La gran apuesta de calzado que se instaló hace cinco años en la Zona Franca de Cúcuta con las empresas Madrid, CalzamarK y Masanti, que unieron sus esfuerzos para crear una de las fábricas más importantes de Norte de Santander, escondía, según las autoridades judiciales, una planeación delictiva para lavar dinero.
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Luego de más de un año de indagaciones, las autoridades fiscales y aduaneras descubrieron lo que presuntamente habría detrás de ese negocio prominente: “una fachada para lavar dinero”, aseguró una fuente judicial.
Por eso hoy, las autoridades están buscando a alias ‘El Calvo’, que, según fuentes cercanas de la investigación, se trataría de José Alexander Silva Monterrey, quien aparece como gerente de dos de las tres empresas de calzado. Cuatro personas que son muy allegados a él y que estarían vinculadas con la organización, también son buscadas, pues habrían lavado más de 72 mil millones de pesos haciendo exportaciones ficticias.
Lo que hicieron
La Policía Fiscal y Aduanera (Polfa), en conjunto con la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian) y la Fiscalía, le aplicaron medidas de extinción de dominio a dichas empresas, entre otros bienes y marcas, valorados en más de 4.000 millones de pesos, por estar involucradas al servicio de una estructura dedicada al lavado de activos.
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Las autoridades denominaron el procedimiento como la operación Exporfic, en la que fueron intervenidos tres inmuebles, diez sociedades, un establecimiento de comercio, tres fábricas de calzado, tres vehículos y una patente en Cartagena y Cúcuta.
Según el reporte de la Policía, los investigadores determinaron que la organización que legalizaba los dineros a través de estas empresas, recibían el pago anticipado de exportaciones ficticias desde Estados Unidos y Asia.
Alrededor de este negocio ilícito fue identificado alias ‘El Calvo’, a quien señalan como ser el ‘cerebro’ de la estructura y quien tiene Circular Azul de Interpol.
“Esta persona habría hecho 620 operaciones financieras por un valor superior a los 72.000 millones pesos, a través de Expomadrid SAS y Business & Trading Word SAS”, aseguró la Policía.
Las medidas
Precisamente, un grupo de uniformados llegó hasta la bodega donde montaron el prominente negocio de calzado, ubicada en la Zona Franca de Cúcuta y le aplicaron la extinción de dominio a las fábricas de calzado Industria Calzamark S.A.S, Industria Masanti S.A.S e Industria Madrid S.A.S; allí, los investigadores cumplieron con las medidas de embargo y secuestro de toda la maquinaria, materias primas y elementos de producción.
Asimismo, se materializó la suspensión de poder dispositivo, el embargo y secuestro de la patente Valexs S.A.S, con una trayectoria comercial de seis años en la venta de calzado, en el centro de la capital de Norte de Santander.
Las autoridades también embargaron tres vehículos, entre los que están un Toyota Corolla blindado, una Camioneta Toyota TXL y un automóvil convertible BMW 4201, adscritos a las sociedades y representantes legales de las compañías afectadas.
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“Dentro de los bienes objeto de las medidas cautelares sobresale un lote de 1.988 metros cuadrados, ubicado en el sector turístico de Manzanillo, en Cartagena, y otras propiedades que pasaron a ser administradas por la Sociedad de Activos Especiales”, indicó el reporte judicial.
Cómo nació la empresa
A finales de 2017 los ‘inversionistas’ llegaron al parque industrial de Cúcuta y montaron una gran plataforma para desarrollar sus actividades productivas y llegar a los mercados extranjeros.
Las tres empresas de calzado (Madrid, CalzamarK y Masanti) se unieron para crear una de las fábricas de calzado más importantes de Norte de Santander y José Silva Monterrey, uno de los voceros de este proyecto, aseguró en ese momento que la idea había nacido hacía más de un año con el objetivo de exportar, teniendo una fábrica con tecnología de punta, aprovechando los beneficios tributarios y a la inversión que ofrece el régimen franco.
En julio de 2017 habrían recibido la aprobación como usuarios de la Zona Franca y en agosto empezaron a trabajar en la importación de la tecnología necesaria y la adecuación del espacio físico.
En la bodega D4, al final de la calle principal del interior del parque industrial pusieron la bodega para producir el calzado, invirtiendo supuestamente más de $2.000 millones.
La meta de este grupo empresarial, como lo aseguró Silva, era llegar a mercados de Suramérica y Centroamérica. Además, señaló que la apuesta empresarial era la generación de empleo, que inicialmente serían 150 personas, pero la idea era llegar en ocho meses a 450 personas por turno de trabajo, para llegar a tener una producción mensual de más de 400.000 pares de zapatos.
Eso sonó muy ambicioso para muchas personas, además, se conoció que hubo cosas muy extrañas al principio, pues la bodega no contaba con energía eléctrica y solo hasta después de un tiempo fue que contaron con ese servicio, algunas personas también señalaron que en las noches veían movimientos muy extraños, sin embargo, nunca llegaron a pensar que se trataba de una empresa fachada para lavar dinero.
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