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Los colombianos se divorciaron de los partidos políticos

Crisis de los movimientos políticos ha hecho que muchos opten por el camino de las firmas.

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-Desfavorable: 77%.

Esta respuesta, recogida en el último opinómetro elaborado por  la firma Datexco entre junio y julio de este año, es un reflejo del sentimiento que tienen hoy cientos de colombianos hacia los partidos políticos, quienes el próximo año volverán a enfrentarse en las urnas por la recomposición del Congreso y la Presidencia de la República.

Aunque todavía restan varios meses para los nuevos comicios y la campaña comenzará oficialmente en diciembre, la desconexión entre los ciudadanos y las 13 colectividades que actualmente cuentan con personería jurídica en Colombia se hace cada vez más evidente.

Muestra de ello es que varios de los más recientes sondeos que se han hecho en el país coinciden en que entre un 34 % y un 57 % de los consultados asegura no sentirse identificado o tener afinidad con ningún movimiento.

Los escándalos de corrupción que han comenzado a destaparse en el país y que involucran a reconocidos dirigentes políticos, la poca respuesta en materia legislativa que sienten los electores por parte de sus representantes para hacerle frente a sus problemas, y las promesas incumplidas, son tan solo algunas de las razones por las cuales hay un marcado divorcio entre los colombianos y los partidos.

Juan Manuel Charry, abogado constitucionalista y analista político, reconoce que Colombia está presenciando hoy una crisis en los partidos de alto calibre, por cuenta de la burocratización en que quedaron inmersos.

“Tanto la justicia como los partidos se convirtieron en empresas de acceso al presupuesto, ya sea vía cargos administrativos o por contrato, y perdieron su función natural de organizar las corrientes políticas y democráticas de la sociedad”, considera Charry.

Jhon Mario González, profesor universitario, también llamó la atención en el sentido de que, a diferencia de los años 90, el desprestigio del que están siendo objeto hoy los partidos pasó del ámbito local al nacional y eso pesará de manera significativa en las elecciones de 2018.

“No hay partido político que garantice el triunfo. Hoy día los partidos son todos minoritarios, no hay uno, a diferencia de los años 90, que defina una elección presidencial, porque están en un desprestigio muy grande y eso hace difícil que sean el vehículo que garantice las elecciones”, consideró el analista.

Desde la Misión de Observación Electoral (MOE) se ha insistido, igualmente, en la crisis de credibilidad por la que están atravesando las colectividades, lo que ha desencadenado en la creación de nuevas estrategias electorales como las candidaturas por firmas, para no quedarse por fuera de la contienda.

“Cuando a los mismos partidos políticos les parece bien que su candidato no se presente por ese partido sino por firmas, lo que demuestra es que hay detrás una estrategia netamente electoral. Pero, de otra parte, significa que los partidos empiezan a perder su vocación de poder y que posiblemente lo que desean evitar es dar demasiadas explicaciones sobre la calidad de sus candidatos”, consideró.

La explosión de las firmas

Y es justamente ese desencanto que reflejan las encuestas por parte de los ciudadanos con los partidos,  lo que ha llevado a presenciar un fenómeno sin precedentes en una elección presidencial en Colombia: la explosión de candidaturas por firmas.

Aunque esta es una figura diseñada por la ley para garantizar que aquellos ciudadanos que no tienen partido o no se identifican con ninguno de los existentes, puedan participar en los procesos democráticos, la crisis en la que se encuentran hoy los movimientos políticos ha hecho que muchos opten por este camino para no ser excluidos de la carrera electoral.

Uno de los casos que más ha llamado la atención es el del exvicepresidente Germán Vargas Lleras, quien pese a ser el jefe natural de Cambio Radical, decidió salir a buscar apoyos para respaldar su aspiración presidencial y no hacerlo a nombre de su partido.

Como él también están la exministra Marta Lucía Ramírez y el exprocurador Alejandro Ordóñez, quienes decidieron renunciar al Partido Conservador, para impulsar proyectos presidenciales independientes, fortalecidos con el respaldo ciudadano.

Para el analista Juan Manuel Charry, esta situación reviste una enorme gravedad, toda vez que implica una desconexión absoluta de los partidos políticos y su representación en el Congreso, lo que podría conllevar a incurrir en prácticas indebidas a futuro.

“Los candidatos por firmas son un síntoma de la descoordinación en la relación Ejecutivo-Congreso, que hace que los gobiernos sean propensos a la corrupción, porque el Ejecutivo, para obtener las mayorías en el Congreso, acude a malas prácticas políticas que son justamente la participación en la burocracia de la administración pública y darles contratos”, cree Charry.

