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El mercado de Cúcuta que nació en pleno golpe de Estado llega a los 64 años

El 2 de julio, la Asociación de Vendedores del Mercado Libre arriba a un año más de servicio en el abastecimiento de la despensa de los cucuteños.

Llueva, truene o relampaguee, la Plaza de Mercado Libre de Cúcuta abre sus puertas al público, sin ninguna excepción, salvo si es Viernes y Sábado santos, el 25 de diciembre o el primero de enero, de resto, muy a las cuatro de la mañana se levanta la carpa en cualquiera de los siete sectores a donde ha llegado desde hace 64 años.

Son 130 vendedores de productos del campo los que  se ponen el delantal para atender a un público cada vez más exigente. Algunos, como don Carlos Eladio Cáceres Ramírez y Alberto Rincón Pacheco, con 45 y 42 años, respectivamente,  de manera ininterrumpida nunca han dejado de atender a su clientela en el Mercado Libre.

El primero vende carne de cerdo, o cochino, como él le dice, y el segundo, queso, bocadillos y dulces que adquiere en las queseras de los pueblos cercanos a Cúcuta.

Los comerciantes llevan sus productos de manera ininterrumpida los siete días de la semana a igual número de barrios de la ciudad. Los lunes, en Alfonso López; los martes van al parque de San Rafael; los miércoles, en San Luis; los jueves el turno le toca a Claret; los viernes llegan a Cundinamarca, los sábados, en Colsag. y el domingo es en el barrio San Jose, en el también llamado mercado de Las Angustias.

Cáceres, que es en la actualidad el comerciante más antiguo del mercado, cuenta que la idea de establecer un mercado al aire libre en la ciudad se gestó en la presidencia del general Gustavo Rojas Pinilla, meses antes  de que Laureano Gómez le diera golpe de estado, pero fue hasta el 2 de julio de 1957 que se oficializó en Cúcuta.

El país atravesaba por un desabastecimiento de alimentos y los grandes negocios estaban acaparando mercancía y alimentos, por lo que el General Rojas Pinilla impartió la orden a los alcaldes para que se abrieran mercados al aire libre en plazas y parques de los municipios, a fin de que los campesinos trajeran sus productos y los vendieran y de esta manera  la gente se pudiera abastecer, ahí se dieron los primeros pasos de nuestro mercado campesino, recordó Marcelo Guerrero, presidente de la asociación de vendedores del Mercado Libre.

Al igual que sucede con los circos cuando se traslada a otra ciudad, en Cúcuta todos los días los comerciantes del Mercado Libre deben levantar la carpa y trasladarla de un sector a otro. Es una logística bien engranada y que no descuida detalle, de hecho, cavas, canastos, mesas, hortalizas y víveres se acomodan al atardecer del día anterior en cada lugar a donde van.

Siempre vamos adelantados en todo, dice  Guerrero, quien explica que nunca en los 64 años que se va a completar de estar en servicio se ha dejado de ir a alguno de los siete barrios elegidos.

Él comenta con orgullo que no se pueden dar el lujo de quedar mal en ninguno de los sectores donde venden, por eso todo está calculado y dispuesto a la misma hora acordada para que el público cuando se acerque encuentre todo lo que necesita para su despensa.

Se puede decir que el Mercado Libre es el pionero de las plazas de mercado en Cúcuta, incluso por encima de la Central de Abastos, porque fuimos los primeros en la ciudad, con la única diferencia que nosotros le llevamos el mercado a las puertas de las casas de nuestros clientes, dice Marcelo.

Además, los consumidores encuentran al igual que en la Central de Abastos productos frescos del campo y a precios económicos y, lo mejor, no se paga si no se prueba el producto, el cliente tiene la ventaja de exigir la prueba y en el mercado ningún comerciante la niega, dice Guerrero.

Pero independiente de estas ventajas, lo que más atrae público es la tradición del mercado, son más de seis décadas abasteciendo las despensas de los cucuteños, lo que indudablemente ha cosechado la confianza de los clientes, dice el presidente del Mercado Libre.

Pero el mercado no solo ha sostenido las economías de los 130 vendedores, también las de los pequeños productores de los municipios de Norte de Santander, pues es a ellos a los que se les compra los productos del campo, las hortalizas, los huevos, la carne, dice Guerrero.

Don Alberto Rincón, por ejemplo, asegura que los quesos que vende los compra a campesinos de Chitagá, El Zulia y Cácota, donde se producen los mejores lácteos del departamento.

Él dice que una cosa que agradece del mercado en los más de 40 años que ha vendido es que del producido de su negocio le pudo dar los estudios universitarios a dos de sus hijos. “Con mi esposa hemos sido fieles a nuestros clientes todos estos años”, precisa el comerciante.

Guerrero anunció que debido al éxito del Mercado Libre se está evaluando con los miembros de la Asociación establecer mercados al aire libre en otros sectores distintos a los que acuden,  esto nos lo han pedido y creemos que es un hecho.

Quienes asisten a este mercado dan fe de que en todos los tiempos la atención ha sido la mejor, “nos brindan seguridad, asepsia  y variedad de productos, incluso ahora en pandemia nos hemos sentido tranquilos”, dijo Hortensia Carrascal, una ama de casa del barrio San Rafael quien asegura llevar 18 años  como cliente del mercado.

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Miércoles, 30 de Junio de 2021
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