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Estudiantes venezolanos, un desafío escolar

Falta de documentos y legalización de matrícula impide que se eduquen y reciban alimentos.

Aunque ha pasado menos de una semana desde la reapertura de frontera sus efectos en la educación comienzan a sentirse, con la llegada de casi un centenar de nuevos estudiantes a las escuelas de la región.

Según Milena Velásquez, gerente del Programa de Alimentación Escolar, Tibú, Herrán y Villa del Rosario son las zonas a las que llegan los menores, pero la falta de documentos y legalización de matrícula impide que se eduquen y reciban alimentos.

Pese a esto, el operador Tanai Jawa “asumió voluntariamente la entrega de la materia prima para atender a los niños”, comentó la funcionaria, quien resaltó el gesto humanitario de la entidad.

Aunque actualmente es imposible asumir la vinculación de los estudiantes, porque la alimentación se da únicamente a los niños matriculados, señaló que se está instando a los padres de familia para que efectúen el trámite que no solo se garantiza el derecho a la educación, sino también un alivio nutricional para los niños.

“Para muchos de ellos el programa es una ayuda, porque llegan en condiciones muy complicadas”, dijo.

Según la secretaría de Educación departamental, hasta el momento se tiene el reporte oficial de cuatro estudiantes de Venezuela: dos en el colegio General Santander de Villa del Rosario, y dos más en colegios privados en esta misma localidad.

Sin embargo, las cifras son mayores, especialmente en La Gabarra donde hay unos 25 estudiantes nuevos.

Jhon Jairo Bautista, rector del colegio de este corregimiento, informó que hasta el momento hay solo cinco niños que no han podido legalizarse porque carecen de dinero para viajar a Cúcuta y obtener sus documentos.

“La mayoría cuenta que la situación en Venezuela los obliga a venir como desplazados”, dijo. “Llegan sin nada y afirman que dejaron sus bienes del otro lado”.

Según reveló, ha buscado ayuda con sus colegas y amigos de Tibú y Cúcuta para conseguir ropa y artículos de primera necesidad que requieren como donación.

Aunque no es fácil para los pequeños llegar a un ambiente distinto, los docentes procuran que su estadía sea favorable y con calidad académica.

“A veces, por petición de los padres, hacemos una prueba para verificar que lleguen al grado apropiado”, explicó. “Algunos papás dicen que de pronto los niños no tienen el nivel adecuado, o no están bien entrenados en dictados, por ejemplo, porque varios están en primaria”.

Si bien en esta zona varios estudiantes ya están en el sistema, se desconoce la cifra exacta de niños por legalizar su situación en el país, sin la cual no podrán educarse.

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Martes, 16 de Agosto de 2016
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