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¿Cómo se puede contribuir desde distintos sectores a frenar la polarización?

“El presidente ha mostrado que quiere más contactos personales con los congresistas que con los partidos”, dice el politólogo Eduardo Garzón.

La época de Semana Santa es un momento propicio para la reflexión y para decidirse a cambiar lo que se está haciendo mal. Con el alto grado de polarización que se vive en el país político, este podría ser uno de esos ‘pecados’ que distintos sectores del país podrían empezar a corregir.

Las disputas permanentes por la implementación de los acuerdos de paz y en especial por el funcionamiento de la JEP; la frustración provocada por las promesas incumplidas por varios gobiernos; las posiciones extremas tomadas por algunos partidos tanto de gobierno como de oposición, y el tenso ambiente con el que se ha llevado a cabo la protesta civil, son algunas de las formas como se ha manifestado ese pecado de la polarización.

La lista es extensa y en el corto plazo no se ve cuál podría ser la salida, pero algunos analistas creen que un diálogo sincero y la voluntad de cumplir acuerdos y compromisos es la ‘penitencia’ con la que el gobierno y los sectores políticos podrían pasar del ‘pecado’ a la ‘absolución’.

Esta es la forma como desde cada uno de esos sectores se podría contribuir a reducir la polarización.

Para el 25 de abril se tiene previsto el paro nacional en Colombia, con participación de diversos sectores.

Gobierno

En los nueve meses de gobierno que lleva el presidente Iván Duque han sido muchos los temas complejos que ha tenido que enfrentar, desde asuntos heredados de la administración de Juan Manuel Santos, como el aumento de cultivos de coca y las promesas incumplidas a las comunidades indígenas, hasta controversias que se han dado en su propio mandato, como la reforma tributaria, las objeciones a la JEP o el manejo que le ha dado a los paros de estudiantes e indígena. Capítulo especial merece su relación con el Congreso, que por ahora no ha sido el mejor socio de su administración.

Para el exasesor legislativo Fernando Estrada, el presidente Duque, como cabeza del Gobierno, debería comenzar por retomar un diálogo sincero y directo con los partidos. “No los puede dejar de lado, son actores claves en la gobernabilidad y no siempre se debe pensar que si los busca y logra acuerdos son a cuenta de la llamada ‘mermelada’”.

El politólogo Eduardo Garzón sostiene que la desconexión con los partidos que ha caracterizado el mandato de Duque se ha dado “porque el presidente ha mostrado que quiere más contactos personales con congresistas y no con los partidos, en especial con los que están como independientes o en la misma oposición”.

El analista John Mario González, por su parte, no cree que la polarización que enfrenta el presidente Duque haya estado más allá de lo normal, pero afirma que si Duque quiere superarla debe admitir que está en minoría en el Congreso y, bajo ese entendido, estar abierto a la negociación. “El gobierno, de dientes para afuera dice que permite la deliberación política, pero a su vez queda inconforme porque le rechazan sus iniciativas”.

En el Congreso de la República, las objeciones del presidente Iván Duque a la JEP han sido un factor generador de polarización.

Congreso

Aunque en julio pasado, cuando se conformaron las mayorías del nuevo Congreso de la República, se vislumbraba que el entrante jefe del Estado no iba a tener problemas para la aprobación de sus proyectos, dos meses después, en virtud del estatuto de la oposición, la realidad mostró ser muy diferente: ni en el Senado, y mucho menos en la Cámara, ha logrado el Gobierno, por el momento, un respaldo contundente a sus iniciativas.

Eso ha llevado a que el Congreso haya tenido una participación muy activa en la redacción final de las leyes de iniciativa gubernamental, como ocurrió a finales del año pasado con la reforma tributaria y como está pasando actualmente con el plan de desarrollo.

Aunque eso es algo positivo, pues el Congreso es precisamente el espacio ideal para la deliberación en cualquier democracia, los analistas consideran que, en aras de reducir la polarización, las bancadas no pueden descartar la posibilidad de abrirse a un diálogo sincero y abierto con el Gobierno, que contribuya a una mayor gobernabilidad.

El profesor Eduardo Garzón dice que esa oportunidad podría darse en la discusión final del plan nacional de desarrollo, que ya se ha ido modificando gracias a los acuerdos que se han dado con el gobierno y los partidos.

El analista Estrada sostiene en cambio que lo más probable es que el nuevo llamado al diálogo a los partidos, en especial al liberalismo y a Cambio Radical, se dé pero después de julio.

“Este periodo legislativo terminará sin mayores acuerdos, será difícil que el gobierno logre que le saquen reformas como la de las TIC o la reforma política. Sin embargo toca esperar que pasa si prospera la reforma a la justicia de Cambio Radical, de la cual el gobierno ha dicho que está dispuesto a apoyarla”.

Partidos de gobierno y de oposición

Al fuego de la polarización no solo le han echado leña los partidos de Gobierno sino los de oposición.

Si bien, según dice González, “la oposición ha hecho lo que le corresponde” y no ha sido tan ácida como la que le hizo el uribismo en su momento al presidente Juan Manuel

Santos, como lo destacan los analistas Estrada y Garzón, también es cierto que ha aprovechado las oportunidades que les ha dado Duque para ganar espacios políticos.

“Los partidos, en especial los que están como independientes o en la misma oposición, han aprovechado algunos de sus errores, como se vio con las objeciones a la ley estatutaria de la JEP. No debemos olvidar la alocución de la oposición en donde hizo la réplica al presidente en un horario triple A en televisión”, afirma Estrada.

Los partidos cercanos al gobierno, por su parte, en vez de molestarse por las críticas de la oposición, pueden apoyar al ejecutivo para que interprete mejor lo que esperan de él todos los colombianos.

“Este es un gobierno contradictorio con una serie de tesis que expuso durante la campaña y que no resultaron  practicables en el inicio del gobierno, como por ejemplo el proceso de paz porque en campaña sostuvo que se iban a hacer ajustes a los acuerdos y en la práctica el tema es mucho más complejo”, dice González, quien cree que a Duque ya le está pasando factura el país por salirse de las promesas con las cuales llegó a la Presidencia.

Grupos sociales

El largo paro de los estudiantes de las universidades públicas al cierre del año pasado, la protesta de los indígenas que tantos estragos provocó en el occidente del país y las protestas que vienen ahora de profesores y campesinos, que confluirían en un paro nacional el 25 de abril, han sido un factor permanente de agitación en el gobierno Duque.

Aunque la protesta social es un derecho protegido por la Constitución, el uso de las vías de hecho y, en algunos casos, el aprovechamiento que han hecho de ella ciertos grupos violentos, hace oportuno un llamado a que las manifestaciones se haga de manera pacífica.

Tanto el gobierno como los grupos sociales deben tener claro, como lo recuerda el profesor Garzón, que debe haber apertura al diálogo, pero teniendo claro que el Gobierno no puede ir en sus compromisos “más allá de lo que se tiene”.

Agrega Estrada que, en los casos en que una manifestación sea infiltrada por los violentos, “es importante que esa situación sea rechazada por los sectores que estén reclamando en ese momento”.

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Colprensa
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Sábado, 20 de Abril de 2019
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