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Cúcuta
La docente autista que galardonaron con premio iberoamericano
La cucuteña Claudia Mantilla Pico recibió Mención Especial en la modalidad de Buenas Prácticas.
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Eduardo Bautista
Eduardo Bautista
Jueves, 30 de Diciembre de 2021

 

Claudia Juliana Mantilla Pico recibió el 8 de diciembre la Mención Especial en la modalidad de Buenas Prácticas y Experiencias de Gestión Local, categoría Educación, de la IX Convocatoria de Premios de la Unión Iberoamericana de Municipalistas (UIM), por su trabajo titulado “Construyendo el Pasaporte para la Paz y Ciudadanía”. 

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Un importante reconocimiento internacional por un trabajo abnegado de investigación en educación que recibe esta maestra de la zona rural de Cúcuta, quien con mucho amor  inculca a sus estudiantes en el aula de clase la importancia de construir paz desde cada una de sus acciones diarias. 

El trabajo de esta mujer recoge parte de la experiencia de sus 52 años vividos, muchos de ellos plagados de dificultades que la volvieron una gigante, sin dejarse amilanar por su condición de autista, ser víctima de desplazamiento por el conflicto armado y de quedarse sola criando su hija prematura, que el padre de la criatura le sacó del vientre de  “una patada”, con tan solo seis meses de gestación.

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Aunque Claudia no pudo viajar a la ciudad de Orizaba, Estado de Veracruz, México, al acto de premiación en el marco del XIII Congreso Iberoamericano de Municipalistas, privándose de la emoción de estar en  la gala de cuerpo presente y leer su ponencia, confiesa que se siente orgullosa de haber tenido la oportunidad para contribuir al intercambio de experiencias exitosas en la Región y a fortalecer la gestión y transferencia del conocimiento, en su caso la investigación en temas educativos, que es su fuerte. 

La docente nacida en Bucaramanga pero hija adoptiva de Cúcuta, dice sobre el particular que en su proceso de investigación ha tenido en cuenta las enseñanzas de Adela Cortina Orts, a quien cita en su proyecto presentado a consideración del jurado - que evaluó trabajos de toda Iberoamérica- donde la filósofa española habla de los ciudadanos del mundo.

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En ese sentido advierte que los educadores tienen que hacer que en las escuelas y colegios del país se formen ciudadanos del mundo, entendiendo que son ellos unos grandes líderes de paz, “donde fomentemos los valores y el emprendimiento social para este mundo competitivo que hay”.

Agrega que es hora de dar en la educación  un gran giro, porque no basta con enseñar en las escuelas matemáticas, ciencias sociales y demás asignaturas, sino que se “les debe enseñar a los niños a que tiren la atarraya y atrapen el pescado”.

Ya los trabajos, “como dice Adela Cortina”, de pasarse muchos años para obtener una pensión, están mandados a recoger, porque hay que hacer que los jóvenes empiecen a incursionar en diversos campos, como las redes sociales, citando el caso de una estudiante del Instituto Técnico Guaimaral, que no entró a la universidad y tiene su emprenderismo exitoso en las redes.
 

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Los niños de la escuela Camilo Torres, en la zona rural de Cúcuta, son la razón de ser de Claudia Mantilla. /Cortesía para La Opinión

 

“Ese es mi mundo, yo también soy maestra TikTok, tengo mis seguidores en esa red lo mismo que en Instagram, y eso es lo que les enseño a los niños, que sean ciudadanos del mundo, que vayan a la vanguardia de la tecnología y no quedarse en lo mismo de siempre”.

Claudia Mantilla se define como una docente de la nueva generación, “pese a mis 52 años y si me ven no demuestro esa edad. Así mismo, soy ejemplo a seguir, porque fuera de mi docencia, les enseño a los niños mi experiencia propia”.

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Cuestiona que muchos maestros le pidan a un niño o niña que escriba un cuento o un ensayo, pero muchos de esos docentes  no escriben, no leen y menos investigan, entonces ¿Cómo pueden motivar a sus estudiantes?  

