Hace 14 meses, en Cúcuta y Puerto Santander, especialmente en las zonas rurales de estos dos municipios de Norte de Santander, se conoció de la llegada de un grupo de al menos 50 hombres que fue enviado directamente por Dairo Antonio Úsuga, mejor conocido como ‘Otoniel’.
Estos hombres venían con un objetivo primordial: recuperar el territorio que por más de una década dominaron Los Rastrojos, pero que el Eln les había quitado, para aquel entonces, en una guerra que ya cumplía más de seis meses.
Si quieres tener acceso ilimitado a toda la información de La Opinión, apóyanos haciendo clic aquí: http://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion
A pesar de que el máximo jefe del Clan del Golfo las envió directamente del Urabá Antioqueño, estas personas llegaron a la zona fronteriza entre Cúcuta y Puerto Santander identificándose como del frente Luis Orlando Padierna, de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (Agc).
Desde ese 14 de diciembre de 2020, cuando entraron, enfrentándose con el Eln para dominar los más de 20 kilómetros de línea fronteriza, entre las poblaciones de Guaramito, Agua Clara, Buena Esperanza, Puerto León, Banco de Arena, Palmarito, Vigilancia, La Punta, La Silla, El 25 y Puerto Santander, la guerra no ha parado.
Pues aunque la lucha armada contra la guerrilla sigue en esa zona y las autoridades han ‘neutralizado’ y capturado a varios de sus jefes, así como miembros de esa organización, entre ellos a ‘Otoniel’, hoy esta banda criminal sigue haciendo de las suyas y tiene un plan de expansión por los cascos urbanos de Cúcuta, El Zulia, Puerto Santander, Villa del Rosario, Los Patios y San Cayetano.
Y para demostrar su poder, los gaitanistas han cometido algunos homicidios, en los que a las víctimas les han dejado algunos letreros, y en diferentes barrios han plasmado sus siglas en paredes de varias casas, como lo hicieron hace más de 20 años las extintas Auc.
Le puede interesar: ¿Qué hay detrás de la masacre en Cúcuta?
Aunque las autoridades son escépticas de que esto sea una señal de su presencia en la ciudad, algunos líderes comunales están seguros de que las Agc sí están en Cúcuta y el área metropolitana, haciendo de las suyas, especialmente tratando de controlar el microtráfico y ahora cobrando extorsiones a comerciantes y transportadores.
Además, ahora quieren dominar una parte de la frontera por el lado de El Escobal, donde está muy cerca el puente internacional Francisco de Paula Santander, que comunica a Cúcuta con la población venezolana Pedro María Ureña, para cobrar extorsiones por el paso de migrantes y de mercancía de contrabando de un lado al otro, a pesar de que ahí también se encuentra el Eln, lo que sería el presagio de la extensión de la guerra que se da en la zona rural.
Precisamente, la ansiedad de dominar ese tramo de la frontera habría llevado a que el pasado miércoles 26 de enero se cometiera una masacre de tres personas en la trocha La Isla, por el barrio Viejo Escobal.
Pánico e incertidumbre
Un defensor de derechos humanos, que pidió la reserva de su identidad por seguridad, aseguró que los gaitanistas arrancaron la expansión desde mitad del año pasado y lo hicieron por El Zulia.
“Allá habrían reunido a varios expendedores de drogas y les dijeron que tenían que ‘trabajar’ para los gaitanistas y como algunos se rehusaron, los asesinaron. Esos fueron unos muertos que aparecieron en una trocha y en un sector conocido como Las Escaleras”, señaló el defensor.
Lea también: ¿Por qué el Eln mató a tres hermanos en Cúcuta?
A esos homicidios se le sumaron varios grafitis que pintaron en diferentes barrios de ese municipio del área metropolitana. Algunos habitantes de esos sectores señalaron que las Agc tienen a varios hombres moviéndose en motos, controlando todo ese tema de la venta de drogas, pero también estarían cobrando ‘vacunas’ y quienes no pagan son amenazados.
Luego de esos grafitis en El Zulia, en diferentes barrios de Los Patios, Villa del Rosario y Cúcuta también comenzaron a aparecer, convirtiéndose en una señal que ha traído pánico e incertidumbre entre quienes residen en esos lugares.
“Eso de El Zulia se extendió a otras zonas del área metropolitana. Esa gente quiere tomarse a como dé lugar el negocio del microtráfico y las extorsiones. Se llegó a pensar que con la captura de ‘Otoniel’ ellos sufrirían un revés, pero nada. ‘A rey muerto, rey puesto’, hemos sabido que entre los cabecillas de esa organización criminal se dividieron el país y Norte de Santander quedó bajo las órdenes de ‘Chiquito malo’, pero no sabemos nada de él”, comentó el defensor de derechos humanos.
Algunos homicidios
Según esta fuente, en la capital nortesantandereana han ocurrido algunos homicidios en los que los gaitanistas han dejado su huella. Una de esas víctimas sería Heysen Leandro Castilla Pérez, asesinado la madrugada del miércoles 10 de noviembre del año pasado, en el barrio Cecilia Castro.
Entre la ropa de la víctima los investigadores judiciales hallaron un escrito que decía “A.G.C. limpieza social, presente”, haciendo referencia a un presunto ataque contra consumidores y expendedores de drogas en esa parte norte de Cúcuta. Así como este hecho, el año pasado se registraron otros.
