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El día que ganó Cúcuta... así fue

Patrocinio Ararat Díaz, presidente de la Fundación Cultural El Cinco a las Cinco, habla sobre la victoria de Jairo Yáñez.

En los primeros días de cada año se hizo costumbre para un grupo de amigos reunirnos en la oficina de José Neira Rey “para arreglar el país”. Este es un ejercicio ciudadano gratuito, en el que no sostenemos nada de lo que decimos y los amigos nos volvemos críticos del atardecer de nuestros gobernantes. 

Para el 2019, la costumbre nos llevó además de José, a Ernesto Collazos, Ciro Ramírez, Ciro Pérez y a mí, a dos conclusiones importantes. Primera, volver a sacar del perchero un ejercicio ciudadano en el cual analizamos el Departamento de Norte de Santander desde varias ópticas, que denominamos el Diplomado de la Nortesantandereanidad y que lo llevamos a cabo durante 26 sábados de a tres horas diarias. 

Este ejercicio estuvo liderado por la Fundación Cultural El Cinco a las Cinco, la Universidad Simón Bolívar y la Academia de Historia de Norte de Santander. Y  segunda, crear un grupo de estudio para continuar el análisis de las problemáticas locales en distintos espacios y ambientes de la ciudad. Prácticamente me hice cargo de la dirección de las dos iniciativas y creo que a la fecha, los dos objetivos, los conseguimos este año con lujo de detalles y de competencias. 

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Del análisis del tema de la segunda conclusión, nació el grupo que nombramos “Por Cúcuta” al cual se sumaron además del grupo inicial, Rafael Espinel, Rafael Villamizar Aponte, José Fernando Bautista, Ricardo Urazán, Jorge Maldonado, Sergio Entrena, Alicia Acosta, Carlos Corredor, Jairo Yáñez, Alfredo Osorio, Ricardo Urazán, Jerónimo Calvete, Luis Alberto Gómez y el periodista Hernando Angarita. Nos alcanzamos a reunir tres veces. Recuerdo que una vez, hicimos un diagnóstico sobre la ciudad que arrojó los siguientes datos.

Del pasado y presente, los resultados fueron: Cúcuta no tiene dolientes. Cúcuta no cuenta con verdaderos proyectos. En la ciudad no se ven obras que requiera Cúcuta. Falta unión de las gentes. No hay sentido de pertenencia. No hay buena educación de los habitantes. No hay cultura política. Se perdió la fe en todo. No se le ve rumbo a la ciudad. No hay normas. Las que existen no se cumplen. Estamos en un estancamiento peligroso con tendencia a un descenso imparable. Cúcuta está en manos de una mafia corrupta. Somos grupistas, faltos de solidaridad y malversadores sociales. No se le pone atención a la frontera. 

Y de las proyecciones al futuro, la lectura final fue: la región tiene un futuro incierto. Cúcuta es una ciudad de oportunidades. Se necesita unión de todos para sacarla adelante con una caja de resonancia en los medios de comunicación.  Se requiere organización y una planeación adecuadas.  Se necesita trabajar mucho en la cultura de las gentes para vencer el pesimismo. Es preciso puntualizar sobre los problemas que tiene la ciudad para plantear las soluciones.

En otra oportunidad analizamos en el grupo, un artículo promocional de la ciudad de Manizales que escribió la firma Raíces (Inmobiliaria, Soluciones Finca Raíz), el cual nos dejó una rabia infinita por la envidia desarrollada y el auténtico y legítimo inconformismo. La parte más importante de ese documento, dice así:

