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¿Por qué la violencia contra la mujer?

~ Los hechos de sangre contra la mujer en la capital nortesantandereana, a juicio de representantes de distintos sectores que lideran procesos para erradicar la violencia de género, cada vez más van en aumento y cada vez más con mayor crueldad.~
~Los hechos de sangre contra la mujer en la capital nortesantandereana, a juicio de representantes de distintos sectores que lideran procesos para erradicar la violencia de género, cada vez más van en aumento y cada vez más con mayor crueldad.~    En solo febrero fueron asesinadas 6 mujeres, la mitad del total que ha perdido la vida en el primer semestre. La Opinión presenta dos miradas distintas para enfrentar el problema.
La muerte violenta de la adolescente  de 17 años, Brenda Sanabria Mendigaña, en hechos confusos que sucedieron tras ser abordada por cuatro desconocidos mientras departía en un estanco móvil del anillo vial oriental, durante la noche del pasado 23 de mayo, reveló más que un homicidio la crueldad con que se está acabando con la vida de las mujeres en Cúcuta.

Los hechos de sangre contra la mujer en la capital nortesantandereana, a juicio de representantes de distintos sectores que lideran procesos para erradicar la violencia de género, cada vez más van en aumento y cada vez más con mayor crueldad.

En el presente año entre el primero de enero y el 22 de junio,  según cifras de la Policía, han ocurrido 15 homicidios de mujeres, en su mayoría entre los 18 y los 25 años, y solo durante febrero les fue segada la vida a seis de ellas.

El caso de la adolescente Brenda causó conmoción en la zona de frontera, por la forma despiadada y cruel conque le quitaron la vida: con ácido y un tiro en la frente.

El director de la Fundación Progresar en Norte de Santander, Wilfredo Cañizares, señaló que la violencia contra la mujer está en pleno ascenso en Cúcuta y el departamento.

El activista de derechos humanos reveló que durante 2013 ocurrieron en Cúcuta, según cifras de Medicina Legal, 280 homicidios, de los cuales 22 fueron contra mujeres.

Lo anterior deja en evidencia el auge que está cobrando la violencia contra este género, teniendo en cuenta que en tan solo el primer semestre del presente año ya van muertas 15 mujeres, en su mayoría con arma de fuego.

¿Qué está pasando? ¿Por qué la mujer es cada vez más víctima de la muerte y la violencia en Cúcuta? ¿Se está dando suficiente atención por parte de las autoridades a este fenómeno? ¿Qué fórmulas están en marcha para que se ponga fin?

La Opinión confrontó dos versiones de la problemática y dos propuestas que apuntan hacia el objetivo de frenar el maltrato y el derramamiento de sangre en las mujeres, pero desde dos ópticas distintas. Una de ellas, la de la concejala liberal Magda Liliana Mora, quien considera que el respeto por la mujer debe imperar y que si es necesario se deben entrenar para que se defiendan de sus victimarios.

La segunda, la de la investigadora de la Universidad Simón Bolívar, Magali Alba, para quien el afecto es  la única fórmula de atacar la violencia, además de trabajar unidos víctimas y victimarios.

La rebelión de las rosas

“Si se mira el entorno en que se desenvuelve este fenómeno, se da uno cuenta que en el trabajo de protección a la mujer hay un vacío enorme”.

Porque no tenemos los programas suficientes para protegerla.

No tenemos en desarrollo talleres de cambio de mentalidad y del concepto de la mujer.

Estas son cosas en las que menos se ha podido ayudar a este género en Cúcuta, todo porque ella reincide con el que la golpea y la maltrata, con el que le da pata y puño.

La mujer se separa pero vuelve, y esto se produce porque se enamora.

El problema es que un proceso de superación de la violencia debe ir acompañado de un cambio de mentalidad y de una propuesta de trabajo, que desafortunadamente no tenemos ahora. No tenemos algo de mostrar, por ejemplo, un proceso laboral que tenga el 80 por ciento de apoyo a la mujer.

