El desprendimiento de rocas en la vía que va a Puente Gómez, a la altura del sector La Balastrera, tiene incomunicados a Santiago con Gramalote y pueblos del occidente de Norte de Santander. Los deslizamientos de las últimas horas han hecho imposible el tránsito vehicular.
En la zona, la Gobernación viene desarrollando trabajos para el mejoramiento de la vía secundaria, debido a los constantes deslizamientos desde la peña que rodea esta carretera.
Sin embargo, el fin de semana no hubo maquinaria en el sitio, por lo que no fue posible quitar los obstáculos de inmediato, según el alcalde de Santiago, Álvaro Ureña, en entrevista con La Opinión.
Ureña destacó que “hay un desprendimiento de peña permanente”, problema que se agravó con las recientes lluvias. El mandatario informó que a La Balastrera se trasladó su secretario de Infraestructura para dar soluciones pronto a esta situación.
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En el sector hay una larga cola de conductores atrapados, en espera de continuar con su destino. El cierre de la carretera también afecta a los habitantes de los municipios del el Área Metropolitana de Cúcuta que necesiten desplazarse hacia esa zona.
Desde hace más de un año y medio, la Gobernación trabaja en la recuperación del corredor Cornejo- Santiago-Puente Gómez-Salazar, lo que le abrirá espacio al desarrollo turístico y al mejoramiento de la productividad de los habitantes de esa zona del departamento.
El proyecto, con una inversión de $65 mil millones de pesos, contempla la construcción de muros de contención, alcantarillas, cunetas y el mantenimiento de 3 kilómetros en el trayecto Santiago-Puente Gómez.
La Soberanía sigue cerrada
Norte de Santander, Boyacá y Arauca están incomunicadas desde hace más de un mes cuando empezó la emergencia con la caída del puente de Bojabá, en la vía La Soberanía.
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Según las transeúntes, para pasar de un lado a otro deben hacerlo entre el lodo, corriendo el riesgo de quedar atascados, tal como ocurrió con una mujer que fue auxiliada por vecinos del sector.
En esa situación riesgosa se ven involucrados quienes se aventuran a hacerlo por la orilla de la quebrada o bordeando el deslizamiento para poder llegar a sus viviendas.
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