“Manizales: Primera ciudad en el Informe de Calidad de Vida. Primera ciudad en el Índice de Progreso Social. Primera ciudad en el Doing Business. Primera ciudad con más empleo formal en Colombia. Primera ciudad en el Índice de Ciudades Universitarias, (tienen 6 universidades, 4 de ellas acreditadas en alta calidad y la quinta en proceso, todo esto para 400.000 habitantes). La mejor ciudad entre 5 mil del  mundo en programas de servicio público por cambia tu mente…construye paz. Ganador del premio ONU en esta categoría y premio OEA por innovación social. Somos la primera ciudad de Colombia con el mayor número de cámaras de seguridad por habitante. Por lo anterior presenta reducción constante y sostenida de homicidios, hurtos y demás delitos que afectan al ciudadano. El 94% de los habitantes declara su satisfacción con los servicios públicos. Es la tercera ciudad en Colombia con mejor agenda cultural y deportiva. Es el tercer destino turístico de Colombia. El 85% de los manizaleños se sienten satisfechos con el sistema educativo para niños y jóvenes. Es la primera ciudad en Colombia en índice sintético de calidad educativa. Es la ciudad con mayor número de profesionales en nivel de doctorado por número de  habitante. Ocupa el primer lugar con el programa de alimentación escolar público gratuito (PAE), con una calificación del 99%. Nuestro centro histórico ocupa el primer lugar como destino sostenible según declaratoria por el Ministerio de Industria y Comercio. Está en el top 10 de las ciudades con avances en el índice de transparencia y es la entidad territorial con mejor plan de comunicación digital en la estrategia urna de cristal y rendición de cuentas, lo que garantiza la transparencia de los procesos”.

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Al recibir la credencial, Yáñez manifestó que “comienza una nueva etapa para nuestra ciudad”. 

¿Y de Cúcuta? Leímos y analizamos un diagnóstico realizado hace varios años por la Fundación Cultural El Cinco a las Cinco, el cual aún no pierde vigencia:

“En los primeros años del Siglo XXI, la región fronteriza colombo venezolana ha venido presentando unos indicadores sociales, económicos, académicos y culturales bastante preocupantes: desempleo, subempleo, indigencia, informalidad, línea de pobreza, NBI, IDH e inseguridad, van de la mano del escaso desarrollo económico y los bajos niveles de ingreso, calidad de vida, productividad, competitividad, nivel educativo, salarios, ocupación laboral, inversión pública, industrialización y exportaciones.  Ya está siendo tiempo para que se empiece a combatir la corrupción, la politiquería, la impunidad, la violencia, la apatía, la pasividad, la ceguera y la desconfianza, con una mejor presencia de las entidades universitarias en el panorama local y una mayor participación de la comunidad en las decisiones regionales. Igualmente, comenzar a mostrar acciones para perfilar un verdadero liderazgo de quienes detentan los poderes ejecutivo y legislativo y de las entidades que deben impulsar la nave del desarrollo regional”. 

De todo esto quedó para el grupo, (en donde estaba y era una persona rebatidora y participativa, nuestro compañero y amigo Jairo Yáñez Rodríguez),  una inmensa necesidad de hacer algo en este año 2019, que pudiera reivindicar a la ciudad y enrumbarla por caminos de desarrollo.

Tengo que decir que desde el mes de febrero, Jorge Maldonado Vargas estaba con el trabajo de conseguir un buen candidato a la Alcaldía de Cúcuta que nos representara bien en el movimiento Compromiso Ciudadano que lidera Sergio Fajardo y tenía tamaño reto. El llamó a excelentes personajes de la ciudad para hablarles del tema, recibiendo sucesivas y negativas respuestas por distintos y válidos motivos. Jorge debió dejar pendiente esta tarea, pero no por mucho tiempo. 

Mientras tanto, Jairo Yáñez que estaba preocupado por los escabrosos indicadores socioeconómicos regionales, estaba “enfrascado” en terminar de escribir su libro “Cúcuta 2050, una estrategia de todos”. Y en esto, se lo pasó buena parte del primer trimestre. Para “botar corriente” al respecto, él y yo nos reunimos varias veces. Unas en Toffee de Caobos y otras en Café Tinto, que es un bonito lugar dirigido por emprendedores venezolanos ubicado cerca de La Canasta.

De esas actividades, nació entre nosotros el deseo irrefrenable de incidir en la región con el sueño de tener un movimiento cívico, social y ciudadano que permitiera el mejoramiento de aquellos elementos que tienen postrados e la ciudad y la región, desde hace varios años.

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Por mi parte, en mi calidad de presidente de la Fundación Cultural El Cinco a las Cinco que se ha venido metiendo en el corazón de los ciudadanos de Cúcuta, tenía un dilema grande que consistía en que según algunos no podíamos participar en política. Otros afirmábamos con propiedad que en tanto realizáramos actividades científicas, sociales, educativas, académicas etc, estábamos realizando en la región una política de la buena buscando incidir en el pensamiento de la sociedad. Lo que nos estaba negado era hacer política de la burda, de aquella con visos que llevara a la comunidad a alterar negativamente sus comportamientos sociales. Se dieron ricos debates en la junta directiva, contando para el análisis con dos conceptos fundamentales.  