En este sentido, lo que yo planteo es, primero, respaldar a la mujer y hacer valer sus derechos,

Segundo presentar la ruta de atención a la mujer, hoy no está definida, porque son demasiado los casos y los procesos no corren a la velocidad que se demanda en los juzgados y en la Fiscalía.

Esto se jalonará desde la creación de un grupo que llamamos ‘Rebelión de las rosas’. Lo primero significa que la mujer se despierte y lo segundo: la feminidad, la belleza.

Hemos creado tres talleres a partir de aquí, el taller de mujer, en el que se hará énfasis en sus principios, sus valores, sus derechos en la sociedad, etc; el segundo taller es con la pareja, para concientizar al varón que en la relación  la mujer merece respeto y amor.

El tercer taller es con la familia, con los hijos. Aquí se hace énfasis en el respeto con los padres y la unión familiar, en el diálogo como forma de solución de conflictos.

Si la cosa no funciona por aquí, entonces hay un plan B: preparar a las mujeres para que se defiendan.

A la mujer que está siendo maltratada debemos entrenarla en defensa personal, porque está demostrado que no está siendo capaz de desprenderse de su victimario, entonces al menos debe tener habilidades para defenderse.

Esto se logrará a partir de talleres prácticos de Krav magá (una forma de combate cuerpo a cuerpo  que incluye métodos de defensa contra uno o varios atacantes, en respuesta a una amplia y variada gama de agresiones).

Considero que esto no es incentivar la violencia, sino más bien una forma de perder el miedo, el saber que ellas tienen una fuerza interior como escudo para defenderse de su maltratador.

¿Cuántas mujeres han sido asesinadas por violación? Luego entonces considero que en esto debe iniciarse un proceso de entrenamiento en los barrios en que más violencia se esté presentando contra la mujer y para ello se necesita el concurso de las autoridades, debido a que el 67 por ciento de la población cucuteña es del género femenino”.

Afecto y amor, ante todo

“Nosotros venimos trabajando desde hace siete años una red de prevención de la violencia sexual basada en género comunitario, con el acompañamiento de varias organizaciones de Naciones Unidas, como Acnur.

Nuestros objetivos es que se neutralice no solo la guerra sino los ‘femenicidios’ y la violencia intrafamiliar, la cual en Cúcuta se produce es por falta de amor y de afecto.

Desde la mesa de género que está conformada por mujeres de base y con quienes se viene trabajando la propuesta de inculcar estos valores, se ha definido que se debe crear antes que nada un refugio temporal para las mujeres víctimas. En Cúcuta no lo hay.

Desde la Universidad Simón Bolívar se está analizando toda la plataforma en que gira la mujer, para visibilizar la problemática de violencia que esté padeciendo y de esta manera enlazarla con las políticas públicas que estén creadas para su atención.

Hay que ser claro: las rutas de atención a la mujer no están funcionando, ellas no las conocen, no saben en dónde están ni cómo llegar a ellas, por esto la mujer maltratada sigue compartiendo el mismo espacio con su victimario.

La mujer no debe tener miedo a denunciar ni tener vergüenza por lo que le está pasando, aquí lo importante es que se visibilice ese maltrato, pero también a la par se deben emprender los procesos de la mano con los victimarios, saber qué piensan, por qué lo hacen.

En este sentido, las campañas que se emprendan deben ser más acertivas. Cuando usted reafirma la violencia, es decir, el maltrato, los ojos morados, estoy reafirmando y diciendo a la sociedad que sí hay violencia.

En este sentido, está demostrado que la violencia no se erradica con más violencia.

Nuestra propuesta es construir la solución en conjunto, en pareja, porque la violencia va en aumento. La clave es visibilizar y engranar las rutas para que el apoyo llegue cuando debe ser y a las víctimas”.



Domingo, 29 de Junio de 2014
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