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¿Se inclinará toda la izquierda hacia Petro en 2022?

Las fracturas en el Polo volvieron, tras la intención de respaldar al excandidato. Jorge Robledo anunció su retiro del partido.

En julio de 2003, la izquierda colombiana pareció dar un ‘timonazo’ que, políticamente, hoy podría llevarla a consolidarse como una opción de poder a mediano plazo en el país: la creación del partido Polo Democrático Alternativo, el cual aglutinaba a un grupo de dirigentes de esa tendencia que en su trabajo individual sumaban electoralmente.

Y había muchas razones para pensarlo, pues en el Polo, que inicialmente no era Alternativo sino Independiente, se congregaron, bajo la misma bandera, figuras claras y fuertes de la izquierda como Luis Eduardo Garzón, que venía del sindicalismo; Antonio Navarro y un amplio sector de la antigua Alianza Democrática M-19. También estaba la Alianza Nacional Popular, Anapo, creada en los 70 por el general Gustavo Rojas Pinilla y su hija ‘la capitana’, María Eugenia Rojas. Después, el movimiento fue orientado por sus hijos Samuel e Iván, quienes posteriormente terminaron en la cárcel por hechos de corrupción.

Del Polo Democrático hizo parte en ese momento un joven dirigente político de la izquierda, Gustavo Petro, quien venía del M-19 y ya tenía una figuración como dirigente de la oposición, desde su condición de representante a la Cámara, en donde denunció, entre otros escándalos, la bancarrota del Banco del Pacífico y el Banco Andino.

Una tendencia más de la izquierda llegó años después, el Movimiento Obrero Independiente Revolucionario, Moir, dirigido por el docente caldense Jorge Enrique Robledo, quien igualmente llegaría al Congreso de la República.

Esos primeros años del Polo Democrático Independiente, como el gran movimiento de izquierda, permitieron erigir figuras como Ana Teresa Bernal, Carlos Vicente de Roux, Vera Grave, Paul Bromberg, Daniel García Peña y hasta el sacerdote Gustavo Suárez, como miembros de las directivas del partido.

Los réditos electorales no demoraron en tener frutos y Luis Eduardo Garzón se alzó como alcalde de Bogotá en 2004. En la elección presidencial de 2006, el exmagistrado Carlos Gaviria Díaz perdió frente a Álvaro Uribe, quien alcanzó la reelección, pero obtuvo una votación histórica nunca antes vista por candidato alguno de la izquierda: 2,6 millones de votos.

Pero lo que parecía ser un fenómeno político del repunte de la izquierda, empezó a cambiar poco tiempo después, en virtud de los distanciamientos internos y de hechos de corrupción, como el de Samuel Moreno cuando cayó como alcalde de Bogotá, luego de estar comprometido en el cartel de la contratación.

La primera gran ruptura se dio para la elección presidencial de 2010, cuando dos candidatos de esta tendencia llegaron divididos: el profesor Antanas Mockus, quien ciertamente no es de izquierda, pero representaba a la Alianza Verde, que se creó con dirigentes que eran del Polo Democrático, y Gustavo Petro, en su primera salida como candidato presidencial.

El caldeado ambiente político del país le permitió al Polo tener un repunte en 2014, cuando en la elección presidencial la exalcaldesa de Bogotá, Clara López, obtuvo 2 millones de votos, y de esta forma selló su alianza para apoyar en la segunda vuelta a Juan Manuel Santos, quien logró recoger a la izquierda con la bandera de la paz.

En 2018, la polarización del país permitió que la izquierda se fortaleciera con la candidatura de Gustavo Petro. Sin embargo, varios de los referentes de esta tendencia ideológica y de la centro-izquierda no quisieron irse con Petro, como por ejemplo el senador Jorge Robledo y el excandidato presidencial Sergio Fajardo. 

Aun así, Petro logró reunir a varias vertientes que no estaban dispuestas a dejar a la derecha, representada por el Centro Democrático, llegar a la Casa de Nariño y fue así como el exalcalde capitalino consiguió 8 millones de votos en la segunda vuelta presidencial que perdió con Iván Duque.

No obstante los resultados, lo sucedido en ese momento marcó otra vez un hecho claro y es que la izquierda colombiana sigue fracturada.

El hoy

La consolidación de Petro como el principal referente de la izquierda colombiana y el apoyo de ese sector en su nueva carrera presidencial, llevó a que hace un mes el Partido Comunista y la Unión Patriótica le dieran el primer aval, ya como precandidato.

Una situación similar se dio al interior del Polo Democrático Alternativo. La mayoría de sus tendencias ven en Petro el mejor candidato para el partido en el 2022. Eso suscitó que el senador Jorge Robledo decidiera dar un paso al costado, pues no está dispuesto a ceder en favor de su compañero de Senado. Robledo representa al interior del Polo la tendencia del Moir, que tiene una de las tres cuartas partes de la dirigencia.

Para el analista Andrés Fandiño, “la decisión de Robledo de salirse del Polo es más una estrategia política. Pienso que Robledo está buscando una independencia para poder escoger en qué consulta se mide y cómo se mide con miras a las elecciones del 2022. Esto fraccionará a la izquierda, una izquierda que ya viene flaqueando y que de tiempo atrás no está generando unos consensos, así pasó cuando Petro se fue con Santos en el 2014”.

El analista estima que el objetivo del senador del Moir es buscar un centro y unos espacios que le sean más beneficiosos para la candidatura presidencial y no enfrentar a Petro en una consulta. “El Polo terminará con Petro y su gran mayoría no entendería por qué no terminarían allá”, dice.

El también analista y columnista John Mario González considera que si bien la izquierda en Colombia está en el mejor momento, quizás de su historia, es un desastre desde el punto de vista de los dirigentes que la pueden orientar. 

“A pesar de que con todas sus vertientes y falta de claridad programática han logrado sintonizarse con la opinión y el electorado, no creo que mientras Maduro esté en el poder y sea una amenaza para Colombia, el país se atreva a elegir a uno de sus miembros más radicales como presidente de Colombia”, considera.

Para González, en el 2022, electoralmente la izquierda tiene muchas más opciones legislativas que presidenciales. “Tanto el Polo como el Moir, Colombia Humana-Unión Patriótica tienen importantes posibilidades en las Legislativas de 2022. El Moir tendrá que ir en una coalición si no quiere ahogarse en su representación parlamentaria. Pero muy seguramente terminará el Moir haciendo coalición con fuerzas alternativas o la Alianza Verde”, señala.

En esa misma línea de pensamiento se ubica el analista Fandiño, quien considera que la izquierda no tendrá opción de ganar las presidenciales del 2022. “Creo que la izquierda no va a ganar en el 2022, como tampoco es probable que gane la derecha. Estarán en un centro y todo el mundo va a tratar con miras al 2022 limpiarse la mayor parte que pueda de los partidos políticos, están agonizando los partidos”.

John Mario González sostiene también que Petro tiene otra vez “importantes posibilidades de convertirse en el candidato más votado de la izquierda, aunque, insisto, dudo de que pueda ser el próximo presidente. Y en el caso de Robledo lo veo más como un interesante agitador, que será precandidato, pero que no tiene ni la visión ni el arraigo político para pasar de una precandidatura”.

El mismo González, dice frente a las Farc: “las veo presas de sus propios fantasmas y pecados, sin liderazgos y sin programas. Les quedan 4 años más en el Congreso de 2022 a 2026 y podrá elegir a unos parlamentarios, pero ni siquiera los veo de buena comparsa para aspirantes de izquierda con reales posibilidades. Es que cargan un lastre reputacional. Pueden terminar animando una aspiración de Petro, pero llegarían por la puerta de atrás y de la mano de Iván Cepeda. Las Farc se puede terminar diluyendo apenas expiren los beneficios electorales del acuerdo de paz”.

La aspiración presidencial para el 2022 ya empezó a calentar el ambiente. En el caso de Jorge Robledo, quien espera consolidar su nueva aspiración deberá esperar al menos un par de meses más mientras que las directivas del Polo dicen si aprueban la escisión, mientras que Gustavo Petro, desde su orilla, sigue fortaleciendo el discurso de la extrema izquierda.

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Lunes, 21 de Septiembre de 2020
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