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Región
12 piezas en el ajedrez de El Tarra
En este municipio, confluyen 12 personajes que hacen de este un escenario clave para entender cómo se convive con la guerra.
Sábado, 28 de Mayo de 2016

En El Tarra conviven todos los protagonistas del conflicto y la pacificación de Catatumbo, en tanto avanzan los procesos de diálogo con los actores armados de mayor presencia en la zona: las Farc y el Eln.

Las complicadas condiciones de vida por el abandono estatal, además de las casi nulas opciones de productividad y desarrollo, dejan a esta localidad lejos de ser el corazón de Catatumbo, para convertirla en núcleo de la guerra en la región.

En este entorno se distribuyen 12 personajes que hacen de este un escenario clave para entender cómo se convive con la guerra, mientras todos se sientan a la misma mesa.

1 Grupos armados

En El Tarra están el Eln, con el Frente de Guerra Nororiental; las Farc, con los frentes 33 y 45, y la Columna Móvil Antonio Ruiz; así como el Epl, encargados del negocio de la coca.

Se conoce que una disidencia, en discordia con los acuerdos de La Habana, se estaría configurando en Luis Vero, Las Mercedes y El Martillo (Sardinata), y Pacelli y Cooperativa (Tibú), para entrar a la zona.

El Tarra es un corredor estratégico para llevar coca hacia Venezuela, y tiene fácil acceso a los 11 municipios de Catatumbo, por los caminos veredales creados por la insurgencia.

Si bien los grupos armados derivan sus ingresos de la coca, quien controla la mayor cantidad de cultivos y su producción hasta la pasta base, es el Eln, seguido de Los Pelusos (Epl).

2 Cultivos de coca

De las 159 mil hectáreas sembradas con coca que hay en el país, según el Departamento de Estado de Estados Unidos, 11 mil estarían en Tibú, El Tarra y Sardinata.

El crecimiento de las hectáreas con coca en la región se empezó a dar desde el 2013, cuando los cultivos abarcaban 6.400 hectáreas.

En ese entonces, el Gobierno, presionado por el paro del Catatumbo, suspendió la aspersión y erradicación manual del cultivo.

Existe la idea de que los beneficiarios del posacuerdo serán quienes tengan coca sembrada, lo cual hace que muchas de las familias amplíen sus cultivos.

3 Narcotraficantes

El Tarra es dominado por el Eln y el Epl, pero informes de inteligencia militar dan cuenta de emisarios de carteles mexicanos, en la vía hacia Convención, y los corregimientos de San Pablo y Aserrío (Teorama).

En enero, un contacto de estos carteles viajó a la zona con más de un millón de dólares en efectivo para comprar coca, porque al morir Megateo sus contactos con el Epl se perdieron y tuvo que buscar la cocaína en persona.

El Epl perdió el negocio, asumido hoy por el Eln.

En Filo Gringo, las autoridades conocen que estructuras narcotraficantes de Cúcuta van a comprar coca.

Esta situación lleva al Eln a ejercer presión sobre los campesinos para que se abstengan de venderles a estos narcos y solo comercialicen con ellos.

4 Estado

La elección de José de Dios Toro, alcalde municipal, se originó en una alianza de movimientos populares y los partidos del Polo y Liberal.

Pese al apoyo de organizaciones sociales –para lo que fue su tercera candidatura– los pobladores están inconformes por el manejo administrativo.

La autoridad con más ajetreo es la personería, cuyos funcionarios atienden a diario cientos de desplazados y víctimas.

Los gobiernos regional y nacional hacen presencia mínima, y la única obra de impacto es Puente Rojo a cargo de la ANI, el cual está terminado pero sin pavimentación de sus accesos.

Si esta infraestructura se termina, integraría las veredas con cultivos de cachama y pollo, de gran importancia en el comercio local.

5 Iglesias

La Diócesis Católica en Tibú, Cúcuta, Ocaña y la Pastoral social es la organización eclesiástica más fortalecida, que realiza varias iniciativas de beneficio local.

Una de las más importantes, que funciona desde octubre de 2013, es Participaz, un proyecto que combina la participación ciudadana, política, económica y cultural, con la autodeterminación y transformación pacífica de los conflictos.

La iglesia también es mediadora en los conflictos internos de la zona, y garantiza procesos ocurrió con la liberación de secuestrados.

Igualmente hacen presencia las iglesias pentecostal, adventista, apostólica y cristiana, que son punto de encuentro para centenares de tarrenses.

6 La gente

Los tarrenses se describen como una comunidad unida y fortalecida, pese a la convivencia con la guerra.

Cuando se presentan situaciones adversas utilizan una estrategia para ejercer presión pacífica: marchar.