Por un lado el de Sergio Entrena López, quién en la presentación del libro institucional de El Cinco a las Cinco “Más Educación, más Cultura, El Libro del Año 2018” escribió:

“Como en la vida tenemos que transformarnos para evolucionar con el mundo y las sociedades y seguir vigentes, aprovechando las perspectivas que ofrece nuestra región y la comprobada capacidad operativa, credibilidad y capacidad de convocatoria que tiene la Fundación, valdría la pena considerar que nuevos servicios le puede brindar la institución a los nortesantandereanos y al país, a través del aporte de sus valiosos asociados para bienestar y progreso de nuestras comunidades”. 

Por su parte, el exitoso empresario cucuteño Libardo Mojica Rojas quien presentó el 26 de abril de 2019 en El Cinco a las Cinco, la conferencia “Los Retos de la Industria Colombiana”, antes de iniciar la actividad, acotó:

“Se deben analizar dos posturas: una, que ojalá se pensara en que lo que ha hecho la Fundación en estos trece años, le da opción para pensar en iniciar u orientar acciones de tipo político en la región y dos, que la Fundación debiera iniciar un análisis prospectivo que permitiera reconocer opciones de crecimiento institucional”. 

Seguidamente, en el acta No 12 de Junta Directiva de la Fundación “se consideró válido y posible estas propuestas, para buscar más avances de liderazgo en la ciudad en los temas de asuntos ciudadanos”.

En el acta No 13 del 3 de julio, en el punto 4 se lee que:

“Para tratar el asunto del acta 12, el Presidente invitó al socio Jairo Yáñez Rodríguez, quién después de algunas reflexiones, que tienen que ver con la parte política y no politiquera que debe manejar cada persona o institución, propone que se haga un documento relacionado con la situación financiera, política, económica y social de la región y se defina la posición de la Fundación frente a los nuevos comicios, teniendo en cuenta que estamos llamados a guiar a los ciudadanos por senderos apropiados. Al final se determina que el Dr Jairo escriba la propuesta, la cual se analizará y se hará a conocer profusamente”.

En el Acta No 14, del 24 de julio, en el punto 4 se lee que:

“El Doctor Jairo Yáñez explica con detalles el documento “Cúcuta 2050, Una Estrategia de Todos. Hay participación de todos los asistentes en este momento y la Junta Directiva por unanimidad determina dar el respaldo total a esta propuesta”. 

Con relación a esta determinación, la Fundación Cultural El Cinco a las Cinco decidió acompañar a Jairo Yáñez Rodríguez en la exposición de su propuesta ante otras entidades y de constituir el varias veces nombrado movimiento cívico ciudadano. Con esto se fundó una gran sociedad que originó un rumbo definitivo para la ciudad.   

Por otra parte, antes Jairo solicitó y obtuvo de El Cinco a las Cinco un espacio para dar a conocer parte de su trabajo y el 8 de marzo, se le dio vía libre y disertó sobre “Retos por la Competitividad Regional. Visión de Futuro”. Excelente presentación a la que asistieron 72 personas. Debo decir que a mi “me movió la aguja” la presentación de Jairo, por el manejo de las situaciones, por la facilidad de presentar ordenadamente los temas y por las respuestas claras y precisas a las preguntas que se le hicieron al culminar su conferencia.  

La presentación de Jairo en la citada conferencia movió a los socios de la Fundación para darle más respaldo a su iniciativa. Por ello, con el aval de la Junta Directiva de El Cinco a las Cinco, decidimos invitar a nuestro programa a Alcaldes exitosos del país. En efecto, le escribimos a Alejandro Char de Barranquilla, Rodolfo Hernández de Bucaramanga, Federico Gutiérrez de Medellín, Maurice Hermitage y Rodrigo Lara de Neiva. Al final, logramos traer solo a Rodolfo Hernández y a los secretarios del daspacho de Bogotá (Desarrollo Económico- José Andrés Duarte) y de Cali (Seguridad- Andrés Villamizar).  Nuevamente refrescantes y exitosas estas presentaciones que dejaron muchas enseñanzas entre los asistentes de cara a la ciudad.

