Líderes sociales de Santander, Norte de Santander y Arauca se unieron para trabajar en la construcción de una política pública de reconciliación, convivencia y no estigmatización, basada en las necesidades del nororiente.
La actividad, liderada por el Consejo nacional de paz, buscó fortalecer los consejos regionales de paz, e integrar los tres departamento que comparten características comunes por la guerra y el desplazamiento forzado, y por “un modelo de desarrollo depredador”, según explicó Deisy Aparicio, integrante del Consejo nacional.
La vocera del Consejo y representante de la juventud, expresó que en estos territorios además de la disputa política, las tensiones se generan por los proyectos a gran escala “que atentan contra la vida, la diversidad y los recursos naturales”.
El encuentro también buscó romper con los señalamientos locales, mitigar la polarización que surgió “en gran medida por referirse al otro como castrochavista, o auxiliador de un grupo”, y evitar que se desdibuje a las organizaciones de la región.