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Denuncian falso positivo en Guaramito
Fabio Toloza llamó a su papá y le aseguró que estaba en Ocaña. Por lo que no entiende cómo su cuerpo apareció después en Guaramito.
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Sábado, 14 de Marzo de 2020

Como Fabio Toloza Ospino, de 39 años, fue identificado el hombre que apareció muerto en Guaramito, corregimiento de Cúcuta, la noche del martes. 

Toloza había sido reportado como desaparecido por su papá en Saloa, corregimiento de Chimichagua (Cesar), cuando al parecer aceptó una oferta de trabajo en Ocaña.

Además de Toloza, también desaparecieron cinco hombres más, entre los que está Jerry Guillén Hernández, de 20 años, quien fue identificado como uno de los ocho cadáveres hallados en la vereda Santa María de Palmarito.

Guillén también era de Saloa y lo vieron salir el lunes 2 de marzo en una camioneta con otro grupo de jóvenes. El miércoles 4, Toloza salió dando aviso a su papá de que se iría trabajar a una finca.

Se comunicó

Las esperanzas del papá de Fabio Toloza se desvanecieron la noche del viernes, cuando una llamada de una vecina que salió de Saloa a Cúcuta, en busca de noticias sobre sus familiares desaparecidos, reconoció un cuerpo de su comunidad en Medicina Legal.

“La señora me llamó y me dijo que mi hijo estaba muerto en Medicina Legal de Cúcuta. Yo me desvanecí, no podía creerlo”, dijo el papá.

Según el relato del papá de Toloza, su hijo salió el miércoles 4 de marzo cuando le aseguró que se iba a trabajar a Ocaña porque le estaban ofreciendo una buena paga por recolectar café cerca de este municipio. El viernes 6 Fabio se logró comunicar y le contó a su papá que estaba conociendo la finca, pero que la señal era muy débil.

Para las 5 de la tarde del domingo 8 de marzo, día en que aparecieron los ocho cuerpos en Palmarito, Fabio volvió a llamar a su papá.

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“Me dijo que el lunes me enviaba una plata, que si no podía enviarla ese día lo haría el jueves, pero nunca volví a saber de él”, contó el padre.

Ese lunes, 9 de marzo, las malas noticias llegaron a Saloa.

Todos en el pueblo se enteraron de que familiares de Jerry habían sido contactados por la policía de Chimichagua, que reportó que su cuerpo estaba en Cúcuta. Desde entonces, todo el pueblo se alarmó.

Ayer, en Medicina Legal, una hermana de Fabio hacía las diligencias para reclamar el cuerpo de su ser querido, aunque aseguró que le estaban poniendo muchas trabas para lograrlo.

Los otros desaparecidos

Juan Daniel Parra Zuluaga, personero municipal de Chimichagua, aseguró que aún hay cuatro jóvenes más que no aparecen en Saloa (Cesar).

“No tenemos noticias de Osnaider Arrieta Castillejo, Ronaldo Arrieta Berrueco, Gustavo Adolfo Berrueco Flórez y José David Flórez Ospino. Sus familias esperan respuestas. Ya hemos radicado un oficio al alcalde de Chimichagua, Celso Moreno, pero ha ignorado nuestra alerta sobre lo ocurrido”, dijo el personero.

Los señalan de ser Rastrojos

Luego del hallazgo de los ocho cuerpos en Palmarito, la Policía Metropolitana de Cúcuta aseguró que eran integrantes de Los Rastrojos y que habían sido asesinados en combates con guerrilleros del Eln en zona de frontera, en cercanías a Vigilancia, vereda de Puerto Santander. 

Para el papá de Fabio, su hijo no es integrante de ningún grupo armado; por el contrario, es un padre que siempre luchó por su hijo. Él –dijo– nunca nos dejaba solos. Criaba junto a mí a su hijo, que hoy tiene 17 años.

“Si eso fue un enfrentamiento como dicen, con qué armas se iban a defender esos muchachos pescadores. A las autoridades les pido que se pongan en el pellejo mío y esclarezcan el motivo de esas muertes. Siento mucha rabia. Mi hijo no era un muchacho malo. Esto es un falso positivo”, finalizó el papá de Toloza.

La muerte de Toloza

La noche del martes, en Guaramito, empezó a correr el rumor del asesinato de un hombre. Sin embargo, fue hasta la madrugada del miércoles que unidades de la Policía Metropolitana de Cúcuta confirmaron el hallazgo, a kilómetro y medio de la vía principal de este sector.

El cuerpo de Toloza estaba bocabajo y a un costado de la carretera destapada. El bluyín que vestía estaba a la altura de las rodillas, exponiendo su ropa interior, y la camiseta le llegaba a la mitad de la espalda. Tenía tenis azules oscuros con blanco y al menos ocho impactos de bala. 

En el lugar las autoridades hallaron 15 vainillas de 5.56 milímetros y una de 9 milímetros, lo que indicó –para las autoridades– que fue baleado en ese sitio.

No hubo respuesta

La Opinión se comunicó ayer con el coronel José Luis Palomino, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, pero no obtuvo respuesta.

Lo mismo ocurrió con el coronel Jesús de Los Reyes, comandante de la Policía del Cesar, a quien este medio buscó con su equipo de prensa, pero argumentaron “no conocer sobre lo ocurrido con los hombres en Saloa”, por lo que no permitieron la comunicación con el oficial.

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