Por tiempos de la conferencia de Rodolfo, recuerdo que los del Centro Democrático le estaban haciendo “ojitos” a Jairo. Y lograron que hiciera “una brevísima presencia” en ese partido hasta que lo hicieron “estrellar” con su parte económica personal. Renunció a una precandidatura del CD sin siquiera “calentar el puesto”. El cuento curioso fue que el “banner” de invitación a la conferencia del Alcalde de Bucaramanga, lo hicieron en la oficina de Jairo con los datos que yo les di. Ocurrió que al lado derecho de la tarjeta “aparecía” el logo del CD y un personaje con la “mano en el pecho”. Como la invitación se montó en el whatsaap de El Cinco a las Cinco,  llovieron improperios, madrazos, regaños etc. pidiendo claridad si quien invitaba era nuestra Fundación o el CD. Le di el manejo debido al incidente pues Jairo no estaba autorizado para hacer eso. Pero defendiéndolo manifesté en el mensaje de respuesta que “él (Jairo Yañez) o una persona como él, debería hacerse cargo de las riendas de la ciudad”. Al final de todo hay que afirmar que la conferencia del Alcalde de Bucaramanga (que se tituló “De eso no se habla”) fue extraordinaria y el público salió convencido de que teníamos que pensar para el futuro en un personaje de ciertas condiciones. Con Rodolfo compartimos muchos ratos, antes, durante y después de su conferencia, pero debo decir que hubo entre él y Jairo Yáñez una fuerte empatía. 

Ya disuelto su “paseo” por el CD, Jairo estaba en “la carramplana”. En realidad, no estaba “loco” por ser candidato. Él lo que quería era seguir jugando la carta de iniciar el movimiento cívico, social y ciudadano de mediano plazo que pudiera llegar a incidir en el destino regional. Esto si le interesaba.  Pero las buenas cosas estaban por venir.

Resulta que en una visita que Sergio Fajardo hizo a Bucaramanga, de paso para Cúcuta, Rodolfo le manifestó que acá había una persona con muy buenas condiciones que podría ser candidato de Compromiso Ciudadano y que éste era Jairo Yáñez. Total que en la visita que hicieron a Cúcuta Sergio Fajardo y Alonso Salazar para presentar el 5 de julio su conversatorio “¿Cómo recuperar la credibilidad y confianza en las instituciones?” se habló del tema y se llegó al acuerdo correspondiente. Acá se dio otro salto más en el movimiento y se concretó el respaldo de Sergio Fajardo y Rodolfo Hernández.

Ya estábamos en el mes de julio y Jorge Maldonado quién fungía como Director de Compromiso Ciudadano había encontrado la clave de su reto. El hombre para trabajar la propuesta a la Alcaldía era Jairo Yáñez.  Jorge y yo, decidimos escribir una carta solicitándole a Jairo que se pusiera al frente del movimiento cívico, social y ciudadano que estaba ansiando desde hacía rato. Así se hizo y logramos conseguir cerca de 200 firmas de empresarios y profesionales de la ciudad. La carta fue conocida por la gente y publicada en La Opinión. Entre los firmantes, además de Maldonado y mi persona, estaban Carlos Jaramillo, Roberto Pinzón, Gerardo y Ernesto Duplat, Francisco Pérez, Abraham Ararat, Francisco Javier Cuadros, Jaime Figueroa, Giuseppe Martin, Rafael Acosta y señora, Fernando del Corte, Alberto Ramón Garciaherreros, Sergio Maldonado, Luz Nelly de Maldonado, Luis Eduardo Barreto, Jaime Barajas, Carmen Leonor Barajas, Guillermo Ramirez y Gerardo Ramírez. 

Lo más importante fue que Jairo aceptó el reto y con ello se convirtió en un potencial candidato sin aval de un partido político. Para lograr este objetivo, Jorge Maldonado hizo lo indecible ante Fajardo, Mockus, Gubertus etc y por fin, logró el objetivo de tener el aval del Partido Verde, que solamente llegó a Cúcuta, un día antes de la fecha final de inscripciones de candidaturas. 

