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Política
Las guerras vivas que enfrentará Iván Duque
La desmovilización de las Farc bajó intensidad al conflicto, pero aún quedan 5.000 hombres alzados en armas.
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Colprensa
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Sábado, 7 de Julio de 2018

Es cierto que Juan Manuel Santos le entrega un país con menor intensidad en el conflicto al próximo Gobierno, si se compara con el que recibió hace ocho años. 

Según Medicina Legal, la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes pasó de 38,36, en 2010, a 23,02, en 2017. Pero, pese a haber desarmado a la guerrilla más antigua del continente, las Farc, Santos deja otras guerras vivas, que si Iván Duque no logra contener podrían convertirse en un problema mayor.

Según inteligencia militar, actualmente hay cerca de 5.000 hombres alzados en armas, sin contar a bandas de delincuencia común que tienen poder territorial, claridad de mando y capacidad de hacer daño. Todos alimentados por la minería ilegal, el narcotráfico, el contrabando de combustible y la extorsión.

Este es el panorama al que se enfrenta el nuevo presidente de Colombia:

El Clan del Golfo no se sometió

El año pasado, 'Otoniel', cabecilla del Clan del Golfo, le pidió al Gobierno Nacional un camino que le permitiera someterse a la justicia y como respuesta, el Ejecutivo le dio trámite a una “ley de sometimiento y acogimiento a la justicia de miembros de organizaciones criminales que contribuyan de manera efectiva a la convivencia”.

No obstante, a pesar de que la iniciativa logró salir adelante en el Congreso de la República, los acercamientos con la organización delictiva no se concretaron, según lo reveló el mismo ministro de Justicia, Enrique Gil Botero.

Según la Fuerza Pública, este grupo armado es el más grande del país, con cerca de 2.000 hombres en armas, más otros que brindan ayuda a través de franquicias locales.

Su cúpula fue menguada como resultado de varios golpes militares que sufrieron por parte de las Fuerzas Armadas. Ante la autoridad que ejercía Otoniel, algunos miembros de la agrupación decidieron constituir otra organización a nivel local, en el Bajo Cauca antioqueño, que se denomina Los Caparrapos.

Eln: en negociación

El Ejército de Liberación Nacional está en medio de una negociación de paz con el Gobierno, que se instaló en febrero de 2017 en Ecuador, pero que para el quinto ciclo tuvo que trasladarse a Cuba, y de la que hasta hoy no hay mayores avances. 

Meses atrás, las partes hablaron sobre la posibilidad de adelantar un piloto de desminado humanitario en Samaniego, Nariño, pero la iniciativa no se concretó, y tampoco se ha logrado el cese del fuego bilateral, después de su terminación el 9 de enero pasado. En este momento, las delegaciones tienen serias diferencias en la mesa frente al nuevo alto el fuego y el punto que tiene que ver con la participación de la sociedad en los diálogos.

En cuanto a su organización, la Fuerza Pública calcula que el tamaño de esta guerrilla es de 1.500 hombres, sin embargo, esa cifra siempre ha sido un misterio, ya que en varios operativos, durante el año anterior, cayeron 928 guerrilleros, según el Ministerio de Defensa. 

La presencia más fuerte de los frentes que conforman el Eln está en Chocó, donde se disputa el territorio con el Clan del Golfo y en la zona del Catatumbo, en Norte de Santander, donde se enfrenta al Epl.

Disidencias de las Farc

Pese a los esfuerzos del Gobierno por contrarrestar el avance de las disidencias de las Farc, a través del Plan Orus, la Operación Perseo y la Operación Éxodo, “lejos de desaparecer, la amenaza que representan se mantiene”, señaló Ideas para la Paz.

Por su parte, Paz y Reconciliación identificó que hay 22 grupos de disidencias en 57 municipios, que tendrían cerca de 1.600 hombres (1.200 excombatientes y los demás nuevos reclutas).

Su operación más importante se da en el sur del país, aunque ya han empezado a verse brotes en casi todas las zonas en donde antiguamente hacían presencia las Farc y en las que se dieron sus procesos de desmovilización.

Epl: a sangre y fuego en el Catatumbo

Inteligencia militar calcula que el reducto del Ejército Popular de Liberación (Epl) que aún se mantiene en el Catatumbo y que el Gobierno denomina también como Los Pelusos, está conformado por unas 260 personas. Sin embargo, los hechos más recientes en los que ha estado involucrado este grupo, dejan en evidencia que su capacidad de daño en la zona norte del departamento inquieta y preocupa.

Durante varios meses han sometido a la comunidad a paros armados, en los que obligan al cierre del comercio y hasta de las instituciones educativas.

De acuerdo con Insight Crime, el Epl se expande con nuevos reclutas a los que no les dan instrucciones ideológicas y cuyo único interés es mantenerse en el hampa.

Este grupo por meses ha reclamado la posibilidad de negociar con el Gobierno. Es posible que quieran acogerse a la Ley de sometimiento a la justicia que está lista para sanción presidencial, pero, por ahora, el Ejecutivo insiste en que son una organización criminal dedicada al narcotráfico y por esa razón, varias veces les han cerrado la puerta a la propuesta de un eventual proceso de paz.

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