Este viernes, cerca de las 6:00 de la tarde, los habitantes de Bábega revivieron los momentos de angustia tras la avalancha que acabó con parte de su poblado en el 2011.
La quebrada Miracielo, que pasa cerca a este corregimiento del municipio de Silos en Norte de Santander, nuevamente amenazó la tranquilidad de sus pobladores. Cientos de piedras, lodo y agua inundaron calles y viviendas. Se desconoce si hay víctimas fatales.
Según relató Belsy Rivera, concejal del municipio y habitante de Bábega, sus paisanos se disponían a descansar cuando del corregimiento vecino llamado Los Pinos recibieron una llamada alertándolos, pues habían visto bajar la quebrada crecida y la corriente de agua era tan fuerte que arrastraba piedras a su paso.
Tras el llamado “varios vecinos salieron en sus motos pitando por las calles para alertar a la gente. Después llegó la avalancha, algunos no alcanzaron a salir y les tocó subir a las partes más altas de sus viviendas. Luego nos quedamos sin luz y sin agua”, dijo la concejal.
Rivera afirmó que una vivienda quedó totalmente destruida y varios negocios se afectaron con el río de lodo y piedras que los atacó.
La situación se empeoró cuando el nivel de agua del arroyo El Atillo, cerca a Bábega, también se elevó y se fusionó con el agua de Miracielo.
Dumar Eduardo Vargas, oriundo de Bábega, quien está en Pamplona estudiando, aseguró que se encuentra preocupado pues su familia se hallaba en el lugar cuando se presentó la emergencia.
“Me enteré que los pisos de las calles se levantaron y las tapas de las alcantarillas fueron arrastradas con la corriente, el acueducto se averió. La gente se comunica de ventana a ventana con las luces del celular”, contó el joven.
El corregimiento de Bábega está ubicado a 3 horas de Pamplona y tiene cerca de 600 habitantes que piden ayuda a las autoridades y a Centrales Eléctricas para reactiven el suministro de energía.
Las calles de bábega están llenas de lodo.
Hace cuatro años otra avalancha los afectó
Cuatro años atrás, un martes 23 de agosto, al mediodía, cuando labriegos, amas de casa y estudiantes se disponían a compartir el almuerzo, un estruendo como de mil canecas rodando entre piedras, rompió el silencio y la tranquilidad con que se vive a diario, se interrumpió.
Por fortuna, no hubo víctimas fatales, solo cuantiosos daños materiales. Los babegueños aseguraron en esa ocasión que no era la primera vez que la quebrada Miracielo los amenazaba.
El peligro siempre ha estado latente allí, y esta vez pasó una nueva factura cuando toneladas de lodo, piedras, troncos y mucha agua bajaron por la sinuosa pendiente golpeando al este poblado ubicado en un valle de las imponentes montañas de la Cordillera Oriental.