Amaneció el 29 de junio de 2019 y no teníamos plata, ni camisetas, ni gorras, ni nada. Solamente el aval. Nos logramos inscribir ante la Registraduría con la asistencia de la familia de Jairo, los candidatos a concejal, Edward Varón y a la Asamblea, Carlos Bolívar y de algunos amigos de Jairo. No éramos más de veinte. Contrastaba nuestra inscripción con la de las candidaturas de los partidos tradicionales. Mucha gente, pitos, ruidos, camisetas, gorras etc. Lo de nosotros fue muy sobrio. Terminado el acto ya estaba debidamente inscrito Jairo Tomas Yáñez Rodríguez. 

Sin recursos, había que organizar pronto la campaña. Para ello nos reunimos inicialmente el martes 2 de julio en el Restaurant Rodizio que se convirtió en nuestro lugar habitual. Jorge Maldonado ofreció, además, un lugar para la sede de la campaña en la avenida 5ª con calle 16. Un lugar digno con algunos muebles prestado por Ernesto Duplat. Ya Jairo había contactado al equipo que le acompañaría en su carrera de campaña: Ernesto Duplat en la Gerencia, quién después fue reemplazado por Carlos Alberto Estrada; Elisa Montoya en la dirección política; Ricardo Pascuas en la coordinación de las redes sociales;  Virginia García en la sincronización de las visitas a los barrios, las actividades en los semáforos y la organización de los equipos de trabajo; y Carlos Alberto Díaz quién se sumó al equipo en el trabajo de responder por internet los interrogantes de los cibernautas relacionadas con el trabajo del candidato Jairo Yáñez.

A ellos, nos sumamos Jorge Maldonado quién era el director de la Campaña, Carlos Jaramillo, Gerardo Duplat, Francisco Pérez y yo, en calidad de directivos, asesores y gerentes recaudadores de ingresos de la comunidad.     

Jairo pensó que necesitaba un megáfono y el gerente Duplat, muy acucioso averiguó el costo. El precio era de $190.000 en San Andresito. Había que conseguirlo. Creo que Jairo se fue a algún negocio habló de su candidatura y el dueño terminó regalándoselo como un aporte a la campaña.

Hicimos un presupuesto global de todas las actividades y la cifra superaba los $150 millones. Conociendo la idiosincrasia de nuestra gente, varios fueron pesimistas de la realización de la campaña. Pero seguimos.

Nuestra campaña duró escasamente tres meses. Fue a toda máquina. Nos reuníamos todos los martes en Rodizio. Dos horas. Los muchachos hicieron un magnífico trabajo. Nos rendían cuentas y todos salíamos satisfechos. La parte álgida fue siempre la parte financiera. Los gastos crecían exponencialmente y los ingresos muy lentamente. Había gastos prioritarios y los muchachos, una vez, con legítima razón, querían irse del equipo. Tocó acudir a un pequeño crédito para cumplir con sus servicios personales. 

El esquema de la campaña se basó en las redes sociales y en un juego inteligente para los jóvenes de la ciudad. En ese sentido Elisa, Ricardo, Virginia, Carlos y el gerente Carlos Alberto, extremaron el trabajo. Además definieron los rasgos importantes de la personalidad de Jairo y los “explotaron”, en especial los que se refieren a que él es un líder gremial, que no pertenece a la clase política y que es una persona culta y respetuosa.

Sin embargo, antes de seguir y decir otra cosa, hay que aceptar que teníamos un gran candidato. Fuerte, decente, pragmático, integro, comprometido, inteligente, dando cátedra con una gran pedagogía en su discurso. Nunca mostró un hálito de pereza y por el contrario llevó al trote a Virginia y sus equipos de voluntarios en las visitas a los barrios y el trabajo en los semáforos. Jamás se le conoció signos de desaliento o amargura por los resultados financieros. Puedo afirmar y así casi lo grité por el Canal TRO que “nuestro éxito se debió en un 70% al trabajo de Jairo”.  

Además Jairo hizo gala de un excelente estado físico pues realizó un gran esfuerzo para visitar a todas las emisoras de radio y televisión. Se le vio dinámico, propositivo, firme en sus aspiraciones. Por su parte, Elisa fue potente en la distribución del tiempo del candidato y en la organización de sus demás actividades. Además fue muy acuciosa en potenciar en las redes sociales, los distintos momentos políticos de Jairo.

