Los niños ahora cuentan en sus escuelas con agua de alta calidad para su consumo y la de sus familias.
Las enfermedades gastrointestinales que padecían los niños campesinos de Cúcuta y el departamento, producto de que no estaban consumiendo agua potable en sus escuelas, motivó a la empresa Centrales Eléctricas de Norte de Santander (Cens) y a la Fundación Epm a poner en marcha el programa ‘agua para la educación-educación para el agua’.
Alba Lucelly Plata, quien está al frente de la iniciativa desde 2015, explicó que el programa le apostó a brindarles a los escolares y a sus entornos familiares una solución para contar con agua de calidad en sus escuelas.
Con ello se atacaba, por una parte, las enfermedades en los niños, y por la otra, la permanencia en las aulas, porque uno de los problemas era el alto ausentismo que existía, dijo Plata. Pero además, se apuntaba a inculcar cultura ambiental en las comunidades educativas.
Plata dijo que lo que estimuló la implementación del proyecto no fue solo construirles la planta potabilizadora e instalar los filtros, sino el trabajo comunitario y la integración que se gestó con las autoridades de los municipios en los que se implementó el programa.
Un cuidado especial que se tuvo fue la escogencia de las fuentes de agua. Para ello Cens-Epm, en asocio con las alcaldías practicaron pruebas y análisis de laboratorio y cuando ya se estableció que sí era apta para el consumo se procedía con la instalación de los filtros, dijo Plata.
El proyecto facilita también agua para las familias residentes en los entornos de las escuelas. Hasta la fecha, son 31 soluciones de potabilización instaladas en alianza con la fundación Epm, que han beneficiado a comunidades del Catatumbo, Ocaña, Zulia, Cúcuta, Tibú y Sur del Cesar.
