Los operadores turísticos de la región siguen apostándole a las alternativas que ofrece Norte de Santander para sus habitantes y encuentran en Chinácota una oportunidad de expansión para la economía local.
En esta búsqueda empresarios y guías independientes trabajan por recuperar entornos de especial atracción que permitan a los visitantes disfrutar de una experiencia que vaya más allá de la gastronomía y los espacios recreativos.
Juan Fernando Rangel, baquiano y transportador turístico que impulsa con su trabajo el turismo ancestral, comentó que el potencial del municipio ha crecido por la inversión de la empresa privada, pero también por el reconocimiento del territorio por parte de sus habitantes.
“Nosotros hemos participado en ese trabajo de hacer un inventario turístico para primero caracterizar los espacios naturales, el patrimonio cultural y haciendo rutas para que las personas puedan practicar el senderismo, el trekking (excursionismo ) a la montaña, los viajes sonoros”, dijo.
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Para Rangel en este acto es importante la alianza que puedan generar las empresas con las comunidades autóctonas que buscan que los visitantes tengan una experiencia sensorial y de contactos con las rutas históricas. “De que tengan una guía consciente donde puedan conocer la otra cara del pueblo”, agregó.
Avistamiento de aves
Wilson Ortega, guía y profesional en turismo de aves, cree que hay tesoros por descubrir en Chinácota y que con esta práctica se brinda a los visitantes la oportunidad de disfrutar de la biodiversidad del entorno.
“Con los recorridos vamos donde pueden avistar aves diferentes, obviamente ellas están en su entorno natural y varían conforme a las alturas. Acá tenemos cerca el páramo Mejué, donde encontramos el bosque de niebla y allí están las aves de mayor interés, aves de talla mundial”, indicó.
Para el guía estas actividades son experiencias en las que se debe apoyar la empresa local para convertir la región en un verdadero atractivo natural de interés para turistas nacionales e internacionales.
Nuevos senderos
En esa expansión que busca llamar la atención de los turistas se encuentran empresas como Rancho Botero que apuesta a convertirse en un parque temático con propuestas de distintas actividades como una ruta del café, el senderismo, el contacto animal y el avistamiento de aves.
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Diego Ortiz, gerente del restaurante-hotel indicó que han dado apertura a nuevos senderos que permiten a los visitantes tener un contacto con los espacios naturales.
Además, han incluido espacios de agroturismo y senderos del café con el que buscan impulsar su marca propia.
Una amplia oferta
En Chinácota, ubicado a 40 minutos de Cúcuta, el turismo ha tenido un crecimiento acelerado por sus diversos atractivos naturales, sitios de interés histórico y cultural, además de una amplia oferta de infraestructura hotelera y gastronómica.
En su recorrido se pueden encontrar más de 20 restaurantes de primera categoría, ubicados en su mayoría en la vía a Iscalá, vía Toledo.
Este refugio que resulta tan atractivo para los visitantes que llegan, en su mayoría, de los municipios vecinos, cuenta con diferentes pisos térmicos que brindan una oferta variada de hospedajes y cultivos por la cantidad de fincas que se distribuyen a lo largo y ancho de su entorno.
Chinácota está rodeado de montañas, cerros y páramos con temperaturas que oscilan alrededor de los 25 grados, ideales para quienes buscan escapar, por un rato, del buen calor de la capital nortesantandereana.
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