Desde ese entonces, las madres del barrio dejaron de jugar cada sábado.
Jugar un partido de baloncesto cada sábado se convirtió en el ritual de las madres de Nueva Esperanza. Durante 8 años esperaron la construcción de la cancha y desde que se la entregaron empezaron a practicar este deporte.
Sin embargo, desde hace tres meses los partidos están congelados. Uno de los tableros de baloncesto se desprendió y el juego se acabó.
Wilson Palacios, presidente de junta, dijo que esta situación se le ofició al contratista de la Unión Temporal Nueva Esperanza 2013, quién estuvo a cargo de la obra de mejoramiento del barrio. A la fecha no han recibido respuesta alguna.
“Nuestro mayor temor es que se venza la póliza y no arreglen los daños”, explicó Palacios.
En 2012, Nueva Esperanza salió escogido para un proyecto piloto de mejoramiento de barrios del Banco Interamericano de Desarrollo. Uno de los puntos del proyecto contemplaba la instalación de servicios públicos y la construcción de escenarios deportivos en la zona. Estas primeras fases representaban una inversión de $1.189 millones.
De la cancha de tierra y arcos de madera pasaron a un polideportivo de cemento con graderías. La avería en los tableros fue el primer daño visible del proyecto. Posteriormente se empezaron a fisurar los muros de contención que rodean este espacio. Otro de los lunares de la obra tiene que ver con la ausencia de iluminación en el parque infantil.
“Cuando entregaron el parque no le pusieron las lámparas. El contratista quedó en venir a ponerlas y llevamos más de un año a la espera de la luminaria”, dijo Palacios.
Metrovivienda dijo que no le ha notificado por escrito sobre la situación para poder realizar la inspección ocular que le permita hacer un reporte oficial y conocer los daños para determinar el porque de estos; si son por desgaste de material o mal uso de los elementos, para hacer el llamado al contratista. Hoy, funcionarios de Metrovivienda verificarán este caso.