Le puede interesar: ‘Jhon Mechas’ mantiene bajo el terror a Tibú
La banda criminal dejó en claro que se tomará los diferentes puntos de Cúcuta a punta de bala y sangre, pues luego de ese crimen comenzaron a circular unos panfletos amenazantes a nombre de las Agc, indicando que harían una mal llamada ‘limpieza social’, pero también hay habitantes de diferentes zonas de la ciudad que aseguran que hombres en motos y armados se mueven tranquilamente diciendo que pertenecen a esa banda criminal y que deben hacer todo lo que ellos les digan, porque si no serán asesinados.
Además, esa guerra que se libra en la zona rural de Cúcuta y en Puerto Santander también ha dejado más de medio centenar de personas asesinadas, entre ellas hay varios líderes comunales.
Más mensajes intimidatorios
El pasado 18 de enero, en la avenida 0 entre calle 30 y 31, del barrio La Cordialidad, de Los Patios, aparecieron unos grafitis que señalaban que “A.G.C. Presente”, haciendo referencia a las Autodefensas Gaitanistas de Colombia.
Un representante de los habitantes de la Comuna 6 sostuvo que los gaitanistas se han centrado en imponer su imperio del terror en esta zona, porque es estratégica. “Si usted analiza, esa parte de Cúcuta tiene salida hacia la frontera, la zona rural y Puerto Santander, entonces les resulta un punto primordial para hacer de las suyas”.
El líder comunal agregó que, “tenemos conocimiento de que los gaitanistas tendrían un grupo de hombres armados en la parte de El Tunal y 6 de Reyes. Ahí ellos llevan a las personas para extorsionarlas y hasta han cometido homicidios, y como a las autoridades les da miedo ir a patrullar, ellos hacen lo que se les da la gana”.
Lea también: Una deuda de $700 mil dejó un muerto en Cúcuta
Además, el representante comunal señaló que en repetidas oportunidades se han reunido con Policía y Fiscalía para contarles lo que allí pasa, pero que nadie les presta atención y por el contrario lo que han recibido son amenazas de muerte.
Otras de las zonas donde las Agc tendrían fuerte presencia es en Sevilla y Cerro Norte, pues las ventas de drogas en estos barrios son muy grandes y “precisamente por eso es que se presentan ataques a bala o con granadas, ahí hay una disputa fuerte entre la banda de ‘Baloyes’ y los gaitanistas”, explicó una fuente de la comunidad.
El defensor de derechos humanos también comentó que los gaitanistas ya tendrían a varios de sus hombres delinquiendo en Ureña, pues, al parecer, el Eln decidió mover a sus integrantes hacia otras zonas, oportunidad que habrían aprovechado los miembros de esta banda para comenzar a hacer de las suyas.
Están en alerta
Una fuente judicial aseguró que desde la semana pasada conocieron un panfleto y escucharon en algunas interceptaciones telefónicas que las Agc aumentarían sus acciones armadas en Santander, Norte de Santander y Arauca.
“Lo que preocupa a nivel nacional es que no se tiene información que esa banda criminal esté en Santander o Arauca, eso quiere decir que quieren llegar a esas zonas. Acá en Norte de Santander estamos viendo que desde hace unas semanas se han aumentado los grafitis en diferentes zonas, lo que nos tiene en máxima alerta”, sostuvo la fuente.
Le puede interesar: Las huellas que dejó el atentado del aeropuerto de Cúcuta
Añadió: “esos mensajes que han dejado en El Zulia, Villa del Rosario y Los Patios, se está viendo que es para obligar a pagar las extorsiones que les están haciendo a muchas personas”.
Sobre la posible unión de los gaitanistas con una facción de la disidencia de las Farc, la fuente indicó que no es nada cierto, porque acá quien tiene mayor injerencia es ‘Jhon Mechas’ y él consideraría a esta banda criminal como un enemigo.
Sin embargo, no descarta que a futuro podría darse, “pues como la situación está tan cambiante y con lo que está pasando en Arauca, se puede esperar cualquier cosa”.
‘No tenemos nada contundente’
El general Óscar Moreno, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), afirmó que sobre la supuesta expansión de los gaitanistas no hay nada contundente que lo confirme.
“Aún no tenemos evidencias de que (los gaitanistas) hayan llegado a esas zonas de las que hablan, o alguna investigación o testimonios al respecto”, manifestó el oficial.
Lea también: Explosiones, sangre, miedo y daños alrededor de la Policía en Astilleros
Sobre los grafitis y los letreros que les han dejado a algunas personas asesinadas, el alto mando de la Policía señaló que no tienen algo firme para confirmar que sea cierto. “Hasta que no tenga uno la prueba técnica o testimonial, no se puede asegurar eso. La dinámica es así en todas las ciudades con estos bandidos cuando llegan”.
Agregó: “este año en homicidios de ajustes de cuentas, no hemos tenido la evidencia de que sean ellos los responsables”.
Sobre la masacre que se registró hace unas semanas en la trocha La Isla, en el Viejo Escobal, el comandante de la Mecuc sostuvo que se tienen dos hipótesis: una que fue cometida por el Eln y la otra que fue el Tren de Aragua que se está disputando el control de los pasos informales, “pero no tenemos claridad en eso, porque no tenemos una prueba contundente”.
