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Dos nombramientos activaron la crisis al interior de la Alcaldía de Cúcuta

Ante la renuncia del secretario de Educación, La Opinión indagó qué está pasando al interior de la administración.

Una semana, dos renuncias en línea. Ocho meses, seis secretarios fuera. El proyecto que desde enero pasado comanda el alcalde de Cúcuta, Jairo Tomás Yáñez Rodríguez, atraviesa una nueva crisis que tendría su origen en los recientes nombramientos hechos en la dirección del IMRD y en la Secretaría de Seguridad. 

La sorpresiva salida, ayer, de uno de los secretarios más destacados de la administración, Arturo Charria, quien venía liderando el despacho de Educación con una reconocida y aplaudida gestión por parte de los representantes de ese sector, volvió a poner todas las miradas sobre el gobierno local y la tensión que persiste en su interior.

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El lunes en la tarde y justo en momentos en que la ciudad atraviesa una grave situación en materia de seguridad, el encargado de esa área, Sergio Martínez Medrano, también dio un paso al costado argumentando diferencias de criterio y enfoque de trabajo con el mandatario municipal. 

Martínez es el segundo secretario de Seguridad que renuncia al cargo desde que arrancó esta administración. La primera en presentar su dimisión fue María Fernanda Fuentes Tuta, quien tampoco encontró el respaldo esperado por parte del alcalde para el diseño y puesta en marcha de los planes que se había trazado para la ciudad. Después de ella se fue también el subsecretario de seguridad, John Anzola. 

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La extrañeza que produjo las dimisiones de Charria y Martínez, en menos de tres días, revivió la tesis de los problemas de comunicación, falta de liderazgo y el choque de fuerzas e intereses que continúan entre los mismos funcionarios que acompañan a Yáñez desde el arranque de su periodo.

¿Cambio de rumbo?

La renuncia que desde el sábado presentó el secretario de Educación, Arturo Charria, pero que apenas ayer se hizo pública, cayó como balde de agua fría en la ciudad, por los procesos que el funcionario venía liderando y las proyecciones que tenía para los próximos cuatro años.

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Si bien en su carta el funcionario asegura que la decisión estuvo motivada por razones personales, varias fuentes consultadas dentro y fuera de la administración, cercanas a Charria y que, además, conocen muy bien las movidas del gabinete, coincidieron en que el secretario empezó a incomodarse al ver que el proyecto al que fue invitado, para darle una transformación a la ciudad, ya no era el mismo y que más allá del discurso de renovación, muchas formas de actuar seguían siendo las mismas que tanto se han cuestionado.

“A Charria le propusieron un proyecto y le estaban imponiendo otro. Le estaban imponiendo una serie de actuaciones y condiciones con las cuales él no iba a comulgar”, aseguró un dirigente político que conoció previamente la decisión tomada por el secretario de Educación.

Varias fuentes más consultadas por La Opinión aseguraron que los recientes nombramientos hechos por el alcalde Jairo Yáñez, especialmente el de Oscar Montes Ararat como director del IMRD, terminaron siendo la gota que derramó el vaso para el secretario.

“Él (Charria) se reunió con el alcalde y le manifestó su inquietud por la eventual llegada de Oscar Montes o de Alejandro Martínez al IMRD, pues no le parecía conveniente. Él insistía en que quien llegara al cargo tenía que hacerlo por méritos y por la hoja de vida, pero el alcalde lo desoyó”, aseguró una persona que conoció detalles de ese encuentro y que sabe de las movidas que mantienen tensas las relaciones en la administración.

Y es que la sorpresiva llegada de Montes al cargo tiene varias aristas que son las que han dejado entrever que su nombramiento no se dio como resultado de un proceso de meritocracia, como el que tanto ha planteado Yáñez en su discurso, sino que, de por medio, también pesó la fuerza de las influencias.

Esto por cuanto, en primer lugar, el nuevo director del IMRD es sobrino de Patrocinio Ararat, amigo personal del alcalde y uno de los principales promotores de su candidatura. Segundo, desde un principio su nombre no aparecía en la baraja de favoritos para hacer parte de la terna, pero de un momento a otro inclinó la balanza a su favor y logró que lo incluyeran. Además, entre los candidatos al cargo había personas vinculadas directamente con el sector deportivo, pero no tuvieron prelación.

“Esa fue una decisión directa del alcalde. Había gente muy buena para el cargo, con el perfil que se necesita, pero eso no se tuvo en cuenta. Oscar ni siquiera tiene la culpa en todo esto, porque el alcalde es el que decide. Además, primero dice una cosa, de que va a apoyar el deporte, y luego hace otra”, señaló un dirigente deportivo que ha hecho parte de todo el proceso que se llevó a cabo para la transición en el IMRD.

En diálogo con La Opinión, Jairo Yáñez dijo desconocer que estas hayan sido las verdaderas razones que motivaron a su secretario de Educación a dejar el cargo y, por el contrario, señaló que él no tiene una explicación clara, más allá de las razones personales que adujo Arturo Charria, sobre el porqué decidió irse.

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Aseguró que el nombramiento del nuevo director del IMRD corresponde al cumplimiento de unos lineamientos creados desde los mismos estatutos. Dijo que los miembros de la junta presentaron una terna y que frente a eso tenía dos opciones: escoger a uno de los postulados o decirle a la junta que la cambiara. En ese sentido, señaló que su decisión fue elegir a Oscar Montes, quien era, a su juicio, el que tenía el mejor perfil.

