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Campesinos le dan vida al páramo Jurisdicciones

En Ábrego hacen un llamado a dejar el activismo en redes sociales y a contribuir a la conservación con acciones reales. 

Leidy Paola Ascanio Pérez | Estudiante Comunicación Social UFPS Ocaña

En el municipio de Ábrego imponentes montañas atrapan al caminante. En ellas el agua brota de las entrañas de la tierra para calmar la sed de centenares de habitantes. Los campesinos tienen una conexión especial con los recursos naturales, son abundantes. Fauna y flora crean paisajes únicos en la geografía.

Este cuadro es propio de los ecosistemas de alta montaña, como los que se aprecian en Jurisdicciones. El páramo hace parte del complejo Santurbán - Berlín, delimitado por el Ministerio de Ambiente en 2014 (Resolución 2090).

Lo anterior indica que la línea de páramo trazada en esa época en Jurisdicciones, también está en revisión en virtud de los ajustes que adelanta la cartera ambiental. 

Una tutela del Colectivo de Abogados Luis Carlos Pérez y del Comité para la Defensa del Agua y Santurbán, con la posterior decisión de la Corte Constitucional de ordenar ajustes dando participación a las comunidades (Sentencia T-361 de 2017), dio origen a ese proceso, que debía culminar el 16 de julio y fue extendido hasta el 18 de diciembre del año en curso.

La razón, el Ministerio no ha surtido la fase de concertación que es considerada el eje transversal del proceso, por ser allí donde el Gobierno Nacional, en articulación con las comunidades, decidirá el futuro del complejo Jurisdicciones – Santurbán – Berlín.

En ese contexto los ambientalistas de Ábrego y las comunidades campesinas que de antaño han habitado en la zona, lanzan una alerta porque consideran que hay desinformación en la población.

“Preocupa que la ciudadanía no le da el interés que merece este tema, solo se indignan por redes sociales y no investigan las reales afectaciones. Jurisdicciones es más que hierro”, dijo Heimer Amaro, del Comité Prodefensa del Páramo Jurisdicciones.

Al referirse al metal el líder social hace alusión a que en 1958 se inició la apertura de carreteras para instalar en el punto más alto del páramo enormes antenas que facilitarían las comunicaciones en el país. Desde allí se retransmitió la llegada del hombre a la Luna, en 1969.

El complejo de comunicaciones, más allá de los beneficios tecnológicos, significó darle paso a la colonización en la zona y el desequilibrio ambiental que ha perdurado hasta la actualidad.

Riqueza ambiental y alerta ciudadana

El páramo Jurisdicciones tiene 2.800 hectáreas y está a 3.600 metros sobre el nivel del mar. A 3.400 nacen en la laguna Pan de Azúcar los ríos Frío y Oroque, que luego forman el río Algodonal. Este abastece los acueductos de Ocaña, Ábrego, La Playa y Teorama. El agua que nace en la zona se descarga en el río Catatumbo.

En la zona habitan 60 familias (300 personas) y la base económica es la agricultura y la ganadería. De acuerdo con Amaro los campesinos son los principales defensores del páramo porque reconocen que les provee bienes y servicios. Para mantenerlo, los labriegos tienen como filosofía preservar el equilibrio ambiental.

“Quienes viven allí se están organizando y los estamos asesorando porque temen que con los ajustes a la delimitación no puedan seguir cultivando y aprovechando el suelo”, dijo Amaro.

De acuerdo con el ingeniero agrónomo de la Universidad Nacional, Antonio Ortiz, el Ministerio de Agricultura determinó que la vocación de los páramos no es productiva sino de conservación, por la fragilidad de los ecosistemas.

Esto ha ocasionado que los pobladores hayan restringido el paso a particulares y a estudiantes de la Universidad Francisco de Paula Santander sede Ocaña. La veedora del Comité Prodefensa del Páramo Jurisdicciones, Marly García, explicó que los campesinos no dan información y vetan el acceso porque consideran que los universitarios los señalan de acabar con la riqueza ambiental de la zona.

Frente a ello, Ortiz dijo que “el tema social complica aún más la realidad en los páramos, pues lo ideal sería impedir todo tipo de intervención humana, pero en la práctica es difícil porque quienes allí habitan solo saben vivir de lo que producen sus parcelas”.

Consulta en Ábrego

La fase de consulta y de recolección de propuestas de la comunidad que lideró el Ministerio de Ambiente en los 40 municipios de Santander y Norte de Santander con jurisdicción en el complejo Jurisdicciones – Santurbán – Berlín, incluyó a Ábrego. 

El seis de abril de este año se cumplió el encuentro en el colegio Santa Bárbara y como ocurrió en la mayoría de los municipios, la asistencia fue mínima. De acuerdo con la Personería, en el auditorio no había ni 100 personas.

La causa, de acuerdo con Mayerly López, del Comité Prodefensa del Páramo Jurisdicciones, es que la comunidad no está preparada para afrontar el proceso de delimitación, por tanto el Ministerio de Ambiente culmina las fases sin conseguir una participación plena y efectiva.

Ahora que la cartera ambiental tiene hasta diciembre para expedir el nuevo acto administrativo, la Personería de Ábrego le pidió al ministro Ricardo José Lozano Picón que tenga en cuenta lo ordenado por la Corte Constitucional, pues “no se concibe la protección del páramo sin tener en cuenta a las comunidades que siempre han habitado allí”.

A su voz se unió la del agrónomo Ortiz, quien dijo que los páramos no son sistemas cerrados y que la naturaleza no tiene límites. “Esperamos que se tengan en cuenta las zonas de amortiguación (bosques aledaños) porque si no se protegen se impacta en la estabilidad del suelo, en la reducción de la fertilidad, en la acidificación de acuíferos y por ende en la fauna y en la flora nativa.

Minería genera riesgos

El ingeniero ambiental Sergio Ascanio argumentó que una de las preocupaciones que se ciernen sobre Jurisdicciones es la minería. “En esta zona no hay oro como en Santurbán, pero sí uranio, cuya eventual explotación ocasionaría daños irreversibles”.

El ingeniero de minas, Jelsin Álvarez, explicó que en los páramos están las formaciones geológicas más antiguas con presencia de esmeraldas, oro, plata, cobre, cadmio, uranio y zinc.

“Hay confusión con el concepto de minería responsable. Las personas piensan que es explorar, extraer y no se generan daños, pero por más manejo siempre se rompe el equilibrio”.

Él, frente a la delimitación, aseguró que se necesita con urgencia un programa de educación ambiental que les permita a los campesinos entender los alcances del proceso y de esa manera aporten propuestas para la reconversión de actividades productivas sin ver afectado su sustento diario.

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Sábado, 10 de Agosto de 2019
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