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La tragedia minera de El Zulia que no tiene una explicación clara

La Mestiza ya había sido suspendida el año pasado por un accidente, pero la medida le fue levantada 11 días antes de la reciente explosión.


Esta semana que termina no fue común y corriente para los pocos habitantes de las veredas El Mestizo y El Albarico. Luego de una fuerte explosión que se escuchó el lunes a las 10:30 de la mañana, la tranquilidad de esa zona de El Zulia, que está a una hora y 20 minutos de Cúcuta, se interrumpió abruptamente.


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El constante movimiento de volquetas cargadas con carbón se frenó, dándole paso a las motos, camionetas, camiones, funerarias y dos buses que suben y bajan llenos de personas, maquinaria y alimentos, sin importar que les toca andar por una vía por donde jamás ha pasado el asfalto y lo único que hay son piedras, tierra y barro.

Y no era para menos. Ese estruendo que retumbó en cada rincón de esos dos sectores del área metropolitana de Cúcuta, significó el presagio de una tragedia de gran magnitud que partió el corazón y resquebrajó el alma de 15 familias, porque en las entrañas de una enorme montaña que está al final de esa vía, donde se encuentra la mina de carbón La Mestiza, había una cuadrilla de obreros trabajando cuando ocurrió la explosión.

Mientras los habitantes de esas veredas trataban de entender qué había pasado con semejante estallido, en aquel apartado lugar se vivían momentos de angustia y de desesperación, porque dentro de uno de los socavones donde estaban 15 mineros fue donde se registró la explosión, dejando a 14 de ellos atrapados. El otro ‘voló’ a unos cuantos metros de la entrada del túnel, quedando con quemaduras en el 85% de su cuerpo.

A partir de ahí empezaron los instantes de angustia e incertidumbre para otros 14 mineros que apenas se alistaban, porque ya les faltaba poco para arrancar su turno de trabajo. “Eso fue horrible, algunos estábamos en el ‘casino’ (cafetería o restaurante donde les dan los alimentos y las bebidas) cuando escuchamos la explosión y vimos que del socavón salió una enorme llamarada y luego una gran columna de humo negro. En ese momento dijimos: Dios Santo protégenos y pensamos en nuestros compañeros que aún no habían salido”, contó uno de los obreros de La Mestiza.

Los obreros al ver lo sucedido, de inmediato corrieron hacia la entrada del socavón, que está a unos 500 metros de donde ellos se encontraban, todos querían saber qué había pasado con las personas que estaban adentro del profundo túnel.


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A medida que los mineros se iban acercando al socavón, se fueron dando cuenta de la magnitud de lo ocurrido: varios de los árboles que rodean el lugar se quemaron, y la estructura por donde se mueven los coches que salen de adentro cargados del carbón, resultó afectada. Además, algunas de las latas de zinc que estaban en el techo del punto de acopio del mineral, también volaron lejos y quedaron retorcidas. “Todo se veía destrozado, fue algo impresionante”, dijo uno de los obreros que ese día se alistaba para recibir el turno.

Y cuando observaban cómo había quedado el lugar, los hombres escucharon los gritos de una persona que pedía que la ayudaran porque se estaba quemando, “pero mirábamos para todos lados y no la veíamos, porque el humo la tapaba. De pronto observamos que era un compañero que estaba tirado en el piso, ahí mismo lo auxiliamos y luego de subirlo a una camioneta, lo trasladaron al hospital de Cúcuta”, señaló otro de los obreros de la mina donde se presentó el hecho.


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La víctima era Fabio García Cáceres, quien laboraba como cochero y acababa de salir del socavón con una carga de carbón y la estaba descargando en el centro de acopio, cuando la onda explosiva lo quemó y lo lanzó varios metros más allá.

Él tenía el 85% de su cuerpo quemado y luego de 24 horas de permanecer bajo observación médica, en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Universitario Erasmo Meoz, la EPS autorizó su trasladó a un centro especializado en Bogotá, pero antes de ser subido a una avioneta ambulancia, falleció.