A la fecha, en la Registraduría Nacional se han inscrito 27 grupos significativos de ciudadanos que pidieron autorización para salir a recoger firmas y avalar de esta manera a sus candidatos a la Presidencia de la República.

El panorama no es mejor para el Congreso, pues hasta hoy se han registrado 43 grupos de ciudadanos que pretenden avalar listas a la Cámara de Representantes y 27 al Senado de la República.

No obstante, pese a lo compleja que resulta hoy la radiografía partidista en Colombia, el director del Observatorio de Procesos Electorales de la Universidad del Rosario, Yann Basset, cree que igualmente, en los comicios del próximo año los colombianos van a terminar votando por los partidos que existen.

El panorama de los principales partidos 

Partido Liberal

En las últimas encuestas hechas por diferentes firmas en el país, su mayor nivel de aceptación se ubica en el 19%. 

Aunque se proyectaba como una de las colectividades más organizadas para las elecciones presidenciales de 2018, la falta de consenso frente al mecanismo de elección del acreedor del aval y la diferencia de criterios en torno al acuerdo de paz con las Farc, la principal bandera que aspira defender el liberalismo, ha generado serias divisiones entre sus integrantes, pues hay quienes no están dispuestos a aceptar todo lo que se pactó.

A esto se le suma el retiro de Humberto de la Calle, quien figuraba en la lista de precandidatos, y la posible negativa del expresidente César Gaviria a asumir la jefatura única del partido.

Partido Conservador

En las encuestas, el porcentaje de colombianos que se identifica con este partido está entre el 3 y el 5%.

Este bajo resultado puede guardar relación con la división interna que desde hace varios años se ha dado entre quienes respaldan al gobierno de Juan Manuel Santos y los que insisten en hacerle oposición, lo que ha llevado a que algunos de sus principales dirigentes como Marta Lucía Ramírez y Andrés Pastrana, decidieran retirarse de la colectividad.

La otra ficha con la que aspiraban contar para las elecciones de 2018, el exprocurador Alejandro Ordóñez, también decidió hacerse a un lado y optar por las firmas, aunque no se descarta su llegada a la coalición de los sectores que impulsaron el ‘No’ en el plebiscito.

Además, el escándalo que salpica hoy a su presidente, el senador Hernán Andrade, por los hechos de corrupción en la Corte Suprema, le han restado puntos al partido, pese a que las directivas decidieron respaldarlo hasta tanto se resuelva su situación jurídica.

Cambio Radical

El partido del exvicepresidente Germán Vargas Lleras tampoco logra una conexión mayor con los ciudadanos, lo que se traduce en que  apenas un 8% de los colombianos, según las encuestas, se identifica con esta corriente política.

Este panorama podría ser el  resultado de los hechos en los que se han visto involucrados varios de los candidatos avalados por el partido y quienes a la postre han terminado detenidos y condenados por corrupción, homicidio y otras irregularidades.

Este es el caso del exgobernador de La Guajira, Francisco ‘Kiko’ Gómez; la también exgobernadora de ese departamento Oneida Pinto, y los alcaldes que han estado involucrados en varios delitos.

La falta de legitimidad por la que atraviesa hoy Cambio Radical habría sido el principal motivo por el que Vargas decidió irse por el camino de las firmas para asegurar su candidatura a la Presidencia.

Partido de la U

El partido de gobierno es tal vez hoy uno de los más débiles frente a las elecciones de 2018, pese a que en 2014 se impuso en las votaciones a Congreso y reeligió, con el apoyo de otras colectividades, a Juan Manuel Santos.

En las encuestas el mayor porcentaje de identidad y aceptación por parte de los ciudadanos es del 9%.

Luego de la renuncia del exministro  Juan Carlos Pinzón al partido y a falta de una propuesta sólida y fuerte que pudiera imponerse el próximo año, el propio jefe de Estado les recomendó a sus integrantes no presentar un candidato único, sino ayudar a consolidar una coalición en favor de la paz y fortalecer las listas al Senado y la Cámara de Representantes.

Centro Democrático

Es quizás la colectividad más unida en estos momentos y la que le podría sacar una mayor ventaja a la crisis por la que atraviesan los demás partidos en el país.

Sin embargo, en las encuestas el nivel de aceptación hacia sus integrantes no supera el 16% y sus precandidatos no registran mayores porcentajes en la intención de voto.

El gran dilema que tiene hoy el jefe natural del movimiento, el senador Álvaro Uribe Vélez, es la elección del candidato único a la Presidencia, toda vez que esto ha empezado a generar fuertes divisiones entre los diferentes sectores del uribismo.

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Lucy Araque
Lucy Araque
Sábado, 23 de Septiembre de 2017
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