Entre tanto, Ricardo con Carlos, estaban en lo suyo, pujando con extraordinaria calidad profesional por impactar positivamente en el imaginario colectivo. Se lo pasaban midiendo tendencias, proponiendo estrategias de marketing y mostrando resultados.

Con mis compañeros de gerencia financiera hicimos grandes esfuerzos por no ser inferiores a las responsabilidades de la campaña y aun así no fuimos capaces y mostramos un déficit apreciable. Mientras tanto, Jorge Maldonado nos apoyaba en la dirección y en la logística de la campaña, amén de los contactos en Bogotá y Bucaramanga.

Jairo aceptó ir a los diferentes foros organizados en las universidades o gremios de la ciudad. No faltó a uno y siempre mostró ánimo, disposición, capacidad y entrega. Hizo propuestas interesantes y se enfrentó varias veces con varios candidatos.  En estos foros Jairo mostró su don de gentes y su calidad humana. Podría calificar que en los foros, Jairo estuvo siempre entre los tres mejores.

Capítulo aparte merecen las encuestas. De ellas, Álvaro Gómez Hurtado anotaba que “las encuestas son como las morcillas; son muy buenas pero uno no sabe dónde y cómo las hacen”. En la primera, que se hizo pública al mes de iniciadas las campañas, nos daban un 0.3%. Similar a los porcentajes de Buitrago, Bautista y Rosas y superior a los de Mayorga y Rivera. Nos sentimos satisfechos pues era el resultado del trabajo de solo un mes y ya éramos visibles.

Después hubo otras encuestas en las que se veía de lejos que eran “amañadas” y que procuraban fines específicos. Salieron una, dizque de Datexco, en las que nos “acomodaban muy bien en el ranking. Pero rápidamente las alejamos con el mote de “falsas”. Pero La Opinión publicó una encuesta el domingo 20 de octubre, que la verdad sea dicha, no entendimos los fundamentos por la falta de objetividad. Nos colocaban en “la cola” con el 0.3%. Al principio sentimos rabia pero lejos de amilanarnos, la gente de la campaña optó por hacer caso omiso a esa “información”. El miércoles 23 de octubre, en cambio, el noticiero CMI publicó a nivel nacional, una en la que se nos colocaba en el cuarto lugar con el 9%. Pensamos que este dato si reflejaba nuestro sentir. Entonces decidimos hacer un máximo esfuerzo en las redes sociales y el respaldo fue muy grande. Aparecieron otras encuestas de otros medios que nos daban el primer lugar con un 27%. Otra vez, nos mostramos escépticos y  por el contrario, nos impulsaron a seguir adelante.

Aun así, con Jairo adelante, todos los compañeros nos dábamos “contentillo” de lograr obtener una buena votación para apostarle a mantener vivo el equipo y seguir trabajando por una causa de mediano plazo como era la creación de un movimiento cívico, social y ciudadano, que potenciara nuestros principios filosóficos y  misionales contundentes que son: el ejercicio de la ética, la moral y las buenas costumbres, la lucha contra  la corrupción; la claridad en las licitaciones de las obras civiles y la excelente interventoría en sus ejecuciones; la recomposición del sistema de salud; el impulso de la productividad y competitividad de las empresas; el estímulo al sector turístico; el mejor tratamiento de la educación integrando cultura, ciencia, tecnología, innovación, emprendimiento y educación superior; el mejoramiento de la calidad de vida atendiendo las necesidades en materia de vivienda, infraestructura, transporte, urbanismo y servicios públicos; el fortalecimiento de la seguridad alimentaria; la creación de la marca ciudad; la conservación y recuperación de los elementos naturales: y la eliminación de los factores que se han identificado como causante de la criminalidad en la ciudad como el descontento social, la desigualdad , la pobreza y la informalidad.   

Todas estas cosas se dejaron ahí. En espera. Y nos dijimos y pusimos de acuerdo en que “ganáramos o perdiéramos, teníamos que seguir adelante con nuestros propósitos… ah y con el déficit financiero. 

Estaban echados “los dados de la suerte” y llegó el día D. No contábamos con suficiente gente. No teníamos testigos, ni veedores en las mesas de votación. Solo muchachos para entregar información de nuestro candidato. Jorge Maldonado y Rodizio obsequiaron el arroz con pollo de almuerzo para esos muchachos. Algunos regalaron sándwiches y pasteles. Otros cedieron sus camionetas para llevar los alimentos. 

