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Así es tatuarse en tiempos de pandemia

Los estudios de tatuaje han demostrado tener una bioseguridad 'similar a la de un quirófano'.

Para Janner Vargas, la ilusión de tatuarse el nombre de su mamá siempre lo emocionaba. Sin embargo, todos sus ánimos se desvanecieron en marzo de 2020, luego que la pandemia de la COVID-19 pusiera en jaque al mundo.


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La sola idea de contagiarse del letal virus y ser intubado, o aún peor, morir, eran más fuertes que las ganas de tatuarse. Había ahorrado dinero para ir a un buen lugar, pero, consideraba que  la mejor decisión era esperar a que la pandemia fuera un mal recuerdo. Los meses pasaron para este cucuteño de 32 años, y en el baúl de los recuerdos fue guardando los diseños que había elegido para inmortalizar en su piel.

Muchas dudas inundaron su cabeza, al enterarse que varios negocios de tatuaje de Cúcuta habían abierto sus puertas. El miedo, el confinamiento, los riesgos... No eran algo que le permitieran tomar una decisión a la ligera. 

Janner comenzó a consultar con algunos tatuadores de la ciudad sobre el protocolo de bioseguridad que mantenían, pero el terrorífico panorama que tenía en su memoria y el miedo a un contagio se fue disipando a medida que habló con los los expertos, en el tema. 

“Quedé muy tranquilo porque me mostraron vídeos de cómo el estudio de tatuajes es desinfectado, los materiales que usan y la meticulosa bioseguridad e higiene que tienen en cada paso de las sesiones”, explicó.

Así fue, luego de  un mes cotizando y asesorándose por Francisco Roa, tatuador desde hace cinco años en Cúcuta, logró plasmar en el pecho el nombre de su madre. Ahora luce con orgullo el resultado de esta experiencia.

Vargas es uno de los clientes de tatuajes en la ciudad que da testimonio del cumplimiento de los protocolos de bioseguridad, en los locales de tatuaje y asegura que "son tan es tan rigurosos como si estuviera en un centro médico".

La Opinión también hizo un recorrido por varios locales y pudo verificar que son meticulosos con la limpieza, todo se desinfecta, como si se estuviese en un quirófano.


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Los estudios de tatuajes no estuvieron ajenos a la crisis durante la pandemia. Vivieron dificultades económicas por las restricciones y debido a los falsos rumores de posibles contagios de la COVID-19. Todo este miedo se gestó por la creencia que, debido al cercano contacto entre ambas personas, la duración de las sesiones y líquidos como el sudor, estarían más expuestos a contagios, pero no es así. Los riesgos al tatuarse son los mismo, por eso la importancia de hacerlos bajos estrictos protocolos de limpieza.

Para Francisco es importante que los cucuteños, interesados en tatuarse, sepan que antes de que alguien ingrese al estudio, las mesas y la camilla, en las que se acostará el cliente, son forradas con papel envoplast y cambiadas en cada sesión, a fin de tener un elemento que evite que otra persona tenga contacto con el sudor de alguien más; el piso es desinfectado con cloro, los instrumentos esterilizados y el tapabocas no se lo pueden quitar en ningún momento.

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Las regulaciones


Francisco explicó que para poder reabrir el negocio, debieron implementar un protocolo de bioseguridad.

Este consiste en: uso obligatorio del tapabocas, distanciamiento social, puntos de desinfección y restricciones de ingreso al lugar donde se tatuará, solo ingresan cliente y tatuador.

“Nos visitan, para revisar nuevamente que cumplimos con el protocolo de bioseguridad. Es importante que la gente tenga en cuenta esto porque van y se tatúan en otros lados que no cuentan con este requisito y el miedo es grande”.


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Cristian Correa, funcionario de la Secretaría de Salud de Cúcuta, explicó que a los negocios se les exige un Manual de Bioseguridad, Plan de Gestión Integral para los Residuos generados en la Atención en Salud y otras Actividades  (Pgirasa), además de evaluar  las condiciones sanitarias.

No obstante, la preocupación tanto de la entidad como de los tatuadores, es que, pese a las regulaciones, aún siguen funcionando lugares donde se tatúa sin un protocolo de bioseguridad, por lo que pueden presentarse varios casos de coronavirus, luego de acudir a un sitio de estos.

“Te dicen que un tatuaje en $30.000 y uno como, por ejemplo, es nuevo en tatuarse y no está instruido cae redondo y va. Para cumplir con las garantías de desinfección de un estudio puede salir en alrededor de $80.000. No hay lógica en que por ese costo se cumpla con algo que puede salvar vidas. Los tatuadores de verdad tenemos profesionalismo”, precisó Francisco.

A  corte de 2019, solo 35 estudios de tatuaje, aproximadamente, funcionaban en Cúcuta con las correctas normas de higiene y asepsia. Los demás negocios eran clandestinos y donde se dejaba mucho que desear.

Con el inicio de la pandemia, en 2020, estos sitios debieron cerrar sus puertas hasta no cumplir con las reglas de salubridad, pero lograron evadir a las autoridades sanitarias para seguir funcionando pese al riesgo de contagio. 

 

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Hablan los expertos


La Opinión consultó a José Germán Beltrán López, quien ha atendido pacientes de la  Covid-19 desde inicio de la pandemia, en uno de los centros asistenciales de Cúcuta, a donde diariamente llegan pacientes diagnosticados con este letal virus. 

Beltrán López comentó que, en la pandemia, el riesgo de mantener contacto físico con otra persona aumentó drásticamente, debido a la facilidad con la que el virus ingresa por las vías respiratorias, pero el mayor grado de protección es el uso del tapabocas.

“Se ha demostrado que el virus no se contagia en gran medida por el ambiente, sino por cercanía con un infectado y por vía respiratoria, por lo que el uso de la mascarilla es fundamental. Si el tatuador es ético; es claro que no se va a quitar el tapabocas ni va a permitir que el cliente lo haga. Con esto se da un parte de tranquilidad”, argumentó. 


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Por su parte, Álex Moreno, dermatólogo de Cúcuta, aseguró que en el procedimiento de tatuarse el riesgo de contagiarse de la COVID-19 está en no usar el tapabocas, debido a que el virus no se transmite, en gran medida, por el contacto físico sino por la respiración. 

“En cualquier situación como salir de compras o hacer mercado, usar el tapabocas es lo único que protege”, añadió Moreno.

Es importante que los cucuteños interesados en tatuarse también tengan en cuenta que, aparte del peligro de contagiarse por el letal virus, pueden contraer infecciones y hasta VIH, Hepatitis A y B, debido a la reutilización de agujas. Además de que si el sitio carece de higiene, es probable ser blanco fácil para las infecciones. 


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Lunes, 6 de Diciembre de 2021
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