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‘No espero convertirme en un político electoral’ Óscar Naranjo

Esta semana podría llegar al alto Gobierno tras la renuncia de Germán Vargas Lleras.

Óscar Naranjo debe ser el colombiano que mejor representa la institucionalidad. Con una imagen intacta de gran oficial de la Policía (el mejor del mundo, en su momento) y seguro de tener el afecto y el respecto de casi todos sus compatriotas, es el indicado para enarbolar la bandera de la defensa de las entidades y de los procesos constitucionales.

Esta semana, el general retirado de la Policía podría llegar al alto Gobierno, si el Senado de la República acepta la renuncia de Germán Vargas Lleras y el Congreso en pleno lo elige como nuevo vicepresidente, según la petición hecha por el primer mandatario, Juan Manuel Santos.

Naranjo sabe que llega en un momento político muy convulsionado, por lo que es claro en su primer mensaje al país: “En momentos de confusión, de turbulencia política, el único remedio posible es apoyarse en la institucionalidad, asegurar la independencia de poderes, respetar las decisiones de las autoridades, por duras que sean, sin incurrir en linchamientos públicos o radicalismos, que al final terminan destruyendo la propia institucionalidad”.

Sobre su llegaba al gobierno Santos y las nuevas tareas que asumirá en la Vicepresidencia, habló el futuro coequipero del jefe de Estado.

¿Cuáles serán sus tareas como nuevo vicepresidente de la República?

Mientras doy esta entrevista soy un ciudadano común y corriente, respetuoso de que se cumplan los procedimientos para que el Congreso acepte la renuncia del vicepresidente actual y acoja mi nombre como su reemplazo, como lo ha sugerido el presidente. Pero debo decir que para esta nueva etapa, el presidente ha señalado cuatro grandes líneas de acción desde la Vicepresidencia, para que yo asuma esas responsabilidades: la implementación de los acuerdos de paz; que la Vicepresidencia contribuya de manera decisiva en temas de seguridad ciudadana; trabajar en la sustitución de cultivos, con las instituciones responsables, y asumir la responsabilidad de proteger a los líderes de derechos humanos y líderes sociales.

¿Piensa hacer modificaciones al programa de sustitución de cultivos ilícitos, para reducir el alto número de hectáreas de coca sembradas?

Es cierto que tenemos que enfrentar un desafío enorme en ese tema de la lucha contra los cultivos ilícitos, pero por primera vez el Gobierno puso en marcha un plan estructural tremendamente eficaz, si lo cumplimos a cabalidad. Ese plan combina una política de sustitución de cultivos y adicionalmente el Gobierno sostiene la política de erradicación forzosa manual. La meta de 50 mil hectáreas de erradicación forzosa y la de 50 mil hectáreas de sustitución, deben ser garantía para que empiece a cambiar la tendencia del crecimiento de esos cultivos.

¿Qué hacer para recuperar la confianza ciudadana en las instituciones?

Más allá de si estamos ante un problema de percepción o de realidad, los colombianos se están sintiendo inseguros y a eso hay que responder con tres o cuatro líneas de acción muy básicas. Primero, es un elemento crítico acercar las autoridades a los ciudadanos. Segundo, abrir la participación para que la ciudadanía organizada a través de instrumentos institucionales, como los consejos de seguridad abiertos, realmente sea un insumo válido para la toma de decisiones eficaces. En tercer lugar, tenemos que hacer mucho énfasis en unos instrumentos muy poderosos de prevención como el Código de Convivencia o de Policía.  Por otro lado, la confianza se devuelve a partir de demostraciones nítidas de eficacia y de integridad de las instituciones.

¿Usted cree, como el ministro de Defensa, que frente a los asesinatos de líderes sociales y defensores de derechos humanos, no se puede hablar de una práctica sistemática?

Creo que hay que superar ese debate sobre las etiquetas, de quiénes son los victimarios y cuáles eran las circunstancias y condiciones en que murieron las víctimas. Lo que vale la pena es ir un poco más allá, para que en conjunto el Gobierno, la Fuerza Pública, La Fiscalía, la Defensoría del Pueblo y las administraciones locales generemos acciones preventivas y protectoras sobre los líderes sociales.

¿Los coletazos en materia de inseguridad, una vez superado el conflicto con las guerrillas, pueden ser más duros que los que vivieron países de Centroamérica en circunstancias similares?

No. Llevamos más de tres años, adecuando una capacidad institucional para copar los espacios que han dejado las Farc y no permitir que esos espacios sean llenados por delincuencias comunes o crimen organizado.

¿Qué opina de la carta de algunos oficiales en retiro en la que manifiestan el temor de verse afectados con el acuerdo de paz?

Bueno, me atengo a lo contenido en el acuerdo en función de lo pactado. Hay que recordar que las zonas veredales son temporales, tienen el propósito de generar un espacio para la dejación de las armas y el inicio del proceso de reintegración de las guerrillas. La aplicación de esos acuerdos para nada afecta la vigencia del Estado de Derecho. Por otro lado, uno esperaría que una vez surtida la dejación de las armas, en esas zonas bajo unas características muy especiales de monitoreo y verificación internacional, queden totalmente superadas las dificultades que ha habido o los supuestos de que allí habrá algún tipo de brote, como se ha mencionado en la carta.

A propósito de las zonas veredales, estos espacios están programados para durar 180 días, pero vamos por la mitad de ese tiempo y su construcción sigue muy cruda. ¿Es partidario de modificar el cronograma fijado?

No, francamente no.

‘Vicepresidente, pero no político’

Cuando dejó el traje de Policía y se puso el de civil, ¿pensó en ocupar el cargo de vicepresidente?

No. El país me conoce como un servidor público muy institucional, no hice política, no haré política, no espero convertirme en un político electoral. Lo que desearía es que en este año y medio, para el que el señor presidente me ha señalado esta responsabilidad, yo pueda poner mi humilde capacidad para ayudar a cerrar este conflicto de más de 52 años, aclimatar la convivencia entre nosotros, dejar atrás la violencia y superar muchos odios que todavía existen.

¿Se siente cuota política de algún partido, como La U?

No. Me siento es una persona que acompaña una agenda liderada por el presidente Santos y que es una expresión de una coalición de partidos, que lo llevó a él a la primera magistratura.

¿Cómo ha recibido esos mensajes en los que manifiestan que usted le aportará oxígeno a un Gobierno que está pasando por un mal momento?

Cuando el país es tan generoso con Óscar Naranjo, lo que hace es un reconocimiento a la institucionalidad. Ese es el mensaje: en momentos de confusión, de turbulencia política, el único remedio posible es apoyarse en la institucionalidad, asegurar la independencia de poderes, respetar las decisiones de las autoridades, por duras que sean, aceptar que cada poder público se mueve en unos términos y en unos tiempos que hay que respetar.

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Sábado, 18 de Marzo de 2017
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