Las amenazas de grupos armados organizados en Tibú y el cobro de una extorsión de 400 millones de pesos tienen en parálisis la construcción y remodelación del hospital, que beneficia a unos 34 mil habitantes y en el que se invierten 11 mil millones de pesos.
Según Maribel Trujillo, gerente de la ESE Regional Norte, las obras avanzaban satisfactoriamente y, de acuerdo con las metas del cronograma, culminarían en enero de 2018.
El último informe de interventoría dio cuenta de casi un 46 por ciento de avance general del proyecto, que incluye la construcción de cinco bloques para consulta externa, laboratorios, consulta especializada, almacén, entre otros servicios.
“Actualmente, estamos reubicados en otro sector, y esta situación nos afecta porque implica costos adicionales por esta reubicación”, señaló la gerente, quien enfatizó que actualmente se da especial prioridad a las urgencias.
Los trabajos se detuvieron el viernes 21 de julio y, a la fecha no se han reiniciado, a la espera de que la fuerza pública brinde garantías, aunque se conoció que no hay una denuncia oficial en manos del Departamento de Policía de Norte de Santander.
Esta sería la primera vez que se ataca a la misión médica en estas circunstancias, pues en ocasiones anteriores el hospital había sido objeto de mejoras, sin extorsiones.