Jairo Tomás Yáñez Rodríguez, alcalde de Cúcuta, y Silvano Serrano Guerrero, gobernador de Norte de Santander, asumieron sus cargos hace un poco más de 16 meses, sin imaginar que se enfrentarían a un escenario atípico y una crisis sin precedentes en la región.
Apenas tres meses después de encender motores sus administraciones, los mandatarios fueron sorprendidos con la llegada de la COVID-19 que, de inmediato, conllevó a una cuarentena obligatoria y esto desencadenó una parálisis de grandes dimensiones que terminó por impactar aún más la frágil economía del departamento.
En Cúcuta, los trapos rojos en señal de hambre y necesidades empezaron a aflorar en los barrios más pobres, y el desempleo, que ya era uno de los principales problemas de la ciudad, alcanzó niveles históricos por encima del 33 y 31% en junio y julio de 2020. La informalidad, entre tanto, superó el 70%.
Las empresas de la región comenzaron a pedir ayuda a gritos y al menos 7.358 tuvieron que cerrar finalizando el año, puesto que no lograron soportar la crisis.
Aunque, paralelamente, los gobernantes consiguieron que el Concejo y la Asamblea le dieran luz verde a sus Planes de Desarrollo, para seguir adelante con lo que se habían propuesto para los cuatro años de periodo, la pandemia, la situación económica y la necesidad de una reactivación en el corto plazo, llevó a que muchos de los proyectos que tenían trazados en sus cartas de navegación se vieran alterados y los tuvieran que ajustar a la nueva realidad. Sobre esa base marchan hoy.
Sin poder convencer todavía al Gobierno Nacional de la urgencia de reabrir la frontera y con el virus aún latente y mucho más desafiante que hace un año, Jairo Yáñez y Silvano Serrano se enfrentan ahora a un nuevo reto y es el paro nacional que ya completa tres semanas.
Ante un escenario como este, La Opinión decidió consultar a representantes de los diferentes sectores para que nos dieran su opinión sobre la gestión hecha hasta ahora por los dos gobernantes y cómo creen que lo vienen haciendo. Los consultados aceptaron calificar esa labor entre buena, regular y mala. Esto fue lo que nos dijeron.