“Del doctor Montes qué no han dicho, pero a mí no me consta nada. Creo que es un profesional joven, que tiene un bagaje personal, que no ha sido condenado por la justicia y yo quiero darles oportunidad a los jóvenes. Aquí no llegué a trabajar con los amigos, ni por referencias políticas, tengo un compromiso cívico”, manifestó.

Lucha de poder el telón de fondo

Tal y como ocurrió hace unos meses, con la salida de María Fernanda Fuentes Tuta de la Secretaría de Seguridad, la crisis agudizada en la Alcaldía de Cúcuta ha dejado abiertos muchos interrogantes frente al respaldo que los secretarios están recibiendo de parte del alcalde. 

Varias de las personas que conversaron con La Opinión señalaron que hay más de un funcionario que ahora hace parte del círculo cercano al mandatario, y está incidiendo en sus determinaciones, en la medida que son quienes le hablan al oído.

“Hay gente que le está poniendo las hojas de vida sobre la mesa y está influyendo en los nombramientos, sin importar lo que digan los demás. Están imponiendo un poder sobre lo que pueda pensar o suponer todo el equipo”, manifestó uno de los consultados.

Otro dirigente político que habló con La Opinión insistió en que es evidente la falta de autoridad y liderazgo de Jairo Yáñez frente a la crisis que le está desmoronando su gobierno.

Una de esas decisiones que le cuestionan es la movida de Alejandro Martínez, quien al no lograr la dirección del Instituto de Recreación y Deporte, fue ubicado en la secretaría de Seguridad, en reemplazo de Sergio Martínez, luego de venir de trabajar como coordinador del Centro de Oportunidades, adscrito a Bienestar Social.

Al respecto, Yáñez defendió esa designación y manifestó que frente a los comentarios que han surgido sobre el origen político y las relaciones de Martínez, hasta no tener pruebas sobre lo que dicen, no puede dar por ciertos los señalamientos.

“Él es un activista social desde hace muchos años y tiene amplio reconocimiento. Estamos mirando toda una hoja de vida alrededor del tema de la seguridad. Se identifica con el Plan de Desarrollo y de ahí no nos podemos salir”, dijo el alcalde.

Agregó que la seguridad no puede ser vista solo desde el punto de vista de la Fuerza Pública y por esa razón hay que reforzar las estrategias de servicio social, salud, educación, la reconversión de jóvenes con problemas de drogas, que es lo que espera haga Martínez.

“Aquí nada se ha hecho al azar. El que tenga las pruebas de manejos irregulares que las presente. Que demuestre dónde nos hemos equivocado de mala fe”, entafizó.

Además de Arturo Charria, Sergio Martínez y María Fernanda Fuentes, también se han ido de la administración: el primer secretario de Prensa, Carlos Díaz, suspendido por la Personería; el secretario encargado de Salud,  Franklin Hernández; y la también secretaria de Salud, María Constanza Arteaga.

El llamado de los concejales

La renuncia del secretario de Educación, Arturo Charria, sumada a la del de Seguridad, Sergio Martínez, desencadenó la inmediata reacción de los concejales, que exigieron explicaciones frente a la situación que está ocurriendo al interior de la Alcaldía. 

En ese sentido se pronunció el dirigente del Centro Democrático, Álvaro Raad, quien dijo que es preocupante la salida de Charria, pues en su criterio, se pierde un secretario estructurado, con gran proyección y que hace mucho tiempo no se veía en la ciudad.

“Llevamos tres secretarios de Seguridad Ciudadana, tres secretarios de Salud y el secretario estrella acaba de renunciar. Aquí uno se tiene que hacer una pregunta grande y es: ¿en Cúcuta estamos al garete. Se sabe lo que se está haciendo. Vamos a llegar a buen puerto?”, planteó.

El concejal de Cambio Radical, Oliverio Castellanos, también dijo que es necesario que el alcalde explique por qué se están yendo los secretarios, qué hay detrás de todo lo que está ocurriendo y si es que hay muchos más inconformes.

“¿Será que hay un grupo alterno que le está corriendo al alcalde los secretarios que están queriendo hacer algo por la ciudad?”, cuestionó el dirigente.

El alcalde descarta divisiones

Anoche, tras el revuelo que generó las más recientes renuncias en su equipo de trabajo, el alcalde de Cúcuta, Jairo Yáñez, publicó una carta dirigida a la ciudadanía en la que descartó una crisis al interior de su gabinete y que lo sucedido sea el fin de su proyecto.

“En todas las administraciones municipales son normales las renuncias de sus funcionarios y los reacomodamientos de los gabinetes. Muchas veces, las razones personales se interponen a las profesionales y los funcionarios que en un momento decidieron apostarle a un determinado proyecto deben dar un paso al costado y encaminar sus intereses y esfuerzos en otra dirección”, dijo.

Insistió en que su gabinete tiene claro que el proyecto requiere de un esfuerzo colectivo y de una apuesta por lograr anteponer los intereses personales, con lo cual negó que al interior del grupo haya divisiones o bandos.

“Sin duda que en estos meses tan difíciles algunas cosas se hubiesen podido hacer de otra forma. No me cabe la menor duda de que algunas decisiones que adoptamos hubiesen podido hacerse de otra manera. Sin embargo, en su momento, cuando debimos actuar, el equipo que me rodea y me asesora así lo consideró y por eso las apoyé”, agregó.

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Viernes, 28 de Agosto de 2020
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