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En el Catatumbo se ‘cocinó’ la paz con las Farc: Andrés París
El exnegociador habló con La Opinión sobre cómo fueron los inicios del proceso de paz en Colombia.
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Lucy Araque
Lucy Araque
Sábado, 21 de Octubre de 2017

Por décadas, la espesa selva del Catatumbo se ha convertido en testigo silencioso de un conflicto que ha dejado centenares de víctimas, dolor y mucha sangre derramada.

Sin embargo, curiosamente, fueron esos entramados de la geografía nortesantandereana, donde se camuflan los diferentes actores armados que por años han hecho presencia en la región, los cómplices de los primeros pasos que permitieron poner fin a más de medio siglo de confrontación con la otrora principal guerrilla del país y del hemisferio: las Farc.

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Si bien para la historia quedará marcado el hecho de que fue en Cuba, más exactamente en la llamada ‘Casa de piedra’, donde Gobierno y guerrilla acordaron dar el salto a la mesa de conversaciones que hasta el año pasado funcionó en La Habana, fue el Catatumbo el lugar donde todo comenzó.

Jesús Emilio Carvajalino, más conocido como Andrés París, uno de los negociadores de las Farc, asegura que fue justamente en inmediaciones de Río de Oro, entre los sectores La Cooperativa y La Vaquera, frontera con Venezuela, donde las dos partes se vieron frente a frente por primera vez, para comenzar su travesía hacia la consolidación de la paz.

“La paz empezó en Norte de Santander. El gobierno venezolano ayudó a trasladar a la delegación oficial del gobierno colombiano que entró a territorio venezolano para poder encontrarse con nosotros. Igualmente, facilitó la movilización, en algunos tramos, de los comandantes guerrilleros”, cuenta París, ya sin los afanes de la confidencialidad que marcó la negociación y que por mucho tiempo impidió conocer los detalles de lo que fue el camino para llegar al proceso de paz.

El exjefe guerrillero, quien estuvo esta semana en Cúcuta para participar en un encuentro con estudiantes universitarios, destaca que el apoyo del fallecido expresidente Hugo Chávez fue clave para alcanzar el acuerdo de paz. 

“Aquí (en Norte de Santander) se cocinaron las primeras jugadas del gran partido de paz que se firmó en La Habana y que sin el apoyo de Chávez no hubiera sido posible”, insiste.

Aunque no recuerda con precisión el día exacto de ese 2011 en que empezó el recorrido que los llevó a Cuba, relata que él se encontraba en la región del Yarí cuando recibió la orden por parte del entonces jefe del secretariado de las Farc, Alfonso Cano, de trasladarse al Catatumbo.

“No conocía el Catatumbo. En mis tiempos de dirigente estudiantil había conocido Cúcuta, pero no esta zona. Alfonso Cano fue quien me orientó para llegar por las rutas guerrilleras que teníamos”.

Su sorpresa al llegar a este punto fue mayor, pues solo hasta cuando pisó estas tierras supo que su misión allí era hacer parte del equipo que intentaría, nuevamente, negociar la paz con el Estado.

Norte de Santander, un punto estratégico

La decisión de que fuera Norte de Santander el punto elegido para dar el primer paso hacia el nuevo acuerdo obedeció, necesariamente, a la disposición política de Venezuela de apoyar el proceso de paz, según lo manifiesta Andrés París.

“No había un punto en la geografía nacional que nos permitiera movilizar toda esa cantidad de comandantes sin que se ofreciera esa garantía de seguridad. Entonces, en coordinación con las autoridades colombianas, empezamos unos movimientos que nos permitieron converger en esta región del Catatumbo”, indica.

El exnegociador recuerda que la tarea de esos primeros encuentros, en los que estuvo junto con Rodrigo Granda y Alejandro Eder, consistió en definir quiénes participarían por parte de las Farc y del Gobierno en los diálogos exploratorios.

Asegura que no fue fácil definir los detalles de la eventual negociación y mucho menos después de que en medio de los acercamientos se produjo la muerte de Cano.

“Cuando llego al Catatumbo, Alfonso Cano estaba vivo, pero en el intermedio lo matan. En ese momento yo fui uno de los partidarios de que no iniciáramos los diálogos porque el mensaje de Juan Manuel Santos era muy agresivo. Aun así, la decisión de la dirección de las Farc fue reiniciar los contactos”.

Traslado a Venezuela

El excomandante guerrillero, que hizo parte del llamado Bloque Oriental de las Farc, precisa que  en total fueron tres reuniones las que sostuvieron las Farc y el Gobierno en la frontera colombo-venezolana. Estas se prolongaron durante aproximadamente un mes, entre idas y venidas, pues nunca permanecieron durante mucho tiempo en el mismo punto.