Roberto Pinzón obsequió unas camisetas para colocárnoslas ese domingo. A mi esposa le dieron una talla S rechiquitica y a mí me entregaron una XL demasiado grande. Después de votar en la UFPS, me cambié de camisa y me puse “la propia-propia” para trabajar en la causa. Era beige con el megáfono al frente y los datos de Jairo por detrás. Me dejé la franela como una guayabera y el megáfono me tapaba mis partes nobles. Así y todo, estuve como tres horas en la esquina de “Virtual Copias de Reynaldo Contreras, cerca de la UFPS. 

Con mi cuñado Fabricio Coronel, estuvimos desconectados del mundo “Jairo Yañez” y no hubo ninguna comunicación. El entregaba la información y yo conversaba con la gente. Una señora me manifestó que “había votado por el viejo de los potes”. Pensé en el loco Álvaro. Pero la gente que pasaba y nos veía, nos hacía con la mano gestos de aprobación. A las 12:30 pm nos fuimos a almorzar porque no llegó el carro del arroz con pollo. Cansado, después de almuerzo, me quedé con mi esposa en la casa.     

A las 4 pm se cerraron las urnas y lo que fue, fue. Decidí irme con mi radio transistor para Rodizio y como un enjambre, a allá, empezó a llegar la gente. Todos esperanzados en que tuviéramos una buena votación. Que tan buena, he ahí la cuestión. Como a las 4:15 pm empezaron a escucharse los resultados. El primer boletín, nos mostraba en el segundo lugar pero en el segundo, tercero, cuarto, quinto… decimoquinto, decimosexto etc. siempre estuvimos de primeros. 

No lo podíamos creer. Cuando íbamos en el boletín número 11, con el 32.67% del total votante, los resultados eran 33.357 a 25.211 a favor de Jairo. Ya era una tendencia. Poco a poco fue aumentándose el total y el porcentaje de votantes, y era mayor nuestra diferencia sobre el segundo candidato.

Ganamos. Hubo abrazos, besos, llantos etc y empezaron a llegar los periodistas y las personas que nos acompañaron en la campaña. Lo logramos, ganamos la Alcaldía. Pasaba el tiempo y por lo menos yo, no alcanzaba a creerlo y menos, a concebir la consecuencia de este triunfo: llegar a gobernar la ciudad.  

Más sosegado y en la tranquilidad de mi casa, pude afirmar que el triunfo tuvo cuatro elementos importantes: 1) Ganó Cúcuta. 2) La gente tuvo el momento de usar la memoria colectiva, de recordar el verdadero desarrollo de la ciudad y de ansiar el cambio,  y 3) Las redes sociales le llegaron sobre todo a los jóvenes y por su intermedio, a los adultos. 4) Se puso de manifiesto que para alcanzar la Alcaldía de la ciudad, no se necesitan altas sumas de dinero. Lo que se necesita es mucha inteligencia.   

Dios mío, hoy 8 de octubre todo es una realidad. Jairo Yáñez es el Alcalde de la ciudad a partir del 1º de enero 2020. Desde ahora debe aprontarse para asumir ese compromiso. Sigue un trabajo más difícil que el anterior. Hay que gobernar con mucho trabajo, participación, dedicación y rectitud. Porque nosotros abrimos una gran esperanza entre los ciudadanos y debemos cumplir ese compromiso de la mejor manera posible. Con un esfuerzo grande, vamos a cambiar muchas cosas y para ello se necesitan mentes abiertas y positivas. 

Las tareas más importantes a tener en cuenta, son: hacer un buen empalme, rodearse muy bien, y definir y perfilar el plan de acción. 

Y en la administración de Jairo, debemos hacer siempre lo correcto y dar ejemplo a la comunidad. Vamos a dignificar la política para devolverle el verdadero valor que deben tener quienes ejercen este servicio en la ciudad. El proceso de extirpar la corrupción debe ser con mucho tacto y pulso. Tiene que ser paulatino porque extirpar ese maldito cáncer es como pretender acabar con el pecado de un solo tajo.

Sábado, 9 de Noviembre de 2019
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