Aunque la incertidumbre que generó la transición de gobierno entre las familias vinculadas al programa de sustitución de cultivos ilícitos en el Catatumbo ha ido menguando, con la promesa que suscribió el presidente Iván Duque de mantener los compromisos con aquellos que han hecho acuerdos voluntarios, las dificultades para materializar lo pactado  se mantienen.

El bajo número de familias inscritas en el programa, incumplimientos, falta de acompañamiento a los campesinos que han decidido sustituir y la lentitud en los avances del proceso, son tan solo algunas de las quejas frecuentes que se han escuchado a lo largo de los últimos meses.

Por esa razón, los integrantes de la Mesa Técnica de Impulso al Programa Nacional Integral de Sustitución en Norte de Santander acordaron darle un giro al plan piloto que se puso en marcha en la zona del Catatumbo, una de las regiones del país con más área sembrada de coca (17%, equivalente a 24.831 hectáreas en 2016).

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“Había descuido por parte de la dirección de sustitución, faltaba más dinamismo, pero en este momento hay un nuevo funcionario del Gobierno que está bastante comprometido con la implementación del proyecto y esperamos que haya mejores resultados en adelante”, aseguró Rubén Zamora, excomandante del frente 33 de las Farc y quien viene liderando el proceso de sustitución en el Meta.

Como un primer paso en esta nueva etapa del PNIS, la Mesa definió adelantar un comité técnico local en Tibú, el martes 18 de septiembre, con el propósito de hacer un diagnóstico sobre la realidad del piloto que se adelantó en Caño Indio y así confirmar las denuncias que se han hecho por parte de los campesinos y poner fin a las especulaciones.

“Se va a hacer verificación en terreno con las familias, pues de lo que se trata es de conocer el estado de la implementación y empezar a enmendar esos errores que se han cometido”, explicó Zamora, quien fue delegado por las Farc para acompañar el proceso en Norte de Santander.

El exjefe guerrillero dijo que durante la sesión de la Mesa Técnica, en la que participó la Agencia Nacional de Tierras, se insistió en la necesidad de iniciar cuanto antes el proceso de formalización de la propiedad  en Caño Indio, pues sin tierras no será posible el éxito de la sustitución.

“Sabemos que es un proceso difícil por la dificultad que presenta el territorio, pero el propósito es intentarlo y tratar de empezar”, sostuvo.

Zamora aseguró que este reimpulso no es una simple declaración política, sino que existe un verdadero compromiso de las entidades, de las Farc, de las organizaciones campesinas, por fortalecer el proceso y demostrarle al Gobierno que la sustitución sí es una opción y que la erradicación no es la única salida.

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No obstante, el exlíder guerrillero consideró que el presidente Duque debe fijar rápido una posición definitiva frente a los campesinos que están dispuestos a apostarle al programa, disponer recursos suficientes para la implementación y no generar falsas expectativas.

“Norte de Santander requiere un tratamiento diferencial y el fortalecimiento de la presencia del programa, porque no existe el equipo de funcionarios con la capacidad de cubrir toda la región de Catatumbo”, planteó Rubén Zamora.

En el departamento, un promedio de 15.000 familias estarían vinculadas a la siembra de cultivos ilícitos y a la fecha apenas 788 núcleos de Tibú han suscrito los acuerdos colectivos con el Gobierno. En Sardinata, van 458 familias inscritas. 

Gran acuerdo regional

Rubén Zamora, quien ha sido uno de los principales líderes del plan piloto de sustitución que se ha adelantado con éxito en la Uribe (Meta), planteó la necesidad de promover en Norte de Santander “un gran acuerdo regional por la sustitución de cultivos ilícitos”.

En ese sentido, el exjefe guerrillero informó que el próximo 26 de septiembre sesionará el Consejo Asesor Territorial del PNIS, en el que tienen asiento todas las entidades que están comprometidas con la implementación.

“La idea es que el sector privado que esté interesado en invertir en el territorio también se haga presente, pues de lo que se trata es de fortalecer los compromisos con las comunidades campesinas para asegurar el éxito de la sustitución voluntaria”, dijo.

Zamora reconoció que una de las falencias que se ha tenido en esta región es la falta de articulación institucional que haga posible poner en sintonía a muchos sectores sobre la importancia de contribuir con el desarrollo del programa.