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Esta es la historia de un cucuteño que detecta minas por el mundo

Mario Quiñonez ha estado en Camboya, Nigeria y Yemen cumpliendo esta heróica labor.

 

Recolectar, analizar y comprobar información sobre minas antipersonal, determinar si hay artefactos explosivos, realizar mapas y supervisar la desactivación de los mismos son algunas de las funciones que el cucuteño Mario Quiñonez adquirió en Colombia y ha puesto en práctica en Camboya, Nigeria, Yemen, entre otros países del mundo.

Nacido en la capital nortesantandereana hace 38 años, Mario vivió su infancia en el barrio Niza, estudió en el Colegio Calasanz y en 1999 obtuvo su título de bachiller académico. 

El estudiar Gobierno y Relaciones Internacionales en la Universidad Externado de Colombia llevó a que se despertara su interés de trabajar en conflictos armados, por lo que se especializó en cooperación internacional, estudios que le abrieron un mundo de posibilidades para aportar en reducir la cifra de víctimas de minas, que en el país ha dejado más de 12.000 afectados. 

“En 2005 volví a la ciudad, quería empaparme de las dinámicas del conflicto del departamento, dar una mano a las regiones más difíciles como el Catatumbo. A partir del 2008-2009 empecé a laborar en organizaciones no gubernamentales”, dijo. 

En Norte de Santander inició con el proyecto ‘CercaPaz’, trabajando de la mano de la GTZ (hoy GIZ), y la Universidad de Pamplona, por lo que sus aportes estuvieron encaminados a liderar proyectos de transformación de conflictos, transformación de realidades desde los territorios, vinculándose como docente de la Universidad de Pamplona. 

“Al ser invitado a dialogar en varios espacios, la paz en ese entonces se veía como algo insipiente y es ahí cuando conozco al director de la Campaña Colombiana Contra Minas. Él me reconoce como una persona activa y me propone empezar a trabajar en favor de las víctimas de las minas antipersona”, contó. 

Este cucuteño es egresado del colegio Calasanz

 

La experiencia en Colombia 

Conocer sobre las víctimas y cómo esta práctica de guerra afectaba a la población llevó a que día a día Mario se sumergiera en frenar el número de afectados en Norte de Santander, que desde 1992 a la fecha reporta 929 casos. 

“Tan pronto conocí este tema, me impactó mucho. Sobre todo saber que Norte de Santander era uno de los cinco departamentos con más víctimas a nivel nacional. En ese entonces hacíamos asistencia a víctimas y se llevaron a cabo los primeros programas de prevención, por lo que unos años después el número de accidentes en el departamento se redujo”, aseveró. 

Para 2014 quiso trascender en este tema y tratar de solucionar el problema de las minas antipersonal de raíz, por lo que se vinculó directamente al tema del desminado, aprovechando que en ese entonces llegó al país la Ayuda Popular Noruega (APN).  

“Fui seleccionado para el proyecto del Meta de desminado en el marco del Proceso de Paz, pero ellos (APN) me permitieron capacitare en Camboya, por lo que fue mi primera experiencia internacional”, sostuvo. 

Haciendo la planeación para encontrar minas.

 

Recorriendo el país

La especialidad de Quiñonez son los estudios no técnicos, que es el proceso para identificar en donde están los campos minados, mapearlos, señalizarlos y suministrar esa información a los equipos que hacen los estudios técnicos y el posterior despeje.  

Al llegar de Camboya, se unió al equipo de APN Colombia, haciendo parte del despeje de los 20.000 metros cuadrados que adelantaron en el Meta especialistas, comunidad, excombatientes de las Farc y el Ejército, como una muestra de paz. 

Después de estos resultados, siguió su trayectoria como oficial de estudios no técnicos y enlace comunitario, eso lo llevó a prestar sus servicios en departamentos como Antioquia, Meta, Caquetá, Huila, Guaviare y Chocó y trabajar en comunidades bastante distantes, con poblaciones confinadas. 

“Para muchos niños significó acortar caminos para ir a la escuela, poder ir seguros sin que iban a tocar un artefacto. Eso lo llena a uno de satisfacción por el deber cumplido”, manifestó. 

Siempre ejerce su labor con el mayor de los cuidados.

 

Fuera del país

Aunque su primer entrenamiento fue en Camboya, en Nigeria, para el 2018, tuvo su primera experiencia al lado de una ONG de Dinamarca, llegando a una zona dominada por el Grupo de Boko Haram. 

“Era una gran oportunidad porque tras la firma de los Acuerdos, todas las esperanzas estaban puestas en eso y dije que era el momento de que la experiencia adquirida en Colombia sirviera para todo el mundo, por lo que me desempeñé como gerente de estudios no técnicos de esta organización en Nigeria”, apuntó. 

Tras dos años allí, cuenta Quiñonez que se realizaron cerca de 250 estudios no técnicos en el mismo número de aldeas, con actividades de prevención, y beneficiando aproximadamente a 500.000 personas. 

En los países de conflicto.

“El despeje nunca se había visto en Nigeria, eso benefició mucho a las comunidades, se dejó una base montada para que el programa funcione porque uno va a un país, se capacita a la gente, se le enseña el proceso, los acompañas mientras toman la experiencia y vas a otros sitios”, señaló. 

Esa experiencia ahora lo tiene en Yemen, en Moca, en el sur del Mar Rojo, donde adelanta el proceso en medio de una guerra civil, por lo que se deben seguir uno protocolos se seguridad para adelantar su función en el país asiático.

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Domingo, 6 de Junio de 2021
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