La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Por los barrios
“Papi, te amo. Algunas veces quisiera que tuvieras vida”
En San Martín,  familiares y amigos le dieron el último adiós al docente Alan Mostacilla, asesinado por un policía.
Image
La opinión
La Opinión
Jueves, 10 de Enero de 2019

“Papi, te amo. Algunas veces quisiera que tuvieras vida. Besos y abrazos”, así se leía en una parte de la carta que le escribió la pequeña Sarita a su papá, Alan Mostacilla, el profesor de educación física que murió por un disparo de un agente de tránsito el lunes en la madrugada, y que ayer fue enterrado en el cementerio Los Olivos, de Los Patios.

La pequeña Sarita se dibujó junto a su papá y a su mamá y la carta fue pegada en el féretro del docente. Ella, aferrada a su oso de peluche, lució cansada, triste y callada.

Con una multitud de amigos y conocidos, el cuerpo del profe ‘Mosta’, como le decían de cariño, entró a la Iglesia San Martín de Tours, en su barrio. Sus alumnos de las escuelas de fútbol, donde él enseñaba, le hicieron calle de honor. 

Lea además Fiscalía indaga muerte de docente

“Cuando perdíamos nos animaba a ser mejores, cuando ganábamos, también. Él fue más que un profesor, fue nuestro amigo y lo que le hicieron no se lo merecía”, dijo entre lágrimas Cristian Flórez, uno de sus pupilos.

Una enorme multitud vestida de blanco y cargando bombas del mismo color, manifestó el afecto que sentía por el profesor. “Crecimos detrás de un balón y con muchos sueños. Hoy, verlo partir de esta manera es muy doloroso”, dijo uno de sus amigos.

Lo que viene

Para Yair Mostacilla, hermano de la víctima, ahora que su ser querido no está, la promesa de nunca olvidarlo y hacer justicia tomará rumbo. “Mi hermano no volverá a estar con nosotros, pero como familia lucharemos para que su caso no sea uno más de la lista”, dijo el familiar.

Yair no dudó en asegurar que su hermano menor era el consentido de la casa. 

Le puede interesar Por un comparendo acabaron con una vida: Hermano de docente asesinado

“Nosotros dos éramos los últimos, teníamos la mejor relación; siempre fuimos un apoyo para el otro, nos admirábamos y buscábamos progresar para ser mejores. Teníamos un sueño mutuo de ser futbolistas profesionales, que aunque no se pudo realizar de la manera como lo soñamos, nos decidimos por una profesión muy hermosa: la de ser docentes”, dijo.

Y agregó: “lo más duro, de aquí en adelante, será no poder llamarlo un domingo a las 10 de la mañana para convidarlo a una cancha”.

Redacción Q’hubo

Temas del Día