La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile

‘Es muy importante recoger esa verdad que está en Venezuela’

Habla Carlos Beristain, integrante de la Comisión de la Verdad.

Carlos Martín Beristain es un médico y sicólogo español que durante años se ha dedicado a acompañar a las víctimas que han dejado distintos conflictos en el mundo. 

Está convencido de que la verdad es el camino para la construcción de la paz y por eso es que además de coordinar el informe de recuperación de la memoria histórica en Guatemala, ha asesorado a varias Comisiones de la Verdad en diversos países.

El año pasado asumió la nada fácil tarea de ayudar a develar cuáles fueron las causas que originaron el conflicto armado que durante más de medio siglo  ha desangrado a Colombia y promover así  el reconocimiento de lo sucedido, además de sentar las bases para que esa historia no se repita nunca más.

Su misión resulta aún mucho más compleja, como quiera que Beristain es uno de los encargados de recoger las voces de todas esas víctimas colombianas que hoy están en el exilio, pues en algún momento tuvieron que huir del país para preservar sus vidas.

Hasta el momento ya son 20 los países que ha visitado, de 23 que tiene en la lista, en busca de esa verdad que está afuera y que, insiste, también necesita ser contada. 

Recientemente, el recorrido que viene  haciendo el  comisionado y el resto del  equipo los llevó a Venezuela, el segundo país que más víctimas colombianas alberga hoy, según cifras oficiales, y que durante muchos años se convirtió en el refugio de quienes intentaban escapar del conflicto.

El objetivo: empezar a elaborar una línea de tiempo que dé cuenta de los “hitos del conflicto armado colombiano que provocaron un enorme desplazamiento forzado hacia Venezuela”

El reto de rescatar todas esas historias ha sido mayúsculo, lo reconoce Beristain, si se tiene en cuenta que la situación política, económica y social que se vive en el vecino país, ha hecho que muchos de esos colombianos que residían allí, hayan decidido retornar a Colombia en busca de mejores oportunidades.

Las cifras al respecto hoy no son claras. “Sabemos que en Venezuela hay 8.000 colombianos con estatuto de refugiado, pero sabemos también que hay muchas personas más que se fueron con otros estatus, sin pedir refugio, que tenían visa o cédula de los dos países. Por eso, no sabemos cuánta de esa gente ha vuelto”, asegura el comisionado.

No obstante, Beristain es optimista de que esa verdad que estaba allí no quedará en el olvido, porque recuerda que en las zonas de frontera como Norte de Santander y Arauca hay Casas de la Verdad en donde muchos de esos retornados pueden ir a contar todo eso que les ocurrió y ser tenidos en cuenta.

“Necesitamos la verdad que esas personas tienen, de la que no pudieron hablar, y que ojalá en su momento la podamos recoger de una forma constructiva, para que no haya países que por dificultades políticas o sociales se queden por fuera de este ejercicio de trabajo”, resaltó.

Por esa razón, Carlos Martín Beristain aseguró que han resuelto buscar los mecanismos para poder incluir a todas las víctimas, independientemente de su condición,  en la reconstrucción de esta verdad colectiva e incluyente que busca la Comisión.

“El Servicio Jesuita a Refugiados, las universidades  y los distintos sectores de víctimas nos van a ayudar a visibilizar esa parte de la verdad de Colombia que sigue estando en Venezuela, y ojalá a poner puentes en esas historias entre Colombia y Venezuela”, dice.

Contextos negativos, pero deseo de contar

La presencia de grupos armados como el Eln y ahora las disidencias de las Farc, además de algunos grupos paramilitares en Venezuela, que se niega a aceptar el gobierno de Nicolás Maduro, se constituye en un factor negativo para el trabajo que adelanta la Comisión de la Verdad, en la medida que muchas de sus víctimas residen en territorio vecino.

Beristain reconoce que hay miedo, que se debe avanzar con mucho tacto y cuidado en medio de esta situación y que el escenario que buscan impactar no es fácil. Sin embargo, dice que lo que les reconforta es que en Venezuela hasta ahora han encontrado un profundo agradecimiento por ser incluidos en el ejercicio y una necesidad de que sus historias también cuenten, lo que constituye un indicador importante.

“Claro que hay muchas dificultades logísticas, por una parte, políticas por otra, pero también la convicción de la Comisión de que tenemos que acceder a esa verdad que está afuera, para ponerla a dialogar con las verdades que estamos recogiendo aquí en el país”, asegura.

El comisionado es consciente de que el trabajo será dispendioso, que lograr el objetivo tomará su tiempo, “por las condiciones políticas que se dan”, pero insiste en que Colombia necesita ampliar el espacio para la paz y la Comisión debe hacer esa contribución, incluyendo también esa verdad que está en Venezuela.

Lo que están haciendo del otro lado de la frontera

Carlos Martín Beristain explicó que estos primeros trabajos de acercamiento a la verdad en Venezuela lo que pretenden es recoger los hechos más significativos no solo  de la historia del conflicto armado en Colombia, sino de las situaciones particulares que tuvieron que afrontar las víctimas, como el exilio, para hacer una historia global.

“La Comisión va a tener que hacer un informe que incluya el exilio colombiano entre los hechos traumáticos, los impactos y demás,  pero también va a tener que dar recomendaciones sobre el exilio, el retorno y el reconocimiento de los derechos de la gente que tuvo que huir del país”, sostuvo.

Dijo que por ahora están dando a conocer el trabajo que están haciendo, generando redes de interlocutores de confianza en el vecino país que puedan contribuir con la Comisión, en las tareas de escucha a las víctimas y empezar a determinar cuáles son las situaciones más representativas que tendrán que recoger en la fase de toma de testimonios.

Los retos de la Comisión

¿Qué fortalezas encuentra en la Comisión de la Verdad colombiana?

Una de las grandes diferencias que encuentro no tiene que ver tanto con la Comisión, sino con el contexto. Las Comisiones de la Verdad usualmente trabajan en un contexto de posconflicto, más real que el caso colombiano. En este país hay un posconflicto con las Farc, pero no con el Eln, ni con las disidencias, ni los grupos paramilitares que han seguido controlando lugares muy importantes del país. Esto implica hacer un trabajo en medio de un escenario en el que la violencia sigue y nos muestra un contexto en el que cómo podemos hablar de la verdad si no tenemos garantías, ni condiciones para ello. 

¿Eso les ha dificultado el trabajo?

La Comisión puede trabajar abiertamente en algunas zonas, en otras con redes de confianza, en otras hay que sacar a la gente para que pueda hablar. 

¿Qué representa para la Comisión que siga siendo esquivo el reconocimiento del conflicto armado en Colombia?

Es un muy mal indicador. La negación del conflicto armado interno secuestra un marco de reconocimiento para las víctimas, se lo quita, y no ayuda a entender la violencia.

¿Ya se salió de lo normal lo que está ocurriendo en Colombia tras el proceso de paz?

Sí, no es normal lo que está ocurriendo. En los conflictos centroamericanos no pasó. Hubo algunos asesinatos de exmiembros de la guerrilla, algunos hechos de violencia política, pero desde luego no ha habido el asesinato de líderes y exintegrantes de las Farc que se ha dado aquí. Esto es un hecho intolerable y tiene varios efectos muy negativos.

Image
La opinión
La Opinión
Sábado, 7 de Marzo de 2020
Premium-home
Patrocinado por:
Logo Empresas
Temas del Día