En una gigantesca estructura vacía se convirtió el Centro Integral de Atención a la Familia (Ciaf) Niña Ceci, 23 años después de su inauguración.
El lugar, que fue concebido como un espacio para promover el desarrollo educativo y económico de la comuna 8, terminó albergando una oficina municipal.
De los ocho salones que la componen solo dos están en uso: en uno funciona desde hace dos meses una oficina del Sisben, y en otro el Sena dicta un curso de confecciones y otro de sistemas.
“Los cursos del Sena son el único servicio permanente en este lugar y gracias a estos este sitio aún permanece con las puertas abiertas”, dijo la vecina Yurani Ríos.
Pese a que hasta hace unos cinco años en este lugar se dictaban cursos de panadería y cocina, había oficina de la Mujer, y de la Personería y Procuraduría, y comedor escolar y del adulto mayor, estos espacios están vacíos. Mesas, ollas y platos están llenos de polvo.
La ludoteca de la comuna 8 también tuvo su espacio en el Ciaf, al igual que la biblioteca Eureka. Ambas están temporalmente fuera de servicio.
“La biblioteca paró sus actividades porque en la entrada del Ciaf estaban poniendo problemas para el ingreso de los niños”, explicó Nelson Rojas, presidente de junta. “Propusimos abrir otra puerta por la parte de atrás para el acceso de los menores pero la Alcaldía hizo caso omiso”.
Rojas asegura que el declive del Ciaf se debe a la falta de voluntad política de la Alcaldía, ya que pese a que están al tanto de sus condiciones no han hecho nada para recuperarlo.
El presidente denunció que tres años atrás se destinaron recursos para un proyecto de recuperación del espacio físico del Ciaf pero este no se ejecutó.
“Esto dejó de ser un Centro Integral de Atención a la Familia hace rato. De eso solo queda el nombre en la entrada”, finalizó el líder comunal.
