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Política
Presión de Trump por aspersión, reflejo de una relación centrada en narcotráfico
En la Casa Blanca se llevó a cabo una reunión entre los presidentes de Colombia y Estados Unidos.
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Colprensa
Colprensa
Lunes, 2 de Marzo de 2020

Donald Trump fue claro en su mensaje: Colombia tiene que asperjar si quiere acabar con los cultivos de uso ilícito. Esta frase la pronunció el mandatario estadounidense tras culminar una reunión con el presidente Iván Duque Márquez, este lunes en la Casa Blanca.

Sin embargo, no es la primera vez que Trump presiona al gobierno de Iván Duque para que mejore los resultados del país en la lucha contra los cultivos de uso ilícito. Sin importar que en el último reporte de Naciones Unidas el país presentara una reducción de 2000 hectáreas de hojas de coca, Estados Unidos insiste en que se deben hacer más esfuerzo y que la aspersión aérea con glifosato es parte de esta solución, pese a que es un tema sensible para los colombianos.

Desde campaña, Duque ha dicho que Colombia debe usar todas las herramientas que le permitan luchar contra este flagelo. De hecho, pidió revisión de la decisión de la Corte Constitucional alrededor de este tema, con el fin de poder retomar la aspersión. Sin embargo, el alto tribunal condicionó el uso del herbicida, como último recurso, después de haber cumplido varios requisitos en los que se demuestre, científicamente, que no se perjudicará la salud de los colombianos.

Para el experto en relaciones internacionales Sebastián Bitar, lo dicho por Trump es otra prueba de que las relaciones entre Colombia y Estados Unidos siguen narcotizadas, desde los años ochenta, y que van a continuar así hasta que el país norteamericano no cambie su política de lucha contra las drogas, y en especial, frente a la producción de cocaína.

Lo cierto es que con las condiciones que puso la Corte Constitucional para retomar la aspersión en Colombia, al Gobierno le queda un largo camino por recorrer, antes de que se pueda hacer uso del herbicida. Y es justamente esa presión que hoy recae sobre Colombia: el uso del glifosato para poder aumentar los resultados de erradicación.

“Estados Unidos había relajado un poco esa presión por el proceso de paz y fue más o menos laxo en ese proceso para permitir que Colombia pudiera avanzar. Estados Unidos, más o menos entendió que Colombia se iba a tomar un tiempo en arreglar ese problema, pero incluso dentro de la administración Obama el malestar frente a la falta de resultados siempre estuvo, lo que pasa es que Trump lo ha hecho más focal”, agrega Bitar.

Mauricio Jaramillo, experto en política, agrega a lo dicho por Bitar que lo expresado por Trump es una manera de presionar a Duque con el fin de que pueda lograr el uso del herbicida, pese a las condiciones estrictas de la Corte, pero también una manera de decirle que si no asperja, para el país va a ser difícil seguir recibiendo apoyo económico de Estados Unidos. “Trump está diciendo que si no se va a lograr la meta, pueden entrar en riesgo esos recursos de cooperación”, agrega.

Que las relaciones entre ambos países dependan netamente de estos resultados significan un paso hacia atrás en materia de relaciones, pese a que este aspecto siempre ha sido uno de los pilares principales. Con el anterior Gobierno se había logrado una pequeña apertura en la discusión de responsabilidad compartida y de otros aspectos, como la paz.

“Durante el Gobierno de Santos se hizo un esfuerzo por abrir más la agenda y sí le lograron algunas cosas en ese cambio, incluyendo otros temas como el proceso de paz, que fue un tema central en la  relación de Estados Unidos con Colombia, pero se trató también de ampliar la agenda de comercio y otros puntos, pero eso nunca quitó del problema de la droga, a pesar de que Obama no insistió tanto públicamente en que Colombia no estaba haciendo lo suficiente, muchos de sus asesores sí lo dijeron”, señala Bitar.

Jaramillo asegura que este aspecto es un retroceso, porque Colombia volvió a tener un alineamiento muy marcado con los Estados Unidos, que raya en el extremo. Aclara que no se trata de convertirse en su enemigo, pero es innecesario tomar partido sobre temas del país norteamericano en los cuales nadie le pide que lo haga, como en el caso del plan de Trump en Oriente Medio.

“El Gobierno pasado había avanzado en principio de la corresponsabilidad, en hacer un llamado a que los consumidores asumieran un compromiso más proporcional. Eso quedó abandonado y otra vez Colombia empezó a asumir un montón de compromisos como país productor, pero es la línea de Duque desde que era candidato”, añade Jaramillo.

Venezuela

En la reunión, el tema de Venezuela hizo parte importante. Ambos mandatarios señalaron la necesidad de imponer sanciones más fuertes al gobierno de Nicolás Maduro.

“Este año tenemos que trabajar unidos para asegurar una transición política y democrática efectiva en ese país”, dijo el presidente Duque. Sin embrago, Sebastián Bitar asegura que el tema con Venezuela está muy detenido porque no hay una salida pronta frente a esta problemática ni se espera éxito en el cambio de poder.

“Ambos países tienen que replantear qué van a hacer porque la política que trataron de cumplir hace un año, no lo lograron. Van a tener que replantear qué van a hacer: o redoblan los esfuerzos, y eso implica que Estados Unidos se comprometa a hacer más fuerte contra países como Rusia, India y otros que compran petróleo venezolano, sobre todo Rusia, que apoya con seguridad a Maduro y Cuba, pero eso tendría unos costos altos para los Estados Unidos, entonces no creo que eso sea lo que vaya a pasar”, dice el experto.

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