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Cúcuta recuerda a mujeres desaparecidas con Las Cristinas (I)
A la fecha en el país hay 131.087 personas desaparecidas. Aquí un testimonio desgarrador.
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Paola Ríos
Paola Ríos
Domingo, 29 de Agosto de 2021

Zozobra, desespero, angustia, tormento, incertidumbre, dolor y una sensación indescriptible de un vacío profundo es el que experimentan los familiares de las 131.087 personas que hasta la fecha tienen un reporte oficial de desaparición ante el Sistema de Información Red de Desaparecidos y Cadáveres – SIRDEC.

De esta escalofriante cifra de la que poco se habla en el país, son 5.752 personas que corresponden a Norte de Santander. De ellas, 1.423 son mujeres que se fueron de casa y nunca más les permitieron volver. 

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Cúcuta recuerda a estas mujeres con una exposición de muñecas de trapo, en el centro comercial Ventura Plaza, llamada ‘Las Cristinas del conflicto'. Muñecas hechas por una familiar de una de estas desaparecidas, como una forma de mantener viva su memoria.

Las muñecas de trapo que integran esta exposición están en el centro comercial Ventura Plaza de Cúcuta./Foto: Jorge Gutiérrez - La Opinión

‘Las Cristinas' es una exposición de muñecas que está en el centro comercial Ventura Plaza de Cúcuta, con las que se rinde homenaje a las mujeres víctimas de desaparición./ Foto: Jorge Gutiérrez - La Opinión

 

A ellas, a las que les arrebataron sus sueños, sus almas y a las que ni siquiera sus huesos volvieron a ser vistos por sus seres queridos, los mismos que las siguen esperando para cerrar el ‘infierno’ que aún viven.

“A mi hija María Cristina Cobo Mahecha la desaparecieron los paramilitares, le arrancaron las uñas, la piel de los pies, la violaron, la desmembraron y le quitaron la cabeza, con la que jugaron fútbol. Ella tenía 5 meses de embarazo, en su honor nacieron ‘Las Cristinas’”, relató a La Opinión, Paulina Mahecha, autora de esta exposición traída a la frontera, por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

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Este relato que supera cualquier pesadilla fue leído por Paulina, la mamá de Cristina, luego de que los mismos paramilitares que se acogieron al proceso de paz en Colombia, contaran detalladamente la macabra escena ante las autoridades. 

Paulina Mahecha empezó la búsqueda de su hija cuatro días después de su desaparición y desde entonces no ha parado. Ahora pide le devuelvan los restos mortales de su hija./Foto: cortesía

Paulina Mahecha empezó la búsqueda de su hija cuatro días después de su desaparición y desde entonces no ha parado. Ahora pide le devuelvan los restos mortales de su hija./Foto: Cortesía
 

“Mi niña gritaba, me llamaba a mí, a Dios, al papá que ya estaba muerto, pedía que la mataran pero que no la torturaran más… Me arrancaron el alma para siempre”. 

María Cristina era una joven de 29 años, jefe de enfermeras, que estudió con el más grande esfuerzo de su mamá, quien lavaba, planchaba y trabajaba en dónde fuera para pagar los dos primeros semestres, pues era tan inteligente que logró obtener una beca completa hasta graduarse.

“Las compañeras le regalaban ropa que ya no usaban y con eso iba a estudiar pero cuando salió dijo me voy a un rural porque tengo que ahorrar para algún día ser médica”, dice Paulina, en medio de un sentido dolor que la quema por dentro. 

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La madrugada del 19 de abril de 2004 nunca podrá ser borrada de la memoria de esta valiente madre, cuando la acompañó al terminal de Villavicencio, Meta, en una despedida de la que ignoraban era para siempre. 

Gráfico de desaparecidos en los últimos años en Colombia.

“Yo la abracé, le di mi bendición, le dije cuánto la quería, le recordé que le había echado sus frutas y verduras en el bolso. Aún siento el calor de aquel abrazo… Nunca más la volví a ver. Ella iba para el municipio de Calamar en el Guaviare”. 

Cristina fue señalada de ayudar a la guerrilla según el relato de Paulina, debido a que laboraba en un puesto de salud rural en Calamar, el mismo que hoy en día lleva su nombre.

“Mi hija no era una guerrillera, ella juró ayudar a todos los que la necesitaran cuando se graduó de enfermera y por eso me la mataron”. 

Hasta el día de hoy no hay rastro de dónde pudiera estar el cuerpo enterrado de Cristina, para que Paulina tuviera un bálsamo a tan grande sufrimiento que ha padecido en su vida. 

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El drama de esta mujer va mucho más allá del que cualquier persona se podría imaginar: su esposo era un policía, asesinado a manos de grupos armados; sus dos hijas sufrieron un accidente casero, cuando el rancho de tabla donde vivían se prendió en candela. 

Cristina Cobo Mahecha de 29 años, despareció el 19 de abril de 2004 en Calamar, Guaviare./Foto: Jorge Gutiérrez - La Opinión

Cristina Cobo Mahecha de 29 años, despareció el 19 de abril de 2004 en Calamar, Guaviare./Foto: Jorge Gutiérrez - La Opinión

 

“Mi hija mayor tenía 4 años cuando murió por las quemaduras, y Cristina solo 16 meses. Ningún médico le daba esperanza de vida y yo me aferré a Dios hasta que después de 15 cirugías me la dejó a mi lado… Años después vinieron los paras y la desaparecieron”, afirma Paulina, quien intenta consolar a otras mujeres que atraviesan un drama parecido. 

Con coraje y pidiendo justicia, desde el año 2018 ha llevado con ayuda del CICR, su exposición de muñecas, ‘Las Cristinas’ que representan también la tragedia de otras mujeres víctimas de desaparición, por algunas ciudades de Colombia. 

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Sus anhelos ahora están centrados en tres puntos: conseguir los restos mortales de Cristina, que le dejen el nombre de su hija al puesto de salud en Calamar, Guaviare y que le entreguen los 4 millones 280 mil pesos que su hija tenía guardados en una cuenta de ahorros para estudiar medicina pero que fueron sacados por este grupo armado.

Cifra de desaparecidos hasta la fecha en Norte de Santander.

Paulina Mahecha, con mucha dedicación e intentando brindar consuelo a otras mujeres, elaboró una nueva muñeca, la de Eliana Lizeth Quintero, una universitaria cucuteña desaparecida desde el 2004. Espere su historia completa en la segunda parte.

A continuación dejamos el documento del escalofriante relato que entregó a la Fiscalía, un desmovilizado de las AUC, quien señaló haber presenciado el momento exacto de la muerte de María Cristina:

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