Por la misma fragilidad de los encuentros, después de este tiempo la decisión fue no quedarse más en la línea fronteriza, por los riesgos que esto implicaba para los hombres de la guerrilla.

“Nuestras tropas estaban en enfrentamientos con las Fuerzas Militares, entonces, se acordó que el gobierno venezolano ponía a disposición su país. Ellos facilitaron su geografía para que en distintos momentos, durante casi un año, nos encontráramos con el Gobierno para así anunciar la etapa secreta”.

Según París, antes de concentrarse de lleno en Cuba para las conversaciones que se prolongaron por cuatro años, ellos estuvieron en La Orchila, Barinas, el Táchira y otros puntos que las partes iban acordando. El encargado de coordinar las movidas fue Ramón Rodríguez Chacín, el militar y exministro venezolano, señalado de ser muy cercano a las Farc.

Dichos encuentros se conocieron como la fase exploratoria de la negociación que concluyó en el histórico acuerdo de paz.

Y si bien Andrés París reconoce que no fue sencillo llegar a un consenso para seguir adelante, hoy dice con firmeza que valió la pena.

En enero de 2013, después de una carta publicada por uno de los artífices de la negociación, Enrique Santos, hermano del presidente de la República, en la que contó detalles de los inicios del proceso de paz, Mauricio Jaramillo, otro de los exjefes de las Farc, ya había dado luces de que los primeros encuentros entre las delegaciones de paz se dieron en el Catatumbo.

El presente del acuerdo de paz

¿Cómo califica el avance del proceso de implementación?

Estamos ante una grave situación de  incumplimiento. El ‘conejo’ que nos han montado es inmenso. Nosotros hemos cumplido, hicimos dejación de armas y ahora se nos quiere engañar, pero ya somos una fuerza política. 

¿Qué han pensado hacer al respecto?

Vamos a hacer todo lo posible para que estos incumplimientos se transformen en nuevas rebeldías y realidades políticas, que nos permitan, en 2018, sacar una importante representación en el Congreso en Norte de Santander, por ejemplo, mediante las Circunscripciones Especiales, más alianzas y acuerdos que podamos hacer en Cámara y Senado.

Entonces, ¿sí es cierto que ustedes van a tener influencia en las curules especiales?

Al igual que los demás partidos no podremos presentar candidatos, pero nosotros en esas zonas, como el uribismo, tenemos influencia entre los movimientos sociales. Ellos presentarán sus candidatos a nombre de las comunidades.

En el Catatumbo, por ejemplo, ¿qué organizaciones apoyarán. Ascamcat será una de ellas?

En el Catatumbo hay un movimiento social fuerte y es evidente que ahí tenemos manos, amigos, aliados, todos los actores políticos y armados que han estado en esta región del país. Entonces, estaremos en conversación con todos los sectores sociales.

Muchos desmovilizados se han ido de las antiguas zonas veredales, ¿es posible que ellos se rearmen?

Esperamos que no. Es una lástima que nos estén abandonando por el incumplimiento oficial. La incertidumbre de estos muchachos es la de todos los jóvenes de Colombia que viven en zonas cruzadas por la pobreza, los cultivos ilícitos y en donde se mantienen los actores armados.

Hay quienes aseguran que lo de las disidencias no es tan fortuito como parece, ¿qué puede decir al respecto?

Eso lo dicen (Germán) Vargas Lleras y el fiscal. La verdad es que están montando un expediente muy peligroso. Se dice que el plan no es solo incumplirnos, sino matarnos y en este tema de las disidencias van a encontrar y construir todo tipo de planes criminales. Lo cierto es que ellos saben que las disidencias no hacen parte de nuestro proyecto político.

¿Cree que en el Catatumbo se puede repetir lo de Tumaco?

Estamos ante un plan sistemático. Creo que hay sectores del Estado que quieren que la guerra continúe y que han escogido el Catatumbo, Tumaco, y otras regiones del país para que los choques sigan.

¿Por qué no JEP antes que política?

Eso no está firmado en La Habana y no se nos pueden imponer nuevas normas.

¿Ya tienen alguna opción  de candidato a la Presidencia?

No hay nombres todavía, pero sí la  decisión de lanzar candidato. 

¿Qué les respondería a quienes dicen que ustedes piensan conducir a Colombia hacia el ‘castrochavismo’?

Que nuestra propuesta es de democratización y reconciliación.

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