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Nobel de Paz a Santos divide opiniones

El expresidente Uribe acusó a su sucesor de “terminar la guerra” a expensas de la “impunidad”.

No es la primera vez que un colombiano recibe un Premio Nobel.

En 1982, la pluma de Gabriel García Márquez fue exaltada por la Academia Sueca y el regocijo fue casi unánime entre los habitantes del país andino. Sin embargo, ayer sucedió lo contrario y el pueblo dividió opiniones sobre el galardón de Paz que recibió el presidente Juan Manuel Santos tras sellar un acuerdo que pone fin a un prolongado conflicto con la guerrilla de las Farc.

“Ese premio Nobel no es para la mayoría de los colombianos un motivo de celebración”, dijo el senador opositor Alfredo Rangel. En su opinión, se trata de un reconocimiento que “deja un sabor amargo” para quienes en octubre pasado votaron en contra del plebiscito que buscaba refrendar el primer acuerdo logrado con las Farc.

El mayor opositor del proceso de paz con la guerrilla secundó la opinión de Rangel: en su cuenta de Twitter, el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010) criticó el propósito de Santos de “terminar la guerra” a expensas de la “impunidad” y los actos de terror de los rebeldes.

Desde la orilla opuesta, Humberto de La Calle, jefe negociador del gobierno, consideró que el galardón de Santos es “en el fondo un reconocimiento a Colombia, a los colombianos, al proceso de paz”.

Han pasado 34 años desde que García Márquez ganó el Nobel de Literatura por su obra “Cien Años de Soledad”, pero en la mente de su amigo Plinio Apuleyo, que lo acompañó entonces en Suecia, sigue intacto el recuerdo de aquel momento al que calificó como toda “una fiesta”, y no dudó en asegurar que “todo el mundo, especialmente al interior del país, entendió que se trataba de un premio, de un regalo para toda Colombia”.

Apuleyo agregó que el galardón a Santos, en cambio, ha dividido al pueblo, pero explicó que el Nobel de Paz a diferencia del de Literatura tendrá siempre un “tinte político”, independientemente de quién lo reciba. “Y como todas las cosas políticas, obviamente provoca divergencias y opiniones contrarias”.

Algo parecido sucedió cuando el Comité del Nobel decidió entregar el mismo premio al entonces recién electo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en 2009. El reconocimiento a su visión de un mundo sin armas nucleares generó serios reparos en diferentes sectores internacionales.

El Nobel de Juan Manuel Santos también generó opiniones en las redes sociales, pero no así los ánimos en las calles, donde la gente en las diferentes ciudades continuó con sus actividades sin mayor sobresalto.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, dijo en su cuenta de Twitter que el Nobel de Santos es un orgullo para Colombia y toda Latinoamérica.

Por su parte, el senador Iván Cepeda trinó: “felicito al presidente Juan Manuel Santos por el premio Nobel de Paz. Es un reconocimiento mundial a su trabajo y al pueblo colombiano”.  

Fernando Rodríguez, un administrador de empresas de 33 años, dijo no estar de acuerdo con el Nobel para Santos porque “su afán es el de figurar en la historia, mientras el país está llevado (afectado) por miles de males. Uno de ellos las Farc, que siguen lavando dinero y disfrutando de sus enormes fortunas sin necesidad de esconderse”.

El expresidente del Senado Luis Fernando Velasco exaltó la solicitud del presidente de buscar nuevas estrategias para combatir el tráfico de drogas en el mundo. “Está bien que Juan Manuel Santos aproveche la ceremonia del Nobel para pedir replantear política antidrogas mundial”.

El senador José David Name, por su parte, celebró que en su discurso el primer mandatario haya incluido un reconocimiento a las víctimas del conflicto.

También se pronunció el senador Carlos Fernando Galán, quien felicitó a presidente por su “perseverancia” para alcanzar la paz.

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AP
Sábado, 10 de Diciembre de 2016
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