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El cacao que le gana a la coca en Hacarí
El campesino Jhon Jeiner Herrera da ejemplo de que con esfuerzo se puede cultivar lo lícito y vivir de ello.
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Lunes, 26 de Febrero de 2018

A Jhon Jeiner Herrera, representante legal de la Asociación de Productores de Cacao de Hacarí (Asoprohacarí) se le ilumina el rostro cada vez que habla de cacao y de la transformación que tiene su comunidad, su hogar y sus ingresos con los frutos cultivados que hoy opacan a la coca.

“Ha sido un cultivo muy favorable para nuestras familias, y se está haciendo con mucho amor y esfuerzo”, dice, siempre sonriente.

Desde que se inició el trabajo de la Asociación, en 2008, se acordó que los cultivadores sembrarían entre una y dos hectáreas, con ayuda del Banco Agrario y la Alcaldía.

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“Ahí empezaron a sembrar dos mil, tres mil palos de cacao, y cuando se vio que a los tres años la gente ya estaba recogiendo, seguimos los que faltábamos y todavía hay gente emocionada para sembrar”, afirma. “Han visto que el resultado del cacao ha sido bueno, que hay garantías y las tierras son aptas, y en tiempo bueno las cosechas sí dan”.

A la fecha, la Asociación suma 65 socios, que solo el año pasado vendieron 56.876 kilos de cacao.

“Se están viendo resultados con el cacao”, asegura Herrera. “La verdad que vale la pena sembrar cacao, y ojalá que todos los que no hayan empezado, lo hagan, porque es muy favorable para toda la familia”.

Hasta hace algún tiempo eran varios los productores que se dedicaban a los cultivos de uso ilícito pero hoy, en la Asociación reconocen que las condiciones cambian.

“Eso causaba muchos problemas tanto a la familia como la salud, y los socios dejaron el cultivo porque hemos visto que hay beneficio con el cacao, con los créditos y eso ha servido para dejar la coca”, dice.

Incluso, en términos de rentabilidad el cacao “está superando a la coca”, en especial aquellos cultivos que tienen entre 5 a 7 años.

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“Con unas 5 hectáreas le va mejor a uno que teniendo dos hectáreas de coca, con un cultivo que es favorable, lo puede vender a cualquier hora, beneficia a toda la familia, trabaja con sus hijos, con su mujer, y no tiene tanta gente en la casa, sufriendo, porque el cultivo de coca es como tener una enfermedad en la casa de uno”, comenta.

Los retos

Por ahora, el principal desafío que afrontan los cacaoteros se relaciona con el manejo de plagas, por falta de suficiente asistencia técnica, y la preparación para el cambio climático, dado que las heladas afectaron la más reciente cosecha.

“Hace falta un técnico que acompañe al agricultor, que le explique cuáles son las enfermedades que sufre la planta, que diga cómo quitarlas y estar en el lote indicando qué hacer y qué no”, señala.

Adicionalmente, los productores tienen como proyecto a mediano plazo salir de los intermediarios y comercializar por sí mismos el cacao, para lo cual tienen en marcha la construcción de su propio centro de acopio.

“Este año, la esperanza es culminar el centro de acopio para empezar la venta directa”, relata Herrera. “La idea es tener oficinas, un salón de reuniones para los socios, y todo lo que se necesite, pero ya vamos en la primera fase”.

La inversión es de casi 180 millones de pesos, y aunque se ha recibido apoyo institucional y del esfuerzo de los asociados, si llega otra ayuda, no se rehusarán a recibirla, sobre todo porque sí hay motivos para creer.

“Estamos muy contentos y satisfechos, porque es un cultivo muy acogedor, se ve que las tierras cambian, que vuelven a recuperarse y hemos visto que desde que estamos sembrando cacao las cosas han cambiado”.

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