Con el acompañamiento de la Procuraduría General de la Nación, miembros de la Fuerza Pública ubicaron y destruyeron 205 nuevas caletas de la ya desaparecida guerrilla de las Farc, que no habían podido ser localizadas por la misión de las Naciones Unidas.

Los operativos se concentraron en departamentos como Norte de Santander, Antioquia, Arauca, Caquetá, Cauca, Meta y Valle del Cauca, en donde tenía una importante influencia el grupo guerrillero que se desmovilizó tras un acuerdo de paz con el Gobierno Nacional.

Un equipo de 18 procuradores estuvieron al tanto de la ubicación, destrucción, inhabilitación y disposición final del armamento, las municiones y los  explosivos encontrados por los uniformados, entre el 18 de diciembre de 2017 y el pasado 20 de abril.

En total, la Fuerza Pública halló 1.658 granadas, 121.744 municiones de diferentes calibres, 51 morteros y sistemas de lanzamiento, 902 minas antipersonales y artefactos explosivos improvisados, 7.236 detonadores, más de 17.000 metros de cordón detonante, 5.428 kilos de explosivos, 154 armas y 535 accesorios para armamento.

La destrucción de caletas hizo parte de los acuerdos suscritos en la mesa de negociaciones de La Habana y fue uno de los compromisos exigidos para el desarme de la guerrilla más vieja del hemisferio.

Como parte de este proceso, que concluyó en septiembre del año pasado, la Misión de la ONU que acompañó el proceso de paz descubrió y desmanteló un total de 750 caletas de las 998 informadas por los excombatientes.

Las que no fueron localizadas quedaron a disposición del Gobierno, quien con la colaboración de los exintegrantes de las  Farc, deberá trabajar para su ubicación y destrucción.