Hay cementerios que dan miedo por su tétrica apariencia y otros por la creencia de que hay almas en pena que rondan en oscuras noches el lugar. Sin embargo, en El Zulia la comunidad dice que existe uno realmente terrorífico y no precisamente porque estén asustando, sino por culpa de la corrupción.

A ese campo santo al que se refiere la gente, el olvido y la desidia del Gobierno lo mató antes de nacer, porque está inconcluso y ni siquiera un muerto yace allí en su sueño eterno.

A pesar de que la obra iba a estrenarse  en diciembre de 2015, todo quedó en veremos, debido a errores que solo podrá resolver la justicia.

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No obstante, lo curioso es que ni el contralor departamental, Silvano Serrano, sabía del estado deprimente de esta obra, que está pudriéndose por el abandono.

Un panorama desolador

La Opinión entró al lugar de uso público, evidenciando que se encuentra en riesgo de sufrir graves daños. En el panteón existe una capilla destruida y sucia por cuenta de personas que ingresan para cometer actos vandálicos. 

Como el sitio tiene puerta, los delincuentes rompieron los cristales con piedras y se llevaron lo que se encontraba en el interior.

La instalación del sistema de iluminación y las adecuaciones costaron $180 millones, pero todo está siendo hurtado y desvalijado.

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Baterías de baño, grifos, incluso hasta el costoso cable de cobre de la luz fue quemado.

Las chapas de las puertas, las rosetas o bases para bombillos y todo lo que represente valor se ha desmantelado poco a poco.

¿Quién responde? 

El propio alcalde Elkin Caballero dice que se trata del ‘elefante blanco’ más grande que tiene el municipio.

En la página de contratación del Estado Secop (www.contratos.gov.co) se evidenció que para construir el lugar se hicieron tres contratos de obra pública y otrosí (adicionales) que en suma superaron los $500 millones.

Caballero señaló que la obra se gestó en las manos del anterior alcalde, Manuel Orlando Pradilla García, “una persona que nos dejó obras a medias y de las cuales yo me he tenido que encargar”. “Nos dejó obras inconclusas. No tenía licencia de construcción, el cementerio aparece construido en otra vereda, no tenía permisos para el funcionamiento, es decir, no cumplía con los requisitos para su funcionamiento expedidos por el gobierno departamental, ni el IDS (Instituto Departamental de Salud)”, dijo Caballero.

El mandatario dijo que no pudo poner en funcionamiento el cementerio en 2016 por la falta de permisos y de eso se ocupó el año pasado. También se comprometió a generar un proyecto para construir 120 bóvedas, porque a este solo le hicieron 40. 

“Es ilógico que vamos a abrir un cementerio con tan pocas bóvedas, cuando realmente deben dar solución a  las familias que necesitan trasladar los cuerpos que reposan en el viejo cementerio”.

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Caballero señaló que este año espera poner al servicio el cementerio en la medida de que ya se tengan todos los permisos, pero advirtió que este se construyó en la vereda Las Piedras cuando su ubicación, según el ordenamiento territorial, debía ser la vereda Los Cañahuates.

La Opinión intentó conocer en la Contraloría Departamental cuáles son los resultados de sus auditorías por estos proyectos iniciados hace más de dos años, pero no se conoció investigación o responsables por el evidente detrimento al patrimonio público denunciado por la comunidad.

Exalcalde se defiende

El exalcalde Manuel Orlando Pradilla respondió a las acusaciones de Caballero, diciendo que “quien debe responder ante la Contraloría es él”.

Pradilla dijo que dejó una obra terminada, con servicios públicos, con todos los elementos y lista para estrenar:

“solo hacía falta terminar de gestionar la habilitación de los servicios que ya se habían iniciado por la Secretaría de Salud para poner en funcionamiento el campo santo”.

Añadió que inexplicablemente le informaron que la nueva administración no había encontrado la documentación y que por eso debían empezar de cero este proceso de habilitación de los servicios del cementerio.

Además, explicó que escogió un lote cercano al casco urbano, en la vía a Cornejo, porque este fue donado y la administración tuvo un ahorro considerable en millones de pesos.

¿Qué dicen los órganos de control? 

La Contraloría Departamental informó que remitirá las respectivas quejas por este hecho a la Procuraduría del departamento y procederá a investigar el posible detrimento patrimonial.

El contralor Silvano Serrano dijo haberle solicitado a todos los entes territoriales un informe de las obras que se encontraban inconclusas, pero a su despacho no llegó nada relacionado con el nuevo cementerio.

“Vamos a averiguar por qué no nos informaron de esta situación y procederemos a investigar de oficio esta denuncia”, indicó.

El dato

El cementerio viejo Hace más de cinco años la Secretaría de Salud Departamental ordenó el cierre del antiguo cementerio por riesgosas condiciones sanitarias, pero este nunca fue clausurado y continuó en uso.