Las marchas más recientes fueron por el cuidado del agua y la desaparición de personas.

De otro lado, se resaltan las organizaciones juveniles que protegen a los niños, muchas veces tentados por las organizaciones armadas.

Los jóvenes llevan cine a los barrios, desarrollan talleres y actividades recreativas, afianzan los valores y dan afecto a víctimas de la violencia intrafamiliar y la que se deriva del conflicto.

7 Organizaciones campesinas

La Asociación Campesina del Catatumbo (Ascamcat) y el Comité de Integración Social del Catatumbo (Cisca) son las organizaciones más reconocidas, aunque también se encuentra el Movimiento por la Constituyente Popular.

Todas suman más de 3 mil asociados que conviven en armonía.

Aunque sus líderes enfatizan que “cada agremiación hace lo suyo” se unen hay conflictos en el territorio.

Estas organizaciones respaldan a los habitantes, con el fin de afianzar su respaldo popular y cumplir sus mandatos de defensa territorial.

Coinciden en la necesidad de sustituir la coca y dignificar al campesino.

8 Oenegés

En el municipio hacen presencia la Mapp-Oea, Acnur, el Consejo Noruego para Refugiados, la Pastoral social de Tibú, Acnur, y Ocha.

Su actividad en el territorio es marginal por a la dificultad de que la institucionalidad llegue a la zona, a ejercer sus deberes.

“De nada sirve estar en el municipio, si no llega la Unidad de Víctimas, o la Fiscalía, y otras entidades con  obligaciones en la zona”, expresó una fuente.

Las oenegés respaldan organizaciones como la Fundación ONG 2/10.

En ella, hay 70 beneficiados directos que entrenan fútbol.

En ningún momento han tenido problemas con las organizaciones guerrilleras y tampoco solicitan permiso a estas para ingresar al lugar.

9 Militares

En El Tarra tienen asiento la Brigada Móvil 33, del Ejército, el Batallón de Artillería N° 30 Batalla de Cúcuta, y una estación de policía.

Según datos de las autoridades, hay entre 24 y 30 policías en el municipio.

Los uniformados viven prácticamente encerrados, y cuando salen portan toda la protección, para no caer en manos de francotiradores.

Su relación con los tarrenses no es ni hostil ni amigable. Aunque los pobladores evitan el diálogo con los militares, esto no impide ocasionales contactos.

De otro lado, la comunidad critica su permanencia cerca de zonas residenciales y una iglesia cristiana a la que asisten 800 fieles.

10 Empresarios

Las asociaciones de piscicultores y avicultores de El Tarra, Asopistar y Asoavitar, son las más sólidas del mercado regional.

Suman más de 110 productores que surten todo el casco urbano con cachama y pollo.

Aunque son las principales empresas, no son las únicas.

Existe, por ejemplo, una pequeña planta procesadora de agua embotellada, llamada Agua de la montaña.

El comercio también incluye contrabando, afectado por el cierre fronterizo, y con pérdidas en las ventas de leche en polvo y pañales.

Pese a ello, la comunidad reconoce el beneficio de comercializar por vía legal y por eso se sostienen negocios de esta clase, como droguerías, ferreterías, restaurantes, y otros.

11 Maestros

Según los docentes y las asociaciones de padres, el proceso educativo rural genera graves traumatismos, por la imposibilidad de tener maestros nombrados.

Actualmente, estos contratados por la criticada corporación Paz y Futuro.

Se afirma que el proceso de contratación es lento, y empeora con las dificultades de acceso a las escuelas y los retrasos en los pagos a los profesores.

Los niños de los colegios rurales no tienen restaurantes escolares ni transporte y los docentes deben lidiar con la deserción que se deriva de esto.

Algunos profesores se quejan de que los compromisos políticos sobrepasen las necesidades de los niños porque, al parecer, hay plazas comprometidas desde las campañas electorales.

12. La incomunicación

Hacer llamadas es casi imposible en el casco urbano y ni qué decir del sector rural.

Los tarrenses recomiendan usar únicamente whatsapp, porque las llamadas siempre se caen.

El motivo es que la única antena es 2G y no da cobertura suficiente a más de 5 mil habitantes del casco urbano.

En 2006 se instaló una antena de la empresa Tigo, que fue quemada y está fuera de servicio. Era la única que prestaba un servicio óptimo.

Otro aspecto que retrasa la comunicación son las carreteras, en especial la que lleva a Tibú.

Actualmente, el ingreso vehicular se hace atravesando el seco río Catatumbo porque el viejo Puente Rojo está a punto de caer.

Helena Sánchez  y John Jairo Jácome

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