La dura realidad de la frontera
León Valencia recordó que, por años, ha habido maniobras “totalmente oscuras” en el manejo económico de lado y lado de la frontera que han hecho que los grupos armados ilegales saquen provecho, se consoliden y también sean cada vez más.
“De los 28 grupos que hay en la frontera, porque en 2018 se llegó a ese tope, 13 son trasnacionales. Están los mexicanos, los pranes de Venezuela, que llegan hasta este lado de la frontera; están también los grupos brasileños, gente de Perú, y así, varias organizaciones más”, manifestó.
Valencia señaló que a todo esto se le sumó también el hecho de que, tras la firma del Acuerdo de Paz de La Habana, en esta zona de frontera los exintegrantes de la guerrilla de las Farc fueron los que menos estuvieron comprometidos con el tránsito a la legalidad.
“Las disidencias en estos territorios son muy grandes, prácticamente estructuras enteras que no aceptaron el acuerdo y se quedaron por fuera. Ahora esto fue reforzado por la llegada de Iván Márquez, de Santrich y esas disidencias”, dijo.
El director de la Fundación Paz y Reconciliación admitió, igualmente, que tras el proceso de paz con las Farc, el Eln ha crecido enormemente en esta zona de frontera.
“Está tramitando sus cosas internas de manera bien, le está ganando la pelea al Clan del Golfo de una manera impresionante y a las mismas disidencias. Empezó una ofensiva el año pasado sobre estos grupos y los ha ido arrinconando y ya les ha quitado el control de muchas partes en Cúcuta”, sostuvo.
Al ser consultado sobre cuáles son las razones que han llevado al Eln a hacerse tan fuerte en la frontera, León Valencia aseguró que, sin duda, ha tenido un gran peso no solo en Norte de Santander sino también en Arauca y Santander, el hecho de que esta fue la zona donde nació esta organización insurgente, de la cual él también hizo parte en algún momento.
En ese sentido, el analista consideró que durante muchos años ha habido una especie de “arraigo social” por parte de este grupo, en la medida que, ante el abandono estatal en regiones como el Catatumbo, el Eln suplió de una u otra forma el vacío del Estado en términos de salud, trabajo, entre otros renglones.
Violencia en Tibú
Sobre el aumento de los homicidios de mujeres en Tibú, el analista señaló que todo ciclo de violencia es más degradado que el anterior y que es una realidad que los grupos armados van empeorando su estrategia.
“La forma de reclutar se vuelve más laxa, no hay reglamentos, entra una cantidad de gente que quiere es venganzas, que va a resolver problemas personales; gente en valores éticos muy perdidos. Esto que pasa en Tibú está pasando en muchos lugares; en Urabá, por ejemplo, están esclavizando sexualmente a indígenas, lo cual es muy triste. Entonces, todos estos grupos se van es degradando”, explicó.