La presión de los hacaritenses de las veredas Aposentos y Astilleros para evitar que la explotación de barita continuara afectando un naciente tuvo efecto, y los mineros dedicados a ello abandonaron la piedra extraida y no volvieron.
Según cuentan los satisfechos habitantes de las veredas, este año solo se sacaron dos volquetas porque, al parecer, la barita está siendo importada de China y ya no es negocio.
Además, se hizo una reunión con los mineros en la que la comunidad determinó que tomaría vías de hecho, de ser necesarias, para impedir que el agua sufriera las consecuencias de la explotación.
“Así den dinero, y así prometan millones no dejamos explotar porque lo primero para nosotros es el agua”, dijo Orielso Ardila, presidente de la junta comunal de Aposentos.
Ahora, los hacaritenses están felices porque las lluvias volvieron y el caudal del naciente se ha recuperado.
Desde hace 15 días han caído varios aguaceros “que dan miedo”, pero nunca serán tan aterradores como la posibilidad de quedarse sin el recurso hídrico después de la grave sequía que perjudicó los cultivos y las actividades productivas de esta población de Catatumbo.
La Opinión