Ella, quien lleva varios años escribiendo, desde que era estudiante de la Universidad de Pamplona y en la página de educación de Norte de Santander, le muestra los escritos que tiene, les demuestra que su maestra escribe, y para que se motiven les lleva a dictarles charlas a sus amigos poetas y escritores para que también les cuenten sus experiencias. 


Una vida de lucha


Residenciada con el esposo en Pitalito, un día tuvo que dejar esa tierra huilense y desplazarse por la violencia política que también afectó esa parte del país y por la violencia que vivía al interior del hogar. 

Separada de su pareja, quien la maltrataba y producto de los golpes la hizo dar a luz a los seis meses de gestación, se estableció en Cúcuta, en casa de sus padres,  asumiendo sola la crianza de la recién nacida, quien hoy a los 22 años también es maestra.

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Esta mujer luchadora quien en marzo de 2022  será abuela, dijo que en esos años de dificultades  logró sacar la licenciatura de educación básica primaria, debiendo lavar ropa para cumplir con ese propósito, en una lavandería que montó en el Grupo Mecanizado Maza de Cúcuta, donde le daba empleo a otras dos personas, hasta que un oficial del Ejército que llegó de comandante la desalojó, con 24 horas de plazo para dejar las instalaciones. 

Luego se fue a administrar la cafetería en el colegio Carmen Teresiano, donde había salido bachiller, y con visión de emprendimiento tuvo a cargo 10 empleados. 
 

La maestra les otorga diplomas y medallas a sus estudiantes para premiar el esfuerzo, dedicación y sus logros, lo que compra con su sueldo. / Cortesía para La Opinión

 

Una vez con el título profesional de la Universidad de Pamplona, concursó para una plaza  y la nombraron de planta en el colegio Camilo Torres, vereda El Núcleo del corregimiento Buena Esperanza, en la zona rural de Cúcuta.

En esa Institución Educativa cumple 10 años de servicio, trabajando en pro de los niños de la vereda, haciendo parte del semillero de investigación. Hace cinco años hizo magister en educación en la Unipamplona y entre sus proyectos a corto plazo está el de  iniciar el doctorado. 

Dice que es maestra autista, que tiene esa condición especial, con inteligencia desarrollada principalmente en la parte artística y otras habilidades, lee mucho y se aísla de las personas.

Explica que su condición autista le ha servido porque cuando llega un  niño con necesidades educativas al aula, con ella aprenden rápido, porque le hace una evaluación individual, en el criterio de que cada niño piensa diferente del otro, reforzando en ellos las habilidades en las que mejor se desempeñan. 


Una maestra moderna


El premio que le otorgaron el 8 de diciembre por la experiencia “Construyendo el Pasaporte para la Paz y Ciudadanía”, lo logró al hacer la inscripción en la convocatoria porque Claudia siempre está atenta a este tipo de iniciativas que apoyan la investigación, al igual que lo hizo en el Premio Compartir,  obteniendo reconocimiento de mejores propuestas como constructora de paz, maestra de experiencias innovadora significativas en Colombia. 

En esta nueva oportunidad no pudo viajar a México a recibir el premio, porque los organizadores del certamen solo le ofrecían el hotel y la alimentación, pero los pasajes debía costearlos el galardonado, y ella no tuvo los recursos para asistir presencialmente, lo que le hubiera gustado, porque  según relata desafortunadamente no hay apoyo oficial para la investigación en educación. 

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Sucede igual con su experiencia dentro del aula, porque los reconocimientos que hace a sus estudiantes, como diplomas y medallas que les otorga para premiar sus esfuerzos y logros, salen de su sueldo, sin que ninguna entidad oficial procure ofrecer un estímulo más allá de lo convencional.
 
Reiteró que es una maestra de la nueva era, porque por su condición autista no conoce barreras, entonces sale de la monotonía y siempre está innovando, incorporando nuevas técnicas de  enseñanza-aprendizaje, porque su sueño es cambiar, transformar y aportar al cambio de la educación en el país, que sus procesos de investigación tengan incidencia en los niños y niñas de instituciones apartadas, como en su caso la propuesta pedagógica para formar actores de paz en básica primaria de la Institución Educativa Camilo Torres, en la zona rural de Cúcuta.
 

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