Los muchachos hacen uso de su tiempo libre para fabricar las escobas.
Como una estrategia para coadyuvar los elevados índices de dengue ocurridos en los últimos meses, niños campesinos del corregimiento de Aguas Claras diseñaron una máquina para la fabricación artesanal de escobas a partir de la transformación de las botellas plásticas.
El proyecto permite fortalecer la cultura del emprendimiento y la gestión integral de residuos sólidos de gran impacto ambiental en la institución educativa de la zona rural de Ocaña.
Henry Carrascal, maestro instructor, resalta la manera como se pudo construir e implementar un sistema con la finalidad de elaborar encordados para cultivos, escobas y otros elementos derivados de ese desecho reciclado.
Esas botellas por lo general son abandonadas en el campo, almacenando agua, factor determinante en la propagación del mosquito transmisor de esa enfermedad. “Los muchachos aprovechan el tiempo libre y recolectan esos guijarros para la materia prima de las escobas que se distribuyen en la región, sin ir a la tienda de la esquina”, asegura el profesor.
El grupo de inquietos estudiantes fue bautizado como Klingo por el mismo docente para estimular el espíritu investigativo y el fortalecimiento de las competencias ambientales mediante la cultura del emprendimiento.
En lo tecnológico, se diseñó un prototipo de máquina para la transformación de polímeros. Se contó con asesoría técnica por parte de los ingenieros de Tecnoparque. El diseño del mecanismo tuvo en cuenta criterios de ergonomía, costos, funcionabilidad, eficiencia, eficacia y seguridad.
En una fase posterior se propone el análisis del impacto del proyecto en la disminución de los posibles factores relacionados con la propagación del dengue hemorrágico en el corregimiento, reitera el director del grupo, Carrascal.
Tarea con mucha disciplina
Los promotores de la idea adelantan jornadas periódicas de limpieza a nivel institucional para la recolección de los residuos sólidos.
En la actualidad de manera experimental se adelanta la producción quincenal de escobas, encordados de dos y tres hilos para el uso casero y la meta es perfeccionar el mecanismo para conquistar otros mercados.
Hacia la investigación
El coordinador del proyecto manifestó que esos espacios se constituyen en una oportunidad invaluable para que estudiantes y docentes se apropien del conocimiento a través de la investigación. “Se me ocurrió convocar a un grupo de emprendedores muchachos y plantear la pregunta. Empezaron a indagar y nos dimos cuenta del agua estancada en las botellas plásticas. Tristemente la gente arroja esos depósito y guijarros sin medir las consecuencias. En esas lluvias de ideas alguien propuso hacer escobas y la propuesta fue materializada hasta el diseño del prototipo que presentan en las ferias del emprendimiento”.
De una manera didáctica están arrancando a los muchachos de la guerra, ya que muchos no tienen definido un horizonte.
El maestro asegura que trabajan con las uñas, el horno se sacó de un lavamanos, que llegó durante la pandemia, los tubos salieron de los pupitres viejos, el motor es de una lavadora.
“Yo siempre aporto el capital semilla y les dije: ‘aquí tienen 50 mil pesos y hagan una rifa y comenzamos a conseguir recursos para el día a día’ (...)”, recalcó.
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