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Política
Víctimas y victimarios se fundieron en un abrazo
Así se vivió  la ‘abrazatón’, una jornada liderada por la Agencia Colombiana para la Reintegración.
Viernes, 23 de Septiembre de 2016

Marta Mora es una víctima de la violencia que decidió dejar atrás su pasado. Prefiere no recordarlo, pues cree que después de ver tantas injusticias, comprende la posición del otro y las razones por las que mucha gente cayó en la insurgencia. “Tengo hijos, todavía sufro la pobreza y sé que esas son las causas primordiales para que, incluso yo,  hubiera caído en la insurgencia, así que, cómo no perdonar  a una persona que pude haber sido yo”.

Miguel es desmovilizado de un grupo armado ilegal. Después de casi cinco años de portar un fusil y generar, miedo y zozobra reconoce que esa no fue la mejor decisión de su vida. “Todos los días de mi vida encuentro motivos para el arrepentimiento. La familia, mis amigos y toda la sociedad fueron quienes hicieron posible quedarme de nuevo en la legalidad, respetando al que no piensa igual que yo”.

Ambos se encontraron ayer, se miraron de frente y decidieron darse un abrazo. Víctima y victimario le dieron una oportunidad al perdón. El escenario: la ‘abrazatón’ liderada por la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR), como una forma de promover la reconciliación.

Por medio de una carta que fue leída ante decenas de personas, muchas de ellas en su misma condición, Miguel reconoció haber tenido la imposibilidad de ver algo más allá, cuando a su alrededor solo había guerra.

“Después entendí que esta era la vía para lograr el reencuentro con la sociedad, la familia y con todas aquellas personas que hace mucho tiempo no veía. La única vía es  la de venir a reconciliarnos y pedir el perdón”, dijo.

Marta consideró que estas palabras eran suficientes para aceptarle su perdón. “Siento en el alma alegría al poder darle a una persona  la oportunidad de volver a reconciliarse con ella misma, porque sentir  culpa o rencor es estar en un infierno muy grande, y esta es la oportunidad de que ambos descansemos, pues fui capaz de perdonar”.  

Para ella, esta es una forma de promover paz. Una paz personal, del alma y el corazón. “Si se habla  de la paz del país se necesitan muchos cambios sociales porque esa es la base del problema”. Sugiere que hay que dar más abrazos y abrir más espacios, puesto que la reparación de las víctimas es necesaria para sanar completamente las heridas y los rencores.

Como ellos dos, fueron varios los actores del conflicto que por décadas se ha librado en el país, con especial énfasis en Norte de Santander, quienes decidieron unirse a la jornada, leer su carta de perdón y sellar este gesto de reconciliación con un abrazo.


Natalia Parada
Practicante de periodismo

 

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