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Excombatientes y soldados se unieron en Tibú para hacer una placa huella
Un total de 316 metros de placa huella, en el AETCR de Caño Indio, fueron construidos entre reincorporados y el Batallón de Ingenieros.
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Viernes, 5 de Marzo de 2021

Armados, pero esta vez de palas, azadones, formaletas y otros materiales, personas en proceso de reincorporación y uniformados del Ejército Nacional, acompañados por la comunidad y los vecinos del Antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (AETCR) de Caño Indio, se dieron a la tarea de construir una placa huella para conectar ese lugar con la vía que los lleva a Tibú y al corregimiento de La Gabarra.

Esta obra es el resultado de la iniciativa Modelo de Fortalecimiento Comunitario (MFC), impulsada por la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), e implementada con apoyo de los habitantes de los municipios de Teorama, El Tarra y las veredas aledañas al AETCR: Palmeras, El Mirador, El Progreso y Chiquinquirá. 

Durante los últimos meses, la comunidad se dio a la tarea de dejar a un lado sus diferencias del pasado para unir esfuerzos y sacar adelante uno de los proyectos más anhelados, tras décadas de abandono.

En total fueron tres tramos de camino en los que el cemento, arena, piedras y la maquinaria amarilla del Ejército dieron forma a la ejecución de una obra que llena de esperanza a esta zona que por años estuvo en el anonimato y que logró ver la luz tras la firma del Acuerdo de Paz de La Habana, como quiera que fue uno de los sitios elegidos para el proceso de reincorporación de los excombatientes.

Una de las personas que fue testigo de la construcción de la placa huella fue Katerin, una exguerrillera que estuvo en las Farc desde 1988 hasta la firma del Acuerdo y hoy se encuentra en proceso de reinserción.

“Como parte de la comunidad, llegamos al acuerdo de hacer un día voluntario de trabajo para construir la placa huella. El que no podía ir debía pagar al coordinador el día de trabajo. Nos turnamos para ir y si había un trabajo adicional, era  cubierto por trabajadores que eran pagos con nuestros mismos aportes”, le dijo a La Opinión esta mujer que decidió dejar las armas atrás.

Katerin explicó que una de las labores de la comunidad era acomodar las piedras del camino, echar el cemento, pulir con palas, entre otras labores que su esposo hizo mientras ella impulsaba la creación de un taller de costura comunitario en la zona.

“La dinámica de la zona siempre ha sido así, con un trabajo comunitario. Estamos en un núcleo veredal que está compuesto por cuatro veredas  y sus habitantes siempre se ponen de acuerdo en algunas actividades que son colectivas como, por ejemplo, limpiar la carretera de maleza. Esta dinámica no es de ahora, en época de guerra también se trabajaba con las comunidades”, apuntó.

Por su parte, Dairo Alberto Vallejo, representante del antiguo ETCR, manifestó que el proyecto traerá un importante beneficio para las comunidades, que desde hace varios años venía pidiendo la intervención del camino veredal.

“Tenemos un gran proyecto ejecutado gracias a que nos permitieron administrarlo. Así demostramos que las comunidades también saben liderar este tipo de iniciativas. Lo que se hizo en este proceso fue tejer confianza entre comunidades, gobierno y Fuerza Pública para tener resultados 100% efectivos”, dijo Vallejo en declaraciones dadas a la ARN.

La placa huella tiene una extensión de 316 metros, una dimensión de 4,70 metros de ancho, por una longitud de placa entre vigas de 3,0 metros y un espesor de 15 centímetros. La inversión total de este proyecto fue de $532 millones.

Desde 2019 se dio inicio a los primeros encuentros en los que se identificó la importancia de articular la obra de infraestructura en conjunto con las comunidades. 

El consejero presidencial para la Estabilización y la Consolidación, Emilio Archila, inauguró la placa huella esta semana y resaltó el aporte técnico del Ejército Nacional como “institución experta en construcción de este tipo de infraestructuras”.  Archila también destacó el aporte de la Banca de Proyectos, el gobernador Silvano Serrano, la alcaldesa de Tibú, Corina Durán, y la misma comunidad.

A través del  Modelo de Fortalecimiento Comunitario, que se aplica en la zona desde hace año y medio, excombatientes y comunidades de los municipios del Catatumbo han avanzado en proyectos como la adecuación de una biblioteca comunitaria, el fortalecimiento de capacidades productivas, la construcción de caminos, entre otros.

Actualmente, en el Antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación de Caño Indio aún permanecen 42 excombatientes de las Farc, quienes avanzan allí con sus proyectos productivos individuales y colectivos.

El director de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), Andrés Stapper, dijo que actualmente se está negociando un predio cercano en el que se levantará el proyecto de vivienda de los exguerrilleros que decidieron dar el tránsito a la legalidad y que el antiguo ETCR servirá para avanzar con las iniciativas productivas.

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