menos en las organizaciones democráticas como la nuestra.

A veces las libertades se exceden, por ejemplo cuando se argumenta la libre personalidad, pero también el exceso de legalismo frena el avance de las sociedades. Pero siempre habrá esa discusión porque siempre habrá ricos y pobres, habrá los que gobiernan y los gobernados, siempre habrá gobierno y oposición. Entonces el arte de la política es saber gobernar, es decir, combinar de forma acertada ambas tendencias.

Hablar sobre supuestos es difícil, pero ¿cómo sería nuestra nación si no hubieran existido esas dos tendencias?

No, yo creo que pensar distinto, que es un concepto que viene en la cultura occidental desde los griegos, nos ha ayudado a progresar mucho, no lo que quisiéramos pero sí hemos avanzado mucho. Uno ve que hay otros regímenes no democráticos donde han progresado mucho, pero la gente no es feliz: la disciplina es demasiado estricta, rígida, entonces se pierden los conceptos de la libertad, de la democracia, del progreso.

¿Hoy, en nuestra vida política, de qué manera se ven reflejadas esas dos tendencias de pensamiento?

Esa es la democracia: unas veces unos, otras veces otros. Nuestra historia muestra que durante muchos años gobernó el partido conservador, después de una hegemonía de 30 años vino el partido liberal. Antes de eso habían mandado los liberales radicales, etc.

Con todos sus defectos, el capitalismo ha ayudado al progreso, que es distinto al fracaso del sistema socialista en otros países, justamente porque no hubo democracia política sino una ‘dictadura del proletariado’, un poder soberano.

¿Esas dos tendencias unidas en nuestro Escudo Nacional se van a mantener así, se van a separar, se van a acabar?

Creo que deben existir ambas tendencias. El problema es el límite: hasta dónde debe llegar la libertad, y hasta dónde debe llegar el orden y la legalidad. Pero la combinación de ambas es lo que nos ha permitido progresar, a pesar de las circunstancias propias de nuestro país. Pero hemos progresado más que otros países.

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Colprensa
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Miércoles, 7 de Agosto de 2019
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