Las fuertes lluvias que cayeron el fin de semana en Chitagá, ocasionaron emergencias en la zona rural. Las quebradas aumentaron de caudal y destruyeron a su paso cultivos. Las viviendas se inundaron y los puentes quedaron con socavaciones que generan riesgo de colapso.
El invierno no cesa desde hace dos meses en la zona y como consecuencia de los aguaceros, las quebradas La Viuda, El Arpero, Hato Viejo, Rodazón y La Perla se salieron del cauce.
Los daños se registran en 30 veredas de las 42 que tiene el municipio. En ellas hay árboles caídos, piedras en las vías, enormes grietas en corredores terciarios y puentes averiados. Varios acueductos rurales están sin poder tratar el agua. En total, hay más de 250 familias damnificadas.
Los afluentes tributarios del río Chitagá, que también aumentaron el caudal, no generaron daños en los puentes de la carretera Central del Norte, como ocurrió hace cuatro años.
El ingeniero ambiental Yorman Suárez Hormaza, habitante de la vereda Llano Grande, dijo que la situación es preocupante por los daños en vías, cultivos, suministros de agua y puentes.
“Tenemos el reporte de 45 familias afectadas entre Hato Viejo y Llano Grande. Por la remoción en masa están represadas cosechas de durazno”, sostuvo.
También están incomunicadas las familias residentes en las veredas El Pedregal y Hato Viejo. El puente sobre la quebrada Acora está en peligro porque el agua socavó parte de las bases.
Suárez dio a conocer que aproximadamente 60 niños no pueden asistir a clases.
“Le hacemos un llamado a las autoridades departamentales, a Gestión del Riesgo, para que estén pendientes de la emergencia que se registra en Chitagá”.
El ingeniero Suárez señaló que siempre que se presentan fuertes aguaceros, ocurren deslizamientos e inundaciones y eso se puede prevenir con obras de mitigación y de prevención.
El alcalde Fredy Quintero y la oficina local de Gestión del Riesgo no respondieron las llamadas para consultarlos frente al tema.