Mientras tanto, en la entrada del socavón de la mina La Mestiza el desespero era tan grande, que algunos mineros trataron de entrar a buscar a sus compañeros, pero no pudieron avanzar muchos metros, pues la acumulación de gas metano era muy grande y los derrumbes tampoco se los permitieron.
 
Todos tuvieron que salir del túnel y buscar la forma de contactarse con la Agencia Nacional de Minería (ANM) para que enviara a su equipo de Salvamento Minero, así como organismos de socorro, pero las llamadas casi no alcanzaban a salir, pues la señal en ese sitio es muy débil, y cuando por fin lograron informar, una hora y media más tarde comenzaron a llegar los primeros rescatistas e ingenieros a conocer lo sucedido.
 

Angustia, dolor y desesperación es lo que viven los familiares de los obreros atrapados dentro del socavón.


Cómo se dio la tragedia

Aunque no hay una versión oficial de qué pasó esa trágica mañana del lunes, extraoficialmente se conoció que el grupo de mineros que quedó atrapado, inició sus labores a las 7:00 a. m., como lo hacían normalmente.


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Pero antes de ingresar, le habrían tomado la medición de la concentración del gas metano y los resultados, supuestamente, fueron favorables para que los obreros entraran al socavón a comenzar su jornada laboral, como suele pasar diariamente en todas las minas de Norte de Santander.

La mañana transcurría normal, adentro de la mina, los 15 mineros del turno cumplían con su trabajo tranquilamente, el coche entraba vacío y cuando salía, venía cargado de carbón, que Fabio García iba y lo dejaba en el punto de acopio que esta como a 20 metros de la entrada del túnel.

Pero cuando el reloj marcó que eran las 10:30 a. m., se escuchó una fuerte explosión, la tierra se estremeció y de adentro del socavón salió una enorme llamarada, como si un dragón la hubiese lanzado, luego una gran columna de humo negro no dejaba ver nada a los alrededores.

García Cáceres fue el único del grupo que quedó afuera del túnel, pero estaba gravemente lesionado, pues la llamarada llegó hasta donde él se encontraba, como a 20 metros de la entrada, y lo envolvió, quemándolo casi todo.

De los otros 14 mineros nadie pudo saber cómo estaban, el ingreso no era posible y las condiciones fueron cada vez más difíciles, además, para llegar al punto donde ellos estaban era complicado, pues, según uno de los empleados de esa mina, sus compañeros se encontraban a más de 300 metros de profundidad. 
 

Las quemaduras y el alto estado en descomposición de los cuerpos han dificultado la plena identificación de los mineros.


“Hay que bajar 300 metros de inclinación y luego habría otros 300 metros más en línea recta, donde se van abriendo varios pasillos pequeños para hacer los cortes, los cuales siempre están llenos de gas de metano, lo que además de intoxicar, da mucho calor”, señaló uno de los mineros que labora en La Mestiza.


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Ante todo esto que han dicho los mineros que trabajan en este lugar, las autoridades creen que la explosión habría sido causada por una chispa en uno de los puntos que había gran acumulación de gas metano.

Y es acá donde algunos expertos en minería se preguntan ¿cómo estaba la ventilación del socavón en ese momento? ¿Qué pasó con la medición del gas metano, que debía estar a cargo de uno de los empleados? ¿Qué tipo de protocolos usa esta mina durante la jornada laboral?

Muchas dudas sin respuestas

Precisamente el secretario de Minas de Norte de Santander, Jhon Olivares, se mostró preocupado por una situación que se presentó en La Mestiza, meses antes de esta tragedia y que a pesar de que la Agencia Nacional de Minería (ANM)  conoció de eso, no se pudo evitar este reciente accidente.

Según el funcionario, “la mina La Mestiza tuvo una suspensión de trabajos el 17 de marzo de 2021 por un accidente que ocurrió ahí. El 19 de abril de 2022, la Agencia Nacional de Minería le hizo una visita y verificó las condiciones que se encontraban en el sitio, para ver si cumplían con la normatividad, para levantar esa suspensión y el pasado 19 de mayo, se le notificó al titular el levantamiento de esa suspensión para que pueda regresar a las labores”.

Olivares reprochó la decisión que tomó la ANM 11 días antes de la tragedia, porque lo ocurrido dentro del socavón deja entrever que posiblemente había alguna falla que no permitía una ventilación y por eso la acumulación del gas metano.


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Por varios días, los familiares de las víctimas guardaron la esperanza de que fueran hallados con vida.


“La pregunta que tenemos que plantearle a la Agencia Nacional de Minería es cómo, tan solo 11 días después de la notificación del levantamiento de la suspensión de actividades, ocurre una tragedia de este tipo en esa misma mina”, señaló secretario de Minas de Norte de Santander.


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Agregó: “yo conozco el informe del levantamiento, donde se ordenaba mejorar el circuito de ventilación en una de las áreas donde habían sido suspendidas las labores y se ordenaba adelantar trabajos para reconstruir el circuito de ventilación, ese fue el informe que hizo la Agencia Nacional de Minería”.

Además, se pudo conocer que el titulo minero de La Mestiza le fue otorgado a la empresa Hullas del Zulia LTDA, que su representante legal es Pablo Andrés Leiva Villamizar, pero quien es el operador o encargado de hacer la explotación es Wilmer Torres.

“Acá quien debe asumir la responsabilidad legal de lo ocurrido es el titular, porque a pesar de tener un operador él es el que debe garantizar que todo esté funcionando bien. Sabemos que hay un contrato que cuenta con una viabilidad ambiental y con todos los permisos legales”, sostuvo el funcionario.

Un experto en minería también le señaló a La Opinión que con esta tragedia se debe entrar a analizar cómo es que la ANM está haciendo sus procesos de fiscalización en cada una de las minas del departamento, “porque 11 días después de haberle levantado una sanción a una mina que llevaba un año sin funcionar y teniéndole que hacer algunos arreglos, se presenta este accidente. Ahí pasó algo que nadie ha querido decir”.

Los rescatistas, en tres turnos, han trabajado sin parar con la misión de sacar a todos los mineros que quedaron atrapados dentro del tunel.

Añadió: “la seguridad dentro de las minas debe ser total, porque hay que recordar que este gremio genera 40 mil empleos entre directos e indirectos para Norte de Santander y aporta más del 20% del Producto Interno Bruto (PIB) al departamento”.


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Pese a todas estas afirmaciones, la Agencia Nacional de Minería, en uno de los comunicados oficiales manifestó que, “como antecedentes a este hecho, la autoridad minera informa que la mina La Mestiza opera bajo el contrato 04-012-98 para la explotación de carbón, con fecha de suscripción del contrato el 03 de diciembre de 1998, fecha de inscripción RMN: 24 de julio de 2000. A la fecha de ocurrencia del accidente minero, el día 30 de mayo de 2022, en el contrato 04-012-98 no se tenían medidas de seguridad impuesta. En los informes de visita se establece que el titular minero dio cumplimiento a los requerimientos de seguridad exigibles en el Decreto 1886 de 2015. Sin embargo, es preciso resaltar que, es responsabilidad del titular minero hacer control continuo de concentraciones de gases y CO en las operaciones subterráneas”.

Además, recordó que, “tener en cuenta que, si bien cumplen con los requerimientos de operación necesarios, es indispensable hacer un monitoreo diario de todas las condiciones de seguridad antes de iniciar labores para evitar accidentes como el presentado”.  

La Opinión buscó en repetidas oportunidades hablar con el actual operador de la mina La Mestiza, pero no fue posible. Una mujer que aseguró ser hermana de Wilmer Torres, manifestó que no tenían nada que decir y que simplemente lo ocurrido ahí fue un accidente que se puede registrar en cualquier mina del departamento.

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Domingo, 5 de Junio de 2022
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