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Crimen de Eustorgio Colmenares Baptista sigue en la impunidad
La muerte, ocurrida el 12 de marzo de 1993, fue atribuida a la guerrilla del Eln.
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Lunes, 13 de Marzo de 2023

Aunque hace diez años fue declarado Delito de Lesa Humanidad, justamente con el propósito de evitar su prescripción, el crimen de Eustorgio Colmenares Baptista, fundador y director de La Opinión, sigue en la impunidad.

Su muerte, ocurrida el 12 de marzo de 1993, fue atribuida a la guerrilla del Eln, organización que a través de un comunicado hizo pública la responsabilidad de la Unión Camilista en el homicidio de quien fuera el segundo director de un medio de comunicación asesinado en Colombia, después de Guillermo Cano, de El Espectador.


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Ayer se cumplieron 30 años de este hecho que atentó contra la libertad de prensa y que enlutó a toda la región, sin que existan avances en la investigación, a la cual están vinculados Antonio García y Pablo Beltrán, quienes tienen orden de captura por este crimen, en su calidad de  miembros del Comando Central del Eln.

Este último es actualmente el jefe de  la delegación de esa guerrilla en la mesa de negociación con el gobierno de Gustavo Petro, quien hace pocos días le concedió, a través de un decreto, estatus político a este grupo armado.

En el proceso judicial por la muerte de Colmenares, dos hombres fueron vinculados a la investigación como autores materiales del hecho. Sin embargo, en 1996 y ante la escasa celeridad en el proceso investigativo, se cerró el caso. Un año después fue reabierto a petición de la Procuraduría, pero en enero del 2001 un juez los absolvió. En 2013, 20 años después del asesinato, la Fiscalía lo declaró un crimen de lesa humanidad para evitar que quedara impune, convirtiéndose en un gran logro para su memoria.

Su historia

Eustorgio Colmenares Baptista nació en Cúcuta el 17 de septiembre de 1924.Desde muy pequeño, su padre,  mayordomo de fincas en el municipio de El Zulia, le inculcó el amor hacia el campo y la naturaleza.

Mientras adelantaba sus estudios, también se convirtió en amante de los deportes, participando como jugador en varios equipos de fútbol y baloncesto, en los cuales ocupó un lugar destacado.

Sus estudios universitarios los hizo en Medellín, en la Universidad de Antioquia, donde conoció a su esposa, la antioqueña Esther Ossa Montoya con quien contrajo matrimonio en 1949.

Como un buen defensor de los ideales liberales, a comienzos de la década de los 50 se vinculó a la política partidista, siguiendo el ejemplo familiar de su hermano mayor León,  uno de los líderes del liberalismo en la ciudad.

En el desempeño de cargos públicos fue igualmente exitoso. En 1961 fue designado por el gobernador Miguel García-Herreros secretario de Gobierno departamental y en 1966 como alcalde de Cúcuta.

Como administrador de la ciudad, su desempeño fue uno de los más recordados por varios años, ya que se llevaron a cabo acciones que impulsaron al crecimiento de Cúcuta, como la terminación e inauguración de la Central de Transportes, primera estación en su género en Colombia; un completo plan de pavimentación de calles de la ciudad y campañas cívicas de embellecimiento y ornato de la ciudad. También, durante su administración, se construyó el Bosque Popular.


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Dejó casi terminada la iluminación de la avenida Gran Colombia y su administración se caracterizó por un apoyo incondicional al deporte, promoviendo la recuperación del Cúcuta Deportivo.De igual forma, en su gobierno facilitó los terrenos y promovió la construcción del INEM, la Universidad Francisco de Paula Santander, la Aduana Nacional, el Instituto del Niño Retardado Mental, el Colegio Nacional de Periodistas y la Plaza de Toros de Cúcuta.

 Alternando su trabajo profesional con la actividad política y ante la carencia en ese momento de un medio que interpretara el sentimiento de un grupo liberal, decidió en compañía de Virgilio Barco, Eduardo Silva, León Colmenares y Alirio Sánchez, entre otros, iniciar un semanario que llevó el nombre de La Opinión en 1958, el cual, dos años después, se volvió diario.

Retirado del ejercicio profesional de la odontología se dedicó de lleno al periodismo para continuar impulsando a La Opinión en el ámbito regional, hasta lograr consolidarlo como el periódico de mayor importancia del departamento.

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