Cuando un ser querido fallece, poder darle un último adiós digno es uno de los mayores anhelos. Sin embargo, en medio de la pandemia por el coronavirus, esto se ha convertido en una verdadera pesadilla, ya que para quienes mueren siendo portadores del virus o son sospechosos de tenerlo, los rituales funerarios están prohibidos.
El temor de ingresar a un centro médico en las circunstancias actuales ha tenido que ser enfrentado por muchas familias, quienes, en medio del panorama tan desalentador, guardan la esperanza de que, al estar en manos de profesionales en la salud, sus seres queridos puedan ser atendidos, recuperarse y volver a casa.
Desafortunadamente no todos han corrido con la misma suerte. Muchas vidas se han ido apagando a causa de la COVID-19 y otras más, forman parte de una lista en donde figuran como sospechosos de portar el virus, debido a la demora en la entrega de resultados de las pruebas.
Tal es el caso de una mujer cucuteña quien en días anteriores ingresó a un centro médico de la ciudad con un diagnóstico de preeclampsia e infección urinaria y a la cual se le tuvo que realizar una cesárea de emergencia.
Aunque la familia habría recibido noticias de que la paciente estaba en recuperación, la sorpresa fue otra, al indicarle que su estado de salud se había complicado por fallas respiratorias, para días después confirmar su deceso.
Una situación lamentable, no solo por la pérdida, sino porque además fue reportada como un posible caso de COVID-19, lo que llevó a la entidad médica y a la funeraria acatar las orientaciones dispuestas por el Ministerio de Salud (MinSalud).
La denuncia de los familiares radicó en que si aún no estaba el resultado de la prueba, no era posible que el cuerpo pasara directamente a cremación, pues su último deseo era realizar las honras fúnebres para despedirla, intención que no fue posible llevar a cabo.
Manejo final de cadáveres con sospecha de COVID-19
El MinSalud estableció en sus orientaciones que, para el manejo de cadáveres con causa de muerte sospechosa o confirmada por el virus, todo procedimiento debe realizarse con la mínima manipulación posible.
“La disposición final de cadáveres de personas fallecidas asociadas a COVID-19 se hará por cremación o inhumación en sepultura o bóveda individualizada.
En todo caso, el alistamiento del cadáver se realizará siempre en el lugar del deceso”, indica el numeral 7 de las disposiciones que decretó el MinSalud en medio de la pandemia.
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De esta manera, también se especifica que los fallecidos sin confirmación de negatividad para COVID-19 por PCR, deben ser considerados como casos sospechosos hasta que se demuestre lo contrario, para efectos de manejo de cuerpo y extremar medidas en el uso de elementos de protección personal.
Aunque el caso no esté confirmado, el MinSalud recomienda que los prestadores de servicios de salud deben colocar el cadáver en bolsa específica para cadáveres de 150 micras o más de espesor, resistentes a la filtración de líquidos, mientras estén en depósito y durante el traslado al sitio de disposición final. Así mismo, realizar la desinfección de la bolsa previamente al traslado.
Funerarias siguen lineamientos
Marcela Rincón, gerente general de la Casa de Funerales Rincón sostuvo que las clínicas, hospitales y funerarias solo han cumplido con las indicaciones que desde el MinSalud les han indicado.
La directiva explicó que los problemas se generan debido al desconocimiento que tienen las personas sobre las disposiciones que el MinSalud ha emitido, por lo que invita a la administración municipal y a las autoridades de salud de la región, a que realicen jornadas pedagógicas, donde den a conocer esa información.
“Cualquier fallecido por problemas respiratorios debe ser tratado como sospechoso de COVID-19”, dijo Rincón
