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El Nuevo Liberalismo es el ‘Factor X’ de la opción política que queremos construir: Juan Manuel Galán

El precandidato aseguró que al revivido movimiento no le interesa convertirse en un expendedor de avales ni en un “partido máquina”.

 

Después de una batalla de cinco años que recorrió el Consejo Nacional Electoral, el Consejo de Estado y la Corte Constitucional, y que para muchos estaba ya perdida, la familia Galán logró hace apenas unos días darle vida otra vez al Nuevo Liberalismo, el movimiento que en la década de los 80 fundó el inmolado candidato presidencial Luis Carlos Galán Sarmiento.

Uno de sus hijos, Juan Manuel Galán, fue uno de los artífices de esa proeza que promete darle un nuevo aire a la campaña electoral que está empezando a tomar fuerza, de cara a 2022.

Aunque todavía no se conocen los detalles de la sentencia que revivió al emblemático movimiento político y está pendiente que el CNE expida la resolución que le devuelve la personería jurídica, el Nuevo Liberalismo trabaja ya en lo que será su puesta en escena.

Sobre ese proceso, las proyecciones del partido en materia de candidaturas y propuestas, el futuro en la Coalición de La Esperanza y otros aspectos habló La Opinión con el precandidato Galán, quien estuvo ayer en Cúcuta, en una visita relámpago a la ciudad.

Tras la decisión de la Corte Constitucional de revivir al Nuevo Liberalismo, ¿en qué están ahora?

Estamos en la tarea de reorganizar y restablecer un partido que fue exterminado por la violencia. El reto que tenemos ahora es que el Nuevo Liberalismo se convierta en la plataforma para conectar esos liderazgos sociales, grupos poblacionales y todos esos sectores que hoy están marginados, excluidos de la política, con la posibilidad de llegar al poder, de concretar y materializar sus aspiraciones políticas en términos de candidaturas y formación de liderazgos.

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¿Hacia dónde está proyectado el movimiento?

Queremos que el Nuevo Liberalismo sea un movimiento político innovador en la manera de hacer política, porque eso fue lo que caracterizó al Nuevo Liberalismo que fundó mi padre Luis Carlos Galán con Rodrigo Lara Bonilla. Y es que la manera de hacer la política es muy importante porque la gente está aburrida, indignada con el clientelismo, que es uno de los principales caldos de cultivo de la corrupción. Ese transformar la manera de hacer política es un legado al cual nosotros queremos ser leales y fieles, pero queremos también que se piense para la Colombia de hoy.

En esa medida, ¿cuál sería el valor agregado del Nuevo Liberalismo en esta segunda etapa?

Creo que el momento histórico que estamos viviendo nos lleva a hablar de cuatro bloqueos fundamentales de los cuales hay que liberar al país. El primero de ellos es el bloqueo político, porque la gente está harta del pleito político. Eso destruye y lo que necesitamos es una opción que sea capaz de construir, y especialmente de construir acuerdos. El otro bloqueo que propongo que ataquemos es la política de drogas, de la cual es víctima Tibú, Norte de Santander y todo el territorio del Catatumbo. También se debe lanzar un plan de infraestructura social cuya base sean las vías terciarias. Adicionalmente, tenemos que levantar el bloqueo del centralismo. Hay que avanzar hacia una Colombia federal, en donde haya soberanía fiscal y tributaria en los territorios para que las regiones puedan determinar su destino.

¿Consideran que el movimiento se puede terminar convirtiendo en esa fuerza que desequilibre las elecciones de 2022, por la novedad, por lo que representó Luis Carlos Galán para el país?

El Nuevo Liberalismo es el Factor X de la tercera opción política que queremos construir para el país, es decir, que realmente emocione y tenga un impacto en relación con un nuevo pensamiento liberal. Lo significativo de ese legado histórico es poder reivindicar toda la construcción de ese camino para interpretar la Colombia de hoy, que no es muy distinta a la Colombia que vivió Luis Carlos Galán, Rodrigo Lara Bonilla y el Nuevo Liberalismo de los años 80. La responsabilidad ahora es reabrir ese espacio y recuperar la confianza de la gente en lo que es la verdadera política.

¿Y se mantendrán en la Coalición de la Esperanza, o cual es el camino a seguir ante el nuevo escenario político?

He venido participando en la formación de la Coalición de la Esperanza porque creo en la construcción de una nueva opción política para Colombia. El restablecimiento de la personería jurídica del Nuevo Liberalismo también compromete una gran responsabilidad para mí, porque desde que mi papá fue asesinado tomé la decisión de hacer política y ha sido un compromiso defender esas ideas y por eso, contribuir a que el centro, a que esa tercera opción política se fortalezca para Colombia, es un propósito del Nuevo Liberalismo. Pero el Nuevo Liberalismo es un partido democrático, donde hay muchos sectores representados que deben tener la oportunidad de reunirse, deliberar y tomar decisiones hacia dónde quieren orientar el partido y yo seré un obrero, un soldado disciplinado en acatar las decisiones que el partido tome.

Hay quienes sugieren a Alejandro Gaviria como la carta presidencial del revivido movimiento, ¿cabe esa posibilidad?

Alejandro Gaviria es una persona valiosa que si quiere llegar a competir en la próxima consulta popular presidencial que queremos organizar en marzo, para escoger un candidato que represente a toda esta tercera opción nueva y distinta que vaya unida a primera vuelta, es absolutamente bienvenido en ese propósito.

¿Usted estaría dispuesto a hacerse a un lado si esa opción se da?

Vamos a competir en una consulta, en donde cada uno va a llevar sus propuestas, sus tesis, sus ideas y los colombianos decidirán en un proceso democrático quién creen que mejor los interpreta y los puede representar. Si yo triunfo, tengo la responsabilidad de representar a toda esa nueva fuerza en la Presidencia, pero si no gano la consulta de marzo, mi compromiso es con el ganador, de acompañarlo y respaldarlo sin ambigüedades.

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¿Han recibido ya muchas solicitudes para hacer parte del Nuevo Liberalismo?

Estamos empezando a hacer convocatorias en la medida de lo posible y teniendo contacto directo para poder traer gente nueva, pero sobre todo gente que tenga una nueva manera de hacer política. No nos interesa ser un expendedor de avales, ni un partido máquina, sino un partido con contenido de ideas. Ya hay una buena cantidad de personas por ahí llamando, pero estamos esperando la sentencia.

¿Es posible que tengan que modificar el nombre del partido?

Queremos esperar a ver qué dice la sentencia, pero creemos que eso sería una revictimización del Nuevo Liberalismo. Pero estoy seguro de que los magistrados del CNE van a actuar conforme a derecho.

Juan Manuel Galán dijo que es necesario invertir en vías terciarias./Foto archivo La Opinión

 

Propuestas para el país y la región

¿Qué debería hacer el próximo presidente de Colombia luego de lo que se vivió este año, en materia de movilizaciones y protesta social?

Tenemos que construir conversaciones en Colombia con un propósito y es organizar acuerdos y comprometernos a que se van a cumplir. Esta es la única manera de que podamos avanzar. Si optamos por una de las dos opciones de extremo no vamos a poder avanzar ni en conversación, ni en construcción de acuerdos y menos en su cumplimiento. Entonces, ese es el propósito más importante para mí; y que el Estado deje de ponerle conejazos a los acuerdos sociales.

¿Cuál es su propuesta en particular para los jóvenes?

La primera oportunidad que hay que conquistar para los jóvenes es la oportunidad de vivir. Hoy la guerra contra las drogas, la estrategia de lucha contra el narcotráfico que hemos venido aplicando está masacrando a los jóvenes, a la gente más pobre del país y a los negros. En segundo lugar, hay que sacarlos de ese estado de ánimo que ha acentuado la pandemia. Tenemos una crisis emocional de salud mental en nuestra juventud y el Estado tiene que desarrollar una política pública al respecto, a corto plazo, que atienda esa realidad. Es necesario,

¿Qué compromiso hay frente a la implementación del Acuerdo de Paz en regiones tan golpeadas como el Catatumbo?

Avanzar en la titulación de tierras en toda la región del Catatumbo y en la construcción de vías terciarias como punto de partida. Para ello, lo que propongo es que el presupuesto de esas vías se lo entreguemos a los batallones de ingenieros militares, para que hagan equipo con las comunidades y construyan esas vías. Este es un plan que tiene un impacto en la generación de empleo en las zonas rurales del país, pero además establece una relación de confianza entre la Fuerza Pública y las comunidades. Además, cuando viene inversión del Estado, esto le da un golpe muy fuerte a las finanzas de los grupos armados ilegales que hacen presencia en esas zonas.

¿Cuál es su postura frente a lo que sucede hoy con Venezuela?

No sé qué está esperando el Gobierno Nacional para reabrir la frontera. A todo el mundo le conviene que la frontera se reabra. Sin embargo, también urge trazar una política de fronteras con visión de mediano y largo plazo, que tiene que ser de Estado y que no puede depender del capricho ideológico o ideologizante de las relaciones del gobierno de turno.

Lucha contra las drogas

¿Por qué se debe regular el cannabis de uso adulto en Colombia?

Sería un paso más allá de ese primero que logramos dar con la ley que fue de mi autoría, la 1787, que reguló el uso medicinal de la marihuana en Colombia. Regular el uso adulto es avanzar en una política de drogas con sentido común, con base en la evidencia y el sentido es la regulación.

¿Hacia dónde debe virar precisamente esa lucha contra las drogas, que cada vez parece menos efectiva?

No podemos quedarnos en esa visión pobre e insultante para la inteligencia, de que el problema del narcotráfico en Colombia es un problema de hectáreas de hoja de coca cultivadas y que si fumigamos y fumigamos el problema se va a desaparecer como por arte de magia. ¿Por qué nunca se habla de la gasolina?, por ejemplo. Para producir un kilo de cocaína se necesitan 75 galones de gasolina y dónde está el Ministerio de Minas y energía regulando y controlando las ventas de gasolina. En Barbacoas (Nariño), que es un municipio con 32.000 habitantes, hay 39 estaciones de gasolina.

¿Por qué cree que no son convenientes las fumigaciones aéreas con glifosato?

Mientras las fumigaciones aéreas destruyen la confianza entre la Fuerza Pública y la comunidad, hacer obras de infraestructura social como vías, acueductos, alcantarillados, puestos de salud, escuelas, entre las comunidades y la Fuerza Pública es lo que va a generar realmente un nexo de confianza y credibilidad, y eso es lo que necesitamos como política de seguridad.

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Lucy Araque
Lucy Araque
Sábado, 21 de Agosto de 2021
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