Anoche terminó el mes de tregua decretado por la guerrilla del Eln ante la pandemia del coronavirus y con este también la esperanza de los nortesantandereanos de poder seguir sobrellevando la crisis sanitaria sin la zozobra que representa el eventual regreso de las acciones armadas al departamento.

Y es que si bien durante estos 30 días se registraron algunos enfrentamientos entre integrantes de esa guerrilla y otros grupos armados que se disputan el control del territorio y de las economías ilícitas, el balance para las comunidades del Catatumbo, principalmente, fue positivo.

Así lo confirmó el personero de Teorama, Ever Pallares, quien no ocultó su preocupación por lo que puede representar para ese municipio la reanudación de la ofensiva por parte de la organización insurgente.

“En el Catatumbo se respetó el cese, no se presentaron enfrentamientos con la Fuerza Pública y no hubo alteraciones del orden público ni acciones violentas. Esto nos ayudó  a que la crisis de salud fuera más llevadera. Durante este mes la comunidad estuvo muy tranquila”, reconoció Pallares.

El personero dijo que la decisión del Eln de no continuar con el alto el fuego los inquieta y definitivamente le imprime un ingrediente adicional al temor que persiste en la zona ante la propagación de la COVID-19.

“Vemos con mucha preocupación esta situación porque en Teorama la presencia del Eln es nutrida, tienen bastante territorio y  es posible que de reanudar operaciones se va a generar una situación de orden público difícil para la comunidad”, lamentó el funcionario.

El secretario de Gobierno de Norte de Santander, Juan Felipe Corzo, por su parte, reconoció que es un hecho que el accionar de esta guerrilla no cesa  y en esa medida, seguirán atentos al Catatumbo y a todos los municipios del departamento en donde tiene presencia, para respaldar a la Fuerza Pública y a las comunidades.

“Esta es una batalla por la legalidad que hemos venido librando y es nuestra obligación atenderla. Estaremos al pie del cañón para contrarrestarla y apoyar a la Fuerza Pública”, reiteró.

¿Qué podría venir?

Ariel Ávila, subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación manifestó que el fin de la tregua que mantuvo el Eln durante un mes puede significar diferentes escenarios para un departamento como este, en donde el accionar del grupo armado es fuerte.

Para el analista, el más complejo, pero también incierto, dadas las mismas dificultades que ha ocasionado la emergencia sanitaria, es que la guerrilla regrese con los atentados al oleoducto, principalmente.

En ese mismo sentido, consideró que el Eln podría comenzar una ofensiva territorial en el área metropolitana de Cúcuta, la cual afectaría duramente la situación de esta zona.

No obstante, Ávila también plantea que otro escenario podría ser que por la misma dinámica de la pandemia, no aumente sus acciones o cometa algunas, pero las reduzca con el paso de los días.

Sí se cumplió

De acuerdo con el monitor del cese el fuego del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), desde hace 38 días no se han registrado acciones ofensivas atribuidas al Eln en el país ni enfrentamientos con la Fuerza Pública.

En el análisis se reportan dos enfrentamientos en los que tuvo participación la guerrilla, pero con otros grupos al margen de la ley, que no son considerados como violatorios de la tregua.

En Norte de Santander, semanas atrás, se registró el desplazamiento interveredal de unas 200 personas en la zona rural de Sardinata, por cuenta de los combates registrados entre el Eln y otros grupos armados que delinquen en la región. 

Para Ariel Ávila, el balance en general del cese es que sí se redujo la confrontación con la Fuerza Pública, aunque se mantuvieron los enfrentamientos con otros actores ilegales.