La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile

Estudiantes de Cúcuta hacen del cine un arma transformadora de paz

Los alumnos del Colegio Hermano Rodulfo Eloy, en Belisario, filmaron el cortometraje ‘Mi primer día’.

—3...2...1, ¡acción!, dice en voz alta Keyla Sánchez, 15 años, para dar inicio a la siguiente escena, mientras registra con su cámara algunos planos. Su cargo es asistente de dirección y aunque es risueña y extrovertida, cada vez que está detrás de las cámaras muestra su lado más serio.

Pese a que la producción cinematográfica le era desconocida, la estudiante de noveno grado del Colegio Hermano Rodulfo Eloy, en Belisario, se portó a la altura durante la filmación del cortometraje ‘Mi primer día’, en proyecto universitario que busca utilizar el cine como herramienta transformadora de paz.

Sánchez se inclinó por la producción y compuso, en compañía de su compañero Jonathan Moncada, la canción que acompaña el cortometraje.

Durante dos meses, los estudiantes que hicieron parte del proyecto se dividieron las tareas del trabajo cinematográfico de acuerdo a sus gustos y habilidades. Unos se inclinaron por la actuación, otros por la producción.

Jonathan Balcácer, 16 años, se le midió a la actuación. Presentó el casting y ensayó acento venezolano para quedarse con el papel protagónico.

“Nosotros participamos en la construcción del guión: Raúl, el protagonista, era un niño venezolano que llegaba a Cúcuta luego de que su madre fuera deportada, por lo que empecé a trabajar en el acento”, explicó el joven actor.

En una semana, Balcácer se metió en la piel de Raúl, una persona tranquila e introvertida, muy contrario a él.

“Nunca pensé tener la oportunidad de participar de una producción de este tipo: he descubierto en el cine una gran pasión”, dijo emocionado Balcacer. “Esto es de locos”.

El colegio, las calles de Belisario Betancur y la tienda de una vecina les sirvieron de locaciones.

Tras un corto receso, se retoman las grabaciones. En esta ocasión, Dayanis Cáceres y Franchezca Flores salen en acción. Aunque su diálogo no supera los dos minutos. Han repetido la toma unas siete veces.

Franchezca toma aire, se estira, cierra los ojos para repasar mentalmente el guión, y dice que ya está lista. La octava toma es la vencida.

Con cara de cansancio, pero con la satisfacción del deber cumplido, ambas revisan en el visor de la cámara cómo quedó la escena.

Sánchez, la asistente de dirección las felicita, y todo el reparto empieza a reírse de ver los detrás de cámaras.

Están a un par de días de terminar las grabaciones y lo que más los desvela es pensar en el estreno de sus cortometraje.

“Yo sueño con una gala de estreno con una alfombra roja, como en ‘La vendedora de rosas’, o algo así”, dice emocionada Cáceres, mientras asegura que su mamá y sus amigos estarán en primera fila.

Aunque aún no se ha definido un sitio para el estreno el corto será presentado la semana entrante.

Los pequeños cineastas y actores estuvieron bajo la dirección de los estudiantes de comunicación social Omar Julián Velasco y Mildred Molina, que se encargaron de filmar, a la par del cortometraje, un documental sobre el proceso de aprendizaje de los estudiantes del Rodulfo Eloy, como parte de su proyecto de grado.

“Esta fue una experiencia bastante gratificante. Trabajamos con equipos prestados y con un presupuesto bastante bajo, pero logramos que estos jóvenes mostraran todo su talento y soñaran y jugaran a hacer cine en sus barrios”, dijo Velasco.

*La Opinión

 

Miércoles, 11 de Noviembre de 2015
Premium-home
Patrocinado por:
Logo Empresas
